/ sábado 27 de febrero de 2021

¡Hay que tenerle miedo!

Las venganzas de Don Mendo –ya sabrá a quien me refiero- son de pronóstico reservado. Como ningún otro gobernador se atrevió a hacerlo, el tamaulipeco, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, lo retó el pasado agosto, en una visita del tlatoani a su terruño, con un duro discurso directo y a la cabeza. Sus palabras firmaron la ruta de su destino.

Desde la oposición se habían dado escarceos más o menos fuertes. El jalisciense, Enrique Alfaro, le tronó los dedos en un par de ocasiones, para luego enmudecer y se dice que fumaron la pipa de la paz.

El Bronco de Nuevo León, otro tanto; Silvano Aureoles de Michoacán, también se engalló, para luego convertirse en gallina ponedora y el guanajuatense, Sinhué, se exaltó, aunque con rapidez concilió. Sólo Cabeza de Vaca siguió con sus rezongos y hasta en ridículo dejó a la gloriosa 4T, al destapar la falsedad de que, uno de los gravísimos apagones se había debido a la quema de unos pastizales (De acuerdo a un documento ¡apócrifo!, autoría de la cada día más ineficiente Comisión Federal de Electricidad).

Durante años escribí en los diarios de mayor circulación de Tamaulipas, hasta que, las amenazas del crimen organizado obligaron a los editores a prescindir de mis artículos, semanalmente en contra de los malandrines. Su poderío rebasa a cualquier autoridad y sus sucesivos gobernadores viven bajo el embate de la “plata o el plomo”.

Reynosa es una especie de tierra de nadie. Si se juzga por las apariencias, al entrar a un local es imposible distinguir a los “buenos de los malos”. Todos tienen la misma pinta, por el atuendo de las botas, el sombrero, los cinturones con enormes hebillas y el gesto duro de mirada de acero.

Narcos y “decentes” estudiaron en las mismas escuelas, fueron compañeros de banca y amigos. Hay personajes –en tela de juicio, como lo fue González Calderoni-, que provienen de familias acomodadas, de trayectoria limpia y hasta pergaminos locales. A pocos kilómetros está Ciudad Miguel Alemán, donde resaltaban las residencias de capos y de la que huyeron los pobladores atemorizados por la llegada de los maldosos. En este Reynosa empezó la semi turbulenta carrera política de Cabeza de Vaca, quien la presidió en calidad de alcalde.

Dos ex gobernadores están sujetos a proceso: Tomás Yarrington, en una cárcel gringa y Eugenio Hernández, de quien solicitan su extradición. A Cavazos Lerma se le señaló como otro de los involucrados en los oscuros negociazos, pero la libró. A Rodolfo Torre Cantú, muy querido médico y honesto a carta cabal, lo liquidó la mafia, un día previo a que ganara la elección, lo que dio el ascenso a su hermano Egidio, del que hubieron graves rumores y que pasó como un personaje gris y mediocre, en su mandato.

Las acusaciones contra García, en la mira del Congreso para desaforarlo, son tan graves como delincuencia organizada, lavado de dinero y defraudación fiscal. Si en verdad es culpable que se sancionen, pero se lo tendrán que probar.

Su pasado no es del todo transparente, pero tampoco se le puede anticipar un juicio. Los leguleyos discuten si el desafuero está en manos del Congreso Local –mayoritariamente panista- o del Federal, en el que no hay duda que, la mayoría morenaca lo desaforará,

Venganza de palacio, como lo dijo él mismo, expedita de cara al proceso electorero. Don Mendo en acción contra sus adversarios, a los que parece que les empieza a comer la lengua, el ratón…

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq


Las venganzas de Don Mendo –ya sabrá a quien me refiero- son de pronóstico reservado. Como ningún otro gobernador se atrevió a hacerlo, el tamaulipeco, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, lo retó el pasado agosto, en una visita del tlatoani a su terruño, con un duro discurso directo y a la cabeza. Sus palabras firmaron la ruta de su destino.

Desde la oposición se habían dado escarceos más o menos fuertes. El jalisciense, Enrique Alfaro, le tronó los dedos en un par de ocasiones, para luego enmudecer y se dice que fumaron la pipa de la paz.

El Bronco de Nuevo León, otro tanto; Silvano Aureoles de Michoacán, también se engalló, para luego convertirse en gallina ponedora y el guanajuatense, Sinhué, se exaltó, aunque con rapidez concilió. Sólo Cabeza de Vaca siguió con sus rezongos y hasta en ridículo dejó a la gloriosa 4T, al destapar la falsedad de que, uno de los gravísimos apagones se había debido a la quema de unos pastizales (De acuerdo a un documento ¡apócrifo!, autoría de la cada día más ineficiente Comisión Federal de Electricidad).

Durante años escribí en los diarios de mayor circulación de Tamaulipas, hasta que, las amenazas del crimen organizado obligaron a los editores a prescindir de mis artículos, semanalmente en contra de los malandrines. Su poderío rebasa a cualquier autoridad y sus sucesivos gobernadores viven bajo el embate de la “plata o el plomo”.

Reynosa es una especie de tierra de nadie. Si se juzga por las apariencias, al entrar a un local es imposible distinguir a los “buenos de los malos”. Todos tienen la misma pinta, por el atuendo de las botas, el sombrero, los cinturones con enormes hebillas y el gesto duro de mirada de acero.

Narcos y “decentes” estudiaron en las mismas escuelas, fueron compañeros de banca y amigos. Hay personajes –en tela de juicio, como lo fue González Calderoni-, que provienen de familias acomodadas, de trayectoria limpia y hasta pergaminos locales. A pocos kilómetros está Ciudad Miguel Alemán, donde resaltaban las residencias de capos y de la que huyeron los pobladores atemorizados por la llegada de los maldosos. En este Reynosa empezó la semi turbulenta carrera política de Cabeza de Vaca, quien la presidió en calidad de alcalde.

Dos ex gobernadores están sujetos a proceso: Tomás Yarrington, en una cárcel gringa y Eugenio Hernández, de quien solicitan su extradición. A Cavazos Lerma se le señaló como otro de los involucrados en los oscuros negociazos, pero la libró. A Rodolfo Torre Cantú, muy querido médico y honesto a carta cabal, lo liquidó la mafia, un día previo a que ganara la elección, lo que dio el ascenso a su hermano Egidio, del que hubieron graves rumores y que pasó como un personaje gris y mediocre, en su mandato.

Las acusaciones contra García, en la mira del Congreso para desaforarlo, son tan graves como delincuencia organizada, lavado de dinero y defraudación fiscal. Si en verdad es culpable que se sancionen, pero se lo tendrán que probar.

Su pasado no es del todo transparente, pero tampoco se le puede anticipar un juicio. Los leguleyos discuten si el desafuero está en manos del Congreso Local –mayoritariamente panista- o del Federal, en el que no hay duda que, la mayoría morenaca lo desaforará,

Venganza de palacio, como lo dijo él mismo, expedita de cara al proceso electorero. Don Mendo en acción contra sus adversarios, a los que parece que les empieza a comer la lengua, el ratón…

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq