/ lunes 25 de junio de 2018

Incertidumbre y reflexión

Como marcaban los pronósticos de principios de año, los primeros seis meses del 2018 han sido intensos en fenómenos disruptivos con la emergencia de temas para la agenda global, como para la intrincada agenda nacional crispada por el proceso electoral y los signos de violencia.

El proceso electoral se acabará en el conteo ciudadano del voto y los anuncios oficiales que determinen al ganador de la contienda. Sólo ahí sabremos con certeza sobre el triunfador y también las primeras señales de lo que viene.

La incertidumbre en los mercados es multivariada y fuertemente condicionada por lo que EEUU provoca, en lo que a las instituciones internacionales se refiere, e incluso, en relación a las bases con sus propios aliados. El populismo en países avanzados con peso geopolítico trae consigo los embates nacionalistas que afecta los mercados y provoca más incertidumbre.

Para México la sola renegociación del TLCAN y sus expectativas, a la baja y a la alza, provocaron sendos movimientos en la bolsa de valores y en el tipo de cambio. El amento en las tasas de interés de EEUU, afecta a todo el mundo, pero en especial a México, que a su vez responde con aumentos domésticos a su tasa de interés para contener los efectos de la volatilidad que marcan los mercados y la liquidez de la moneda mexicana susceptible de ataques especulativos.

Las elecciones tienen su propio efecto de incertidumbre, como cada seis años, solo que en esta elección, la competencia está marcada por un ambiente social antisistémico, una ciudadanía cansada de la clase política y su corrupción, de gastos estratosféricos en las campañas electorales y un diálogo político polarizado por la descalificación y el encono, donde las propuestas no han sido las protagonistas de la contienda.

La reflexión que estipula el proceso electoral mexicano da pauta para ver el cierre de las campañas como el colofón del “perfil” y la “propuesta” de los candidatos. El punto final. Los cierres de campaña determinarán el énfasis del discurso, la capacidad de convocatoria, la organización electoral, la replicación mediática y su prevalencia en redes sociales.

La reflexión inicia también con una trayectoria de estudios de opinión que marcaron las tendencias de intención de voto y otras variables que inciden en el ánimo social con un sistema más amplio de preferencias y rechazos. Las encuestas también juegan en la elección un papel preponderante antes, durante y después del proceso.

En tiempos de reflexión las encuestas quedan atrás y se inhibe su difusión en los medios de comunicación, la preferencia masiva, la intención generalizada de voto, la preferencia efectiva, los nomios de las apuestas y el juego de probabilidades sólo se quedan como referencia, como en el cuadernillo de las carreras de caballos. La carrera empieza con el momento de reflexión, con un espacio social plagado de incertidumbre, posverdad y futbol.

Ciertamente la influencia del futbol es determinante en el ánimo social, pocos eventos provocan euforia social y respuestas masivas para el festejo. El futbol emerge en el proceso electoral con una selección mexicana que juega bien y que gana sus partidos iniciales, sin duda, más allá de los políticos y las campañas, simplemente todo el proceso electoral se subsumió al futbol, al grado de que un candidato prefirió ver el partido con sus allegados, que asistir a un encuentro con los industriales de todo México, que son afines a sus posturas y propuestas.

El futbol se entrecruza con el cierre de las campañas y lo que queda para el tiempo de reflexión, es más futbol dominando la conversación pública. La incertidumbre que abren analistas, calificadoras de inversión y centros de estudios estratégicos, producto del proceso electoral mexicano llegan tarde en la construcción y difusión de sus escenarios.

¿Cómo se comportará el tipo de cambio y los mercados ante los resultados de la elección, cuando la volatilidad ha sido la norma y no la excepción? Se prevén movimientos con efectos por dos semanas, que tenderán a estabilizarse con la institucionalización de los resultados electorales y el nombramiento del equipo de transición del nuevo gobierno. Las agendas se bifurcan, se multiplican los frentes de información y se normalizarán las operaciones. Claro, el efecto Trump estará presente para echar más leña al fuego con sus amagues proteccionistas y migratorios, que abonan a la incertidumbre y la volatilidad de los mercados para lo que resta del año.

El voto razonado es y será la premisa del periodo de reflexión sobre las opciones que tenemos. Las visiones de país convergen en cuanto al despegue económico de México, en cuanto a la lucha contra la corrupción, a la búsqueda de la estabilidad económica y social, respecto al combate a la pobreza y la eficacia del sector público para mejorar la seguridad. Incluso se cuenta con una visión de la política industrial basada en las PYMES y las cadenas de valor, con apertura y diversificación de mercados. Las divergencias son de fondo, por un lado una vertiente de continuidad y cambio, y por otra parte, un cambio de régimen político con nuevas reglas e instituciones. Después del cierre de las campañas, la reflexión para el día de la elección con la camiseta de México bien puesta y listos para lo que sigue.

Como marcaban los pronósticos de principios de año, los primeros seis meses del 2018 han sido intensos en fenómenos disruptivos con la emergencia de temas para la agenda global, como para la intrincada agenda nacional crispada por el proceso electoral y los signos de violencia.

El proceso electoral se acabará en el conteo ciudadano del voto y los anuncios oficiales que determinen al ganador de la contienda. Sólo ahí sabremos con certeza sobre el triunfador y también las primeras señales de lo que viene.

La incertidumbre en los mercados es multivariada y fuertemente condicionada por lo que EEUU provoca, en lo que a las instituciones internacionales se refiere, e incluso, en relación a las bases con sus propios aliados. El populismo en países avanzados con peso geopolítico trae consigo los embates nacionalistas que afecta los mercados y provoca más incertidumbre.

Para México la sola renegociación del TLCAN y sus expectativas, a la baja y a la alza, provocaron sendos movimientos en la bolsa de valores y en el tipo de cambio. El amento en las tasas de interés de EEUU, afecta a todo el mundo, pero en especial a México, que a su vez responde con aumentos domésticos a su tasa de interés para contener los efectos de la volatilidad que marcan los mercados y la liquidez de la moneda mexicana susceptible de ataques especulativos.

Las elecciones tienen su propio efecto de incertidumbre, como cada seis años, solo que en esta elección, la competencia está marcada por un ambiente social antisistémico, una ciudadanía cansada de la clase política y su corrupción, de gastos estratosféricos en las campañas electorales y un diálogo político polarizado por la descalificación y el encono, donde las propuestas no han sido las protagonistas de la contienda.

La reflexión que estipula el proceso electoral mexicano da pauta para ver el cierre de las campañas como el colofón del “perfil” y la “propuesta” de los candidatos. El punto final. Los cierres de campaña determinarán el énfasis del discurso, la capacidad de convocatoria, la organización electoral, la replicación mediática y su prevalencia en redes sociales.

La reflexión inicia también con una trayectoria de estudios de opinión que marcaron las tendencias de intención de voto y otras variables que inciden en el ánimo social con un sistema más amplio de preferencias y rechazos. Las encuestas también juegan en la elección un papel preponderante antes, durante y después del proceso.

En tiempos de reflexión las encuestas quedan atrás y se inhibe su difusión en los medios de comunicación, la preferencia masiva, la intención generalizada de voto, la preferencia efectiva, los nomios de las apuestas y el juego de probabilidades sólo se quedan como referencia, como en el cuadernillo de las carreras de caballos. La carrera empieza con el momento de reflexión, con un espacio social plagado de incertidumbre, posverdad y futbol.

Ciertamente la influencia del futbol es determinante en el ánimo social, pocos eventos provocan euforia social y respuestas masivas para el festejo. El futbol emerge en el proceso electoral con una selección mexicana que juega bien y que gana sus partidos iniciales, sin duda, más allá de los políticos y las campañas, simplemente todo el proceso electoral se subsumió al futbol, al grado de que un candidato prefirió ver el partido con sus allegados, que asistir a un encuentro con los industriales de todo México, que son afines a sus posturas y propuestas.

El futbol se entrecruza con el cierre de las campañas y lo que queda para el tiempo de reflexión, es más futbol dominando la conversación pública. La incertidumbre que abren analistas, calificadoras de inversión y centros de estudios estratégicos, producto del proceso electoral mexicano llegan tarde en la construcción y difusión de sus escenarios.

¿Cómo se comportará el tipo de cambio y los mercados ante los resultados de la elección, cuando la volatilidad ha sido la norma y no la excepción? Se prevén movimientos con efectos por dos semanas, que tenderán a estabilizarse con la institucionalización de los resultados electorales y el nombramiento del equipo de transición del nuevo gobierno. Las agendas se bifurcan, se multiplican los frentes de información y se normalizarán las operaciones. Claro, el efecto Trump estará presente para echar más leña al fuego con sus amagues proteccionistas y migratorios, que abonan a la incertidumbre y la volatilidad de los mercados para lo que resta del año.

El voto razonado es y será la premisa del periodo de reflexión sobre las opciones que tenemos. Las visiones de país convergen en cuanto al despegue económico de México, en cuanto a la lucha contra la corrupción, a la búsqueda de la estabilidad económica y social, respecto al combate a la pobreza y la eficacia del sector público para mejorar la seguridad. Incluso se cuenta con una visión de la política industrial basada en las PYMES y las cadenas de valor, con apertura y diversificación de mercados. Las divergencias son de fondo, por un lado una vertiente de continuidad y cambio, y por otra parte, un cambio de régimen político con nuevas reglas e instituciones. Después del cierre de las campañas, la reflexión para el día de la elección con la camiseta de México bien puesta y listos para lo que sigue.