/ miércoles 2 de octubre de 2019

Historia de los impeachment en EU

Desde que Donald Trump ganó la Presidencia de Estados Unidos en las elecciones de noviembre de 2016, llegando al poder el 20 de enero de 2017, ha habido una constante especulación sobre por qué motivos y en qué momento se le podría iniciar un juicio político o ‘impeachment’ para retirarlo del cargo.

Desde que estaba en campaña, se le señaló por acoso sexual contra trece mujeres, entre las que habría estado su exexposa, Ivana, quien llegó a decirse forzada por éste; incluso se dio a conocer una grabación en la que reconocía que usaba su fama para acosar y tocar por la fuerza a diferentes mujeres. Pero nada de eso fue suficiente para que perdiera la candidatura o fuera derrotado en las elecciones.

El siguiente punto se dio cuando se conoció la intervención del Gobierno de Rusia en las elecciones, haciendo una manipulación de la información de redes sociales, algo que entre otras cosas llevó a la difusión de noticias falsas para provecho de Trump e incluso a detonar un escándalo por uso de correos electrónicos no oficiales, que afectó a su contrincante, la demócrata Hillary Clinton. Al mandatario llegó a señalársele por supuestamente haber obstruido a la justicia en las investigaciones de estos hechos, algo que incluso les costó la cárcel a algunos de sus colaboradores, como su exjefe de campaña, Paul Manafort, pero al presidente terminaron por no tocarlo y la idea de enjuiciarlo y destituirlo terminó archivada.

Pero finalmente, parece que Trump tentó mucho a la suerte y en su búsqueda por afectar al que es más probable que sea su rival demócrata en las elecciones presidenciales del próximo año, el exvicepresidente, Joe Biden, hizo uso y abuso de su poder presidencial, para presionar al recién llegado presidente de Ucrania, Volodymyr Zhelenskiy, para que investigara actividades del hijo de Biden en su país, algo que trascendió por medio de un informante anónimo y llevó a que la líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, tras una serie de consultas, diera inicio a un proceso de investigaciones para llevar al mandatario a juicio político.

Destituir a Trump, puede implicar un largo y desgastante camino que incluso puede verse truncado por la mayoría republicana en el Senado, pero para conocer un poco más de este tipo de procesos, vale la pena hacer un repaso histórico.

En 1868, Andrew Johnson, presidente que sustituyó a Abrahan Lincoln tras ser asesinado, impulsó una política de reconciliación hacia el Sur, tras la guerra civil, por lo que entró en disputa con los republicanos, quienes quisieron ponerle cargos criminales, por los que terminó absuelto gracias al voto de un solo senador, Edmund G. Ross.

Otro caso fue el de Richard Nixon, quien tras intervenir teléfonos de demócratas que estaban hospedados en el hotel Watergate en Washington, se le inició investigación y juicio político con cargos de obstrucción a la justicia, abuso de poder y desprecio al Congreso, un caso que no logró avanzar, porque Nixon, tras una negociación, renunció el 9 de agosto de 1974 y su sucesor, Gerald Ford, promovió su perdón, para que no fuera investigado.

El caso más reciente fue el de Bill Clinton, quien entre 1998 y 1999 enfrentó juicio político por su vínculo con la becaria de la Casa Blanca, Monica Lewinsky, siendo elemento central si Clinton había mentido o no al negar haber tenido relaciones sexuales con ella, por lo que se le acusó de obstrucción a la justicia y perjurio, lo que no obtuvo mayoría simple, lo que le salvó de la destitución.

Ahora es el turno de Donald Trump y quedan largas páginas por escribirse en este caso, de las que en este espacio les iremos analizando los pormenores.

FB: YolandaDeLaTorreV

Tw: @Yoladelatorre

Desde que Donald Trump ganó la Presidencia de Estados Unidos en las elecciones de noviembre de 2016, llegando al poder el 20 de enero de 2017, ha habido una constante especulación sobre por qué motivos y en qué momento se le podría iniciar un juicio político o ‘impeachment’ para retirarlo del cargo.

Desde que estaba en campaña, se le señaló por acoso sexual contra trece mujeres, entre las que habría estado su exexposa, Ivana, quien llegó a decirse forzada por éste; incluso se dio a conocer una grabación en la que reconocía que usaba su fama para acosar y tocar por la fuerza a diferentes mujeres. Pero nada de eso fue suficiente para que perdiera la candidatura o fuera derrotado en las elecciones.

El siguiente punto se dio cuando se conoció la intervención del Gobierno de Rusia en las elecciones, haciendo una manipulación de la información de redes sociales, algo que entre otras cosas llevó a la difusión de noticias falsas para provecho de Trump e incluso a detonar un escándalo por uso de correos electrónicos no oficiales, que afectó a su contrincante, la demócrata Hillary Clinton. Al mandatario llegó a señalársele por supuestamente haber obstruido a la justicia en las investigaciones de estos hechos, algo que incluso les costó la cárcel a algunos de sus colaboradores, como su exjefe de campaña, Paul Manafort, pero al presidente terminaron por no tocarlo y la idea de enjuiciarlo y destituirlo terminó archivada.

Pero finalmente, parece que Trump tentó mucho a la suerte y en su búsqueda por afectar al que es más probable que sea su rival demócrata en las elecciones presidenciales del próximo año, el exvicepresidente, Joe Biden, hizo uso y abuso de su poder presidencial, para presionar al recién llegado presidente de Ucrania, Volodymyr Zhelenskiy, para que investigara actividades del hijo de Biden en su país, algo que trascendió por medio de un informante anónimo y llevó a que la líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, tras una serie de consultas, diera inicio a un proceso de investigaciones para llevar al mandatario a juicio político.

Destituir a Trump, puede implicar un largo y desgastante camino que incluso puede verse truncado por la mayoría republicana en el Senado, pero para conocer un poco más de este tipo de procesos, vale la pena hacer un repaso histórico.

En 1868, Andrew Johnson, presidente que sustituyó a Abrahan Lincoln tras ser asesinado, impulsó una política de reconciliación hacia el Sur, tras la guerra civil, por lo que entró en disputa con los republicanos, quienes quisieron ponerle cargos criminales, por los que terminó absuelto gracias al voto de un solo senador, Edmund G. Ross.

Otro caso fue el de Richard Nixon, quien tras intervenir teléfonos de demócratas que estaban hospedados en el hotel Watergate en Washington, se le inició investigación y juicio político con cargos de obstrucción a la justicia, abuso de poder y desprecio al Congreso, un caso que no logró avanzar, porque Nixon, tras una negociación, renunció el 9 de agosto de 1974 y su sucesor, Gerald Ford, promovió su perdón, para que no fuera investigado.

El caso más reciente fue el de Bill Clinton, quien entre 1998 y 1999 enfrentó juicio político por su vínculo con la becaria de la Casa Blanca, Monica Lewinsky, siendo elemento central si Clinton había mentido o no al negar haber tenido relaciones sexuales con ella, por lo que se le acusó de obstrucción a la justicia y perjurio, lo que no obtuvo mayoría simple, lo que le salvó de la destitución.

Ahora es el turno de Donald Trump y quedan largas páginas por escribirse en este caso, de las que en este espacio les iremos analizando los pormenores.

FB: YolandaDeLaTorreV

Tw: @Yoladelatorre