/ jueves 12 de mayo de 2022

Hacia una revolución energética mundial

La guerra en Ucrania ha traído diversas consecuencias en el orden internacional; una de ellas es la metamorfosis energética que está aconteciendo alrededor del planeta. Actualmente, Rusia exporta el 19.2 por ciento del gas y el 11.4 por ciento del petróleo totales mundiales. Con ese conflicto bélico, las diferentes regiones y países del orbe están siendo impactados directa o indirectamente en términos energéticos.

La Unión Europea (UE) es la región del mundo que resiente de manera directa la dependencia del gas y petróleo rusos. En 2021, dos quintas partes del gas en el Viejo Continente provinieron de Rusia, mientras que más de una cuarta parte del petróleo comprado por la UE vino también de aquel país. El bloque comunitario ha castigado a Rusia comercialmente, pero aún se encuentra explorando alternativas para sancionarla en términos energéticos y, así, intentar reducir esa dependencia.

Para ello, la Comisión Europea busca diversificar el suministro de gas mediante mayores importaciones de este insumo y de gasoductos no procedentes de proveedores rusos; incrementar el volumen de producción de hidrógeno renovable; reducir el consumo de combustibles fósiles en hogares, edificios, industrias y sistema energético; acelerar el impulso de las energías renovables y la electrificación (p. ej. el transporte eléctrico), entre otros.

Alrededor del mundo existen impactos indirectos en materia energética. Estados Unidos se ha fortalecido como exportador de gas —obtenido vía la fracturación hidráulica— hacia la UE, ya que cuenta con grandes reservas de este insumo, así como de petróleo. Sin duda, la guerra en Ucrania incrementó la influencia energética estadounidense en el mundo al convertirse, por ejemplo, en uno de los principales exportadores de gas, por delante de Catar y Australia.

Por su parte, ya el G7 acordó suprimir progresivamente las importaciones de petróleo ruso.

Para América Latina existe la coyuntura para una mayor exportación de petróleo hacia otras latitudes, ante el espacio que dejará en el mercado la no compra de petróleo ruso por parte de naciones occidentales, en el marco de las sanciones contra el país eslavo. El petróleo tipo Brent se ha cotizado en promedio arriba de los 100 dólares estadounidenses por barril. Sin embargo, también hay que señalar que la capacidad para incrementar la producción petrolera en poco tiempo no es algo sencillo para Latinoamérica.

En Asia, China e India son enormes consumidores de energía. Rusia está buscando incrementar el suministro de gas hacia la primera, mientras que la segunda se encuentra comprándole cantidades importantes de petróleo por los descuentos a éste a causa de la disminución de compradores alrededor del mundo. Y es que las sanciones económicas impuestas a dicha nación disuaden a muchas entidades, como bancos o incluso refinerías, que no quieren ser sancionados por países occidentales.

El Gobierno de Arabia Saudita no ha expresado interés en aumentar la producción de petróleo, mientras que la OPEP indica tener la intención de respetar las cuotas de producción petrolera vigente de sus Estados parte.

En el caso de Irán, la no concreción del acuerdo nuclear deja una incógnita a los países europeos, que no saben si pueden contar o no con esa nación, a fin de ayudar a suplir el petróleo ruso.


En África, Argelia ha sido el tercer proveedor de gas a Europa y busca posicionarse en ese mercado como un productor y exportador confiable, que pudiera satisfacer ciertas expectativas de la UE. Sin embargo, exhibió su inconformidad con el Gobierno español, por medio de represalias energéticas, dado su acercamiento con Marruecos en razón del apoyo a la propuesta de ese país para la solución del conflicto en el Sahara Occidental.

En este contexto, la revolución energética que acontece alrededor del mundo no sólo brinda un renovado impulso hacia la transición energética, sino que sitúa el concepto de seguridad o soberanía energéticas en el centro de las preocupaciones de los países y regiones del planeta.


ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA


La guerra en Ucrania ha traído diversas consecuencias en el orden internacional; una de ellas es la metamorfosis energética que está aconteciendo alrededor del planeta. Actualmente, Rusia exporta el 19.2 por ciento del gas y el 11.4 por ciento del petróleo totales mundiales. Con ese conflicto bélico, las diferentes regiones y países del orbe están siendo impactados directa o indirectamente en términos energéticos.

La Unión Europea (UE) es la región del mundo que resiente de manera directa la dependencia del gas y petróleo rusos. En 2021, dos quintas partes del gas en el Viejo Continente provinieron de Rusia, mientras que más de una cuarta parte del petróleo comprado por la UE vino también de aquel país. El bloque comunitario ha castigado a Rusia comercialmente, pero aún se encuentra explorando alternativas para sancionarla en términos energéticos y, así, intentar reducir esa dependencia.

Para ello, la Comisión Europea busca diversificar el suministro de gas mediante mayores importaciones de este insumo y de gasoductos no procedentes de proveedores rusos; incrementar el volumen de producción de hidrógeno renovable; reducir el consumo de combustibles fósiles en hogares, edificios, industrias y sistema energético; acelerar el impulso de las energías renovables y la electrificación (p. ej. el transporte eléctrico), entre otros.

Alrededor del mundo existen impactos indirectos en materia energética. Estados Unidos se ha fortalecido como exportador de gas —obtenido vía la fracturación hidráulica— hacia la UE, ya que cuenta con grandes reservas de este insumo, así como de petróleo. Sin duda, la guerra en Ucrania incrementó la influencia energética estadounidense en el mundo al convertirse, por ejemplo, en uno de los principales exportadores de gas, por delante de Catar y Australia.

Por su parte, ya el G7 acordó suprimir progresivamente las importaciones de petróleo ruso.

Para América Latina existe la coyuntura para una mayor exportación de petróleo hacia otras latitudes, ante el espacio que dejará en el mercado la no compra de petróleo ruso por parte de naciones occidentales, en el marco de las sanciones contra el país eslavo. El petróleo tipo Brent se ha cotizado en promedio arriba de los 100 dólares estadounidenses por barril. Sin embargo, también hay que señalar que la capacidad para incrementar la producción petrolera en poco tiempo no es algo sencillo para Latinoamérica.

En Asia, China e India son enormes consumidores de energía. Rusia está buscando incrementar el suministro de gas hacia la primera, mientras que la segunda se encuentra comprándole cantidades importantes de petróleo por los descuentos a éste a causa de la disminución de compradores alrededor del mundo. Y es que las sanciones económicas impuestas a dicha nación disuaden a muchas entidades, como bancos o incluso refinerías, que no quieren ser sancionados por países occidentales.

El Gobierno de Arabia Saudita no ha expresado interés en aumentar la producción de petróleo, mientras que la OPEP indica tener la intención de respetar las cuotas de producción petrolera vigente de sus Estados parte.

En el caso de Irán, la no concreción del acuerdo nuclear deja una incógnita a los países europeos, que no saben si pueden contar o no con esa nación, a fin de ayudar a suplir el petróleo ruso.


En África, Argelia ha sido el tercer proveedor de gas a Europa y busca posicionarse en ese mercado como un productor y exportador confiable, que pudiera satisfacer ciertas expectativas de la UE. Sin embargo, exhibió su inconformidad con el Gobierno español, por medio de represalias energéticas, dado su acercamiento con Marruecos en razón del apoyo a la propuesta de ese país para la solución del conflicto en el Sahara Occidental.

En este contexto, la revolución energética que acontece alrededor del mundo no sólo brinda un renovado impulso hacia la transición energética, sino que sitúa el concepto de seguridad o soberanía energéticas en el centro de las preocupaciones de los países y regiones del planeta.


ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA