/ viernes 19 de enero de 2018

Imposible

Trump cumplió un año de no estar en la presidencia de Estados Unidos. Sí: está en Washington desde donde muestra sus hábitos existenciales y su comportamiento cotidiano. Tira su camisa del día al suelo de su cuarto en la Casa Blanca, al que entra a las 9 de la noche a dormir solo. Al despertar a las seis del día siguiente, va al baño. Y se vuelve a meter en la cama desde donde, durante una hora, enviará mensajes urbi et orbi. Si antes de salir del cuarto no ve su camisa tirada, la reclama a gritos: “¡…si ahí la dejé, es porque ahí la quiero encontrar…!”   Su último reclamo injurioso lo dirigió a países a los cuales describió como resumideros de heces –shitholes--: El Salvador, Haití La Unión Africana. En diciembre afirmó que todos los haitianos que viven en Miami, ¡tienen SIDA!

Su proyecto de Muro fronterizo del Pacífico al Atlántico esta descalificado. Hace ya varios lustros, el National Geographic Magazine publicó un largo reportaje en torno al equilibrio ecológico –que incluye fauna fluvial anfibia y terrestre cuya vida depende del flujo hidrológico--  después de consultar con los especialistas quienes forman el grupo binacional de voluntarios mexicanos y estadounidenses que protegen flora y fauna que habita y crece en las márgenes de los diversos cauces y sus afluentes, a lo largo de 3201 kilómetros, --1,990 millas entre México y Estados Unidos. El reportaje señala que alteraría el equilibrio ecológico.  Y las diversas alturas y profundidades que protegen y constituyen los cauces fluviales hacen muy costosa la construcción de barreras a lo largo de la frontera más larga del mundo. Señalaron que los migrantes se seguirán arriesgando a cruzar “al otro lado” –como lo hacen quienes cruzan por Texas, Nuevo México, California. Surgiría un ambiente de hostilidad entre los habitantes de uno y otro país. El análisis destacó que ningún acantilado impedirá el cruce de hombres de un país a otro, aún en territorios a lo largo de los cuales el cauce fluvial corre a profundidades muy peligrosas bordeado de acantilados, escalones, cantiles, y escarpas cabalmente verticales. El estudio de la revista National Geographic, publicado hace 15 o 20 años, es una condena lapidaria al intento Trump de construir un muro.  George Bush II en 2006 quiso construir uno de 970 kilómetros, unas 600 millas.  En 2010 el proyecto fue cancelado debido a sus altos costos y su ineficacia inhibitoria de los cruces ilegales. A pesar de las escopetas de los rancheros de Nevada, Nuevo México y Texas, los migrantes continuarán arriesgándose.  No hay muro que los detenga.

Mientras concluye el cuatrienio de Trump, el gobierno federal Mexicano, y los gobiernos estatales por cuyos territorios transiten los decididos migrantes no pueden sino abrir tierras al cultivo para exportar las frutas y legumbres orgánicas que más demanden los importadores estadounidenses. Tierras y hombres aquí están. La demanda de alimentos orgánicos crece día con día. México tiene la excelente mano de obra de los migrantes que han regresado o de los que quieren emigrar por falta de trabajo bien remunerado en su Patria.  Es irresponsable dejar la solución vital al azar, o a la voluntad de una persona cuya conducta muestra claros síntomas de oligofrenia. 

Trump cumplió un año de no estar en la presidencia de Estados Unidos. Sí: está en Washington desde donde muestra sus hábitos existenciales y su comportamiento cotidiano. Tira su camisa del día al suelo de su cuarto en la Casa Blanca, al que entra a las 9 de la noche a dormir solo. Al despertar a las seis del día siguiente, va al baño. Y se vuelve a meter en la cama desde donde, durante una hora, enviará mensajes urbi et orbi. Si antes de salir del cuarto no ve su camisa tirada, la reclama a gritos: “¡…si ahí la dejé, es porque ahí la quiero encontrar…!”   Su último reclamo injurioso lo dirigió a países a los cuales describió como resumideros de heces –shitholes--: El Salvador, Haití La Unión Africana. En diciembre afirmó que todos los haitianos que viven en Miami, ¡tienen SIDA!

Su proyecto de Muro fronterizo del Pacífico al Atlántico esta descalificado. Hace ya varios lustros, el National Geographic Magazine publicó un largo reportaje en torno al equilibrio ecológico –que incluye fauna fluvial anfibia y terrestre cuya vida depende del flujo hidrológico--  después de consultar con los especialistas quienes forman el grupo binacional de voluntarios mexicanos y estadounidenses que protegen flora y fauna que habita y crece en las márgenes de los diversos cauces y sus afluentes, a lo largo de 3201 kilómetros, --1,990 millas entre México y Estados Unidos. El reportaje señala que alteraría el equilibrio ecológico.  Y las diversas alturas y profundidades que protegen y constituyen los cauces fluviales hacen muy costosa la construcción de barreras a lo largo de la frontera más larga del mundo. Señalaron que los migrantes se seguirán arriesgando a cruzar “al otro lado” –como lo hacen quienes cruzan por Texas, Nuevo México, California. Surgiría un ambiente de hostilidad entre los habitantes de uno y otro país. El análisis destacó que ningún acantilado impedirá el cruce de hombres de un país a otro, aún en territorios a lo largo de los cuales el cauce fluvial corre a profundidades muy peligrosas bordeado de acantilados, escalones, cantiles, y escarpas cabalmente verticales. El estudio de la revista National Geographic, publicado hace 15 o 20 años, es una condena lapidaria al intento Trump de construir un muro.  George Bush II en 2006 quiso construir uno de 970 kilómetros, unas 600 millas.  En 2010 el proyecto fue cancelado debido a sus altos costos y su ineficacia inhibitoria de los cruces ilegales. A pesar de las escopetas de los rancheros de Nevada, Nuevo México y Texas, los migrantes continuarán arriesgándose.  No hay muro que los detenga.

Mientras concluye el cuatrienio de Trump, el gobierno federal Mexicano, y los gobiernos estatales por cuyos territorios transiten los decididos migrantes no pueden sino abrir tierras al cultivo para exportar las frutas y legumbres orgánicas que más demanden los importadores estadounidenses. Tierras y hombres aquí están. La demanda de alimentos orgánicos crece día con día. México tiene la excelente mano de obra de los migrantes que han regresado o de los que quieren emigrar por falta de trabajo bien remunerado en su Patria.  Es irresponsable dejar la solución vital al azar, o a la voluntad de una persona cuya conducta muestra claros síntomas de oligofrenia. 

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