/ domingo 23 de julio de 2023

Hepatitis C, de enfermedad mortal a enfermedad curable 

Cristóbal Thompson, Director Ejecutivo de AMIIF


¿Se han imaginado lo que es vivir con una enfermedad como la hepatitis C? Su diagnóstico puede ser devastador, ya que se trata de una inflamación del hígado causada por el virus del mismo nombre (VHC), la cual es muy grave en su variante crónica. Si no se trata puede durar toda la vida y causar serios problemas de salud, como daño al hígado, cirrosis, cáncer de hígado e incluso la muerte.1

Su transmisión es sanguínea, debido a prácticas de ‎inyección o de atención de salud poco seguras, transfusiones de sangre sin ‎analizar o consumo de drogas inyectables. En el mundo, la hepatitis C crónica afecta a 58 millones de personas.2 En México se estima que 46,000 personas adultas tienen infección activa por hepatitis C.3

En el marco de la conmemoración del Día Mundial contra la Hepatitis, este 28 de julio, los invito a unirse al esfuerzo internacional para generar conciencia sobre las hepatitis víricas que inflaman el hígado y provocan enfermedades graves. El objetivo es eliminar la enfermedad para 2030.

De enfermedad mortal a enfermedad curable

En el tratamiento de la hepatitis C la innovación ha logrado resultados sorprendentes, ya que ha permitido el desarrollo de terapias con acción directa contra la replicación del virus y con tasas de respuesta sumamente elevadas.

Los primeros tratamientos para la hepatitis C fueron los interferones administrados con ribavirina, que implicaban una inyección a la semana durante un año, más la toma diaria de tabletas.4 Sin embargo, el interferón tiene efectos adversos, como fiebre, dolores musculares y de cabeza, así como cambios en el estado de ánimo, mientras que la ribavirina provoca anemia. Esta terapia curaba a aproximadamente al 45% de los pacientes después de un año.

En 2014 se desarrolló la primera terapia de agentes antivirales directos (AAD), que ya tenía como mecanismo de acción inhibir la replicación del virus. La primera generación de AAD logró elevar hasta 60% la curación de las personas infectadas. La segunda, que inicialmente se dio en combinación con interferones, aumentó el impacto hasta 80%.

Actualmente hay una terapia que contiene dos agentes antivirales en una sola tableta y en tres meses cura al 98% de los pacientes. Un botón de muestra es el impacto positivo en el IMSS, pues de los 4,245 derechohabientes que recibieron medicamentos de última generación entre abril de 2017 y junio de 2019, se registró curación en el 95%.5

El haber convertido a la hepatitis C de enfermedad mortal a curable da evidencia de la valiosa aportación de la innovación, factor clave para la salud y piedra angular para el bienestar social, la productividad y el crecimiento económico de los países. La innovación es una de las fuerzas más poderosas que sigue transformando a nuestro mundo, en beneficio de toda la humanidad.

Cristóbal Thompson, Director Ejecutivo de AMIIF


¿Se han imaginado lo que es vivir con una enfermedad como la hepatitis C? Su diagnóstico puede ser devastador, ya que se trata de una inflamación del hígado causada por el virus del mismo nombre (VHC), la cual es muy grave en su variante crónica. Si no se trata puede durar toda la vida y causar serios problemas de salud, como daño al hígado, cirrosis, cáncer de hígado e incluso la muerte.1

Su transmisión es sanguínea, debido a prácticas de ‎inyección o de atención de salud poco seguras, transfusiones de sangre sin ‎analizar o consumo de drogas inyectables. En el mundo, la hepatitis C crónica afecta a 58 millones de personas.2 En México se estima que 46,000 personas adultas tienen infección activa por hepatitis C.3

En el marco de la conmemoración del Día Mundial contra la Hepatitis, este 28 de julio, los invito a unirse al esfuerzo internacional para generar conciencia sobre las hepatitis víricas que inflaman el hígado y provocan enfermedades graves. El objetivo es eliminar la enfermedad para 2030.

De enfermedad mortal a enfermedad curable

En el tratamiento de la hepatitis C la innovación ha logrado resultados sorprendentes, ya que ha permitido el desarrollo de terapias con acción directa contra la replicación del virus y con tasas de respuesta sumamente elevadas.

Los primeros tratamientos para la hepatitis C fueron los interferones administrados con ribavirina, que implicaban una inyección a la semana durante un año, más la toma diaria de tabletas.4 Sin embargo, el interferón tiene efectos adversos, como fiebre, dolores musculares y de cabeza, así como cambios en el estado de ánimo, mientras que la ribavirina provoca anemia. Esta terapia curaba a aproximadamente al 45% de los pacientes después de un año.

En 2014 se desarrolló la primera terapia de agentes antivirales directos (AAD), que ya tenía como mecanismo de acción inhibir la replicación del virus. La primera generación de AAD logró elevar hasta 60% la curación de las personas infectadas. La segunda, que inicialmente se dio en combinación con interferones, aumentó el impacto hasta 80%.

Actualmente hay una terapia que contiene dos agentes antivirales en una sola tableta y en tres meses cura al 98% de los pacientes. Un botón de muestra es el impacto positivo en el IMSS, pues de los 4,245 derechohabientes que recibieron medicamentos de última generación entre abril de 2017 y junio de 2019, se registró curación en el 95%.5

El haber convertido a la hepatitis C de enfermedad mortal a curable da evidencia de la valiosa aportación de la innovación, factor clave para la salud y piedra angular para el bienestar social, la productividad y el crecimiento económico de los países. La innovación es una de las fuerzas más poderosas que sigue transformando a nuestro mundo, en beneficio de toda la humanidad.