/ domingo 16 de febrero de 2020

Hombre si te dices hombre

A partir de los hechos, sabemos que en México matan –no mueren, matan-, 11 mujeres al día. Independientemente de las condiciones de odio, la brutalidad y el salvajismo con que se dan, las féminas de hoy clamamos un grito de auxilio al reconocer que no podemos solas, en este tema –como en algunos más-, debemos recurrir a los varones para que nos ayuden a frenar este martirio.

Un caso más que nos apanica, nos duele el alma, refleja la indefensión y la impotencia en que nos encontramos, su nombre, Ingrid "N"un feminicidio de los que se suscitan diariamente, con la “ventaja” de haber trascendido a las páginas de los diarios y a redes sociales. Ventaja, digo, porque solo uno o dos de los alrededor de diez que se suscitan a diario, salen a la luz ante la incongruencia de saber que, se dice, la cifra de homicidios va a la baja, en tanto que los feminicidios siguen sumando. Urge alegar por su reclasificación en la integración de un expediente, alegato para algunos exagerado, para otros, sencillamente tema a ignorar.

Sepelio concurrido se suscitó en el caso de Ingrid en Puebla y se realizan movilizaciones para que este trágico evento no quede en el archivo como muchos más, se trata de mantener la atención que se ha generado y que con ello se escuche el clamor por el que muchos casos más se hallan pendientes y, peor aún, estancados: será la autoridad quien investigará el origen por el cual se filtró la declaración del feminicida. La relevancia de un asesinato, independientemente del móvil, es trascendente; si se trata de un feminicidio, cuyas cifras van al alza, lo es aún más… ¡tiene que hacerse justicia!

Lo cierto es que se trata de una pesadilla difícilmente cuestionable y en ningún momento exagerada. ¿Podemos y más aún, debemos callar ante esto? ¿Hacemos mal en hacer de éste uno de los principales temas de conversación en nuestra actualidad?

No! No dejaremos de hablar de esto hasta que ustedes, hombres, comiencen a hacerlo, pero en serio.

Respecto a nuestros hombres, quienes cultural e idiosincráticamente representan la fuerza en defensa de la mujer, pedimos, rogamos, imploramos su ayuda. Al igual que nosotras, hablen, reconozcan, trabajen en el tema. Díganos qué hacer ante este horror cada vez más perpetuado en nuestro país.

Es necesario reconocer que, mientras no atendamos el problema del machismo cada vez más perverso y violento, no habrá cambio alguno. Lejos de callar a las mujeres, urge que todos, la sociedad entera lo hablemos, organizarnos en torno al horror…

La respuesta de la sociedad ha sido alentadora clamando justicia para Ingrid y para muchas mujeres victimadas cuyos casos han quedado en el olvido.

Respecto a nuestros varones, es hora de exigir respeto y solidaridad , dejar de soportar actitudes de negación, faltas de respeto, abuso de poder, violencia física, emocional, sexual, verbal, de toda índole pues.

Hoy, no podemos solas. Mueren asesinadas en promedio 11 mujeres al día, victimadas con odio y sadismo, en todos sentidos, requerimos el apoyo de la sociedad en su conjunto. ¡Por favor, ayúdenos!

A partir de los hechos, sabemos que en México matan –no mueren, matan-, 11 mujeres al día. Independientemente de las condiciones de odio, la brutalidad y el salvajismo con que se dan, las féminas de hoy clamamos un grito de auxilio al reconocer que no podemos solas, en este tema –como en algunos más-, debemos recurrir a los varones para que nos ayuden a frenar este martirio.

Un caso más que nos apanica, nos duele el alma, refleja la indefensión y la impotencia en que nos encontramos, su nombre, Ingrid "N"un feminicidio de los que se suscitan diariamente, con la “ventaja” de haber trascendido a las páginas de los diarios y a redes sociales. Ventaja, digo, porque solo uno o dos de los alrededor de diez que se suscitan a diario, salen a la luz ante la incongruencia de saber que, se dice, la cifra de homicidios va a la baja, en tanto que los feminicidios siguen sumando. Urge alegar por su reclasificación en la integración de un expediente, alegato para algunos exagerado, para otros, sencillamente tema a ignorar.

Sepelio concurrido se suscitó en el caso de Ingrid en Puebla y se realizan movilizaciones para que este trágico evento no quede en el archivo como muchos más, se trata de mantener la atención que se ha generado y que con ello se escuche el clamor por el que muchos casos más se hallan pendientes y, peor aún, estancados: será la autoridad quien investigará el origen por el cual se filtró la declaración del feminicida. La relevancia de un asesinato, independientemente del móvil, es trascendente; si se trata de un feminicidio, cuyas cifras van al alza, lo es aún más… ¡tiene que hacerse justicia!

Lo cierto es que se trata de una pesadilla difícilmente cuestionable y en ningún momento exagerada. ¿Podemos y más aún, debemos callar ante esto? ¿Hacemos mal en hacer de éste uno de los principales temas de conversación en nuestra actualidad?

No! No dejaremos de hablar de esto hasta que ustedes, hombres, comiencen a hacerlo, pero en serio.

Respecto a nuestros hombres, quienes cultural e idiosincráticamente representan la fuerza en defensa de la mujer, pedimos, rogamos, imploramos su ayuda. Al igual que nosotras, hablen, reconozcan, trabajen en el tema. Díganos qué hacer ante este horror cada vez más perpetuado en nuestro país.

Es necesario reconocer que, mientras no atendamos el problema del machismo cada vez más perverso y violento, no habrá cambio alguno. Lejos de callar a las mujeres, urge que todos, la sociedad entera lo hablemos, organizarnos en torno al horror…

La respuesta de la sociedad ha sido alentadora clamando justicia para Ingrid y para muchas mujeres victimadas cuyos casos han quedado en el olvido.

Respecto a nuestros varones, es hora de exigir respeto y solidaridad , dejar de soportar actitudes de negación, faltas de respeto, abuso de poder, violencia física, emocional, sexual, verbal, de toda índole pues.

Hoy, no podemos solas. Mueren asesinadas en promedio 11 mujeres al día, victimadas con odio y sadismo, en todos sentidos, requerimos el apoyo de la sociedad en su conjunto. ¡Por favor, ayúdenos!

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