/ jueves 26 de diciembre de 2019

Infancia trágica

En la víspera de la Navidad, tiempo de unidad familiar, propongo al lector reflexionar y buscar posibles soluciones ante una niñez mutilada.

Vivimos en una sociedad fragmentada por la desigualdad, la pobreza y la falta de oportunidades. Inevitablemente estos factores afectan a nuestros infantes. Basta recordar la trágica historia de Edgar, el mal llamado ‘niño sicario’, retrato del desamparo infantil. El indicador más ilustrativo de un estado en decadencia se observa cuando vejamos y desatendemos la primera etapa del ser humano.

Duelen las estadísticas: 10 mil 547 menores han sido asesinados en siete años, lo que representa, 124 infantes son ultimados cada mes. “76% de los casos corresponden a niños y hombres adolescentes y 24% a niñas y mujeres adolescentes”, detalla el Informe Anual 2018 de la Unicef.

El organismo alerta que entre 2007 al 2017, los homicidios de infantes se incrementaron en un 152%. 2012 fue el año más letal, alcanzando una cifra de 1 mil 614 homicidios. Chihuahua, Zacatecas, Michoacán, Guerrero y Baja California, entidades con mayor índice. En el 56% de los casos, se utilizó un arma de fuego.

En este escenario, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos estima que el crimen organizado ha dejado a más de 30 mil menores de edad y adolescentes “sin cuidados parentales”, es decir, huérfanos.

El origen de la violencia contra la niñez es multifactorial. Veamos.

A finales del 2017 se tenía un registro de más de 5 mil menores desaparecidos. El 60% correspondían a niñas y mujeres adolescentes. El sector salud ha atendido 68 mil menores lesionados, el 57% corresponden a niñas y mujeres adolescentes. Seis de diez menores entre 1 a 14 años han sufrido violencia dentro del hogar. Ocho de diez niños y adolescentes entre 10 y 17 años han sido agredidos

En otros datos, 4 millones de infantes no van a la escuela y más de 600 mil están en riesgo de abandonar las aulas. 2.5 millones trabajan para contribuir a la economía del hogar, de esta cifra, el 14% tienen entre 5 a 11 años.

Habrá que sumar que 40 millones viven en situación de pobreza. 91% de niños indígenas son pobres. Uno de cada diez niños que tienen menos de 5 años registran desnutrición crónica.

Ante esta tragedia, la Unicef recomienda establecer estándares normativos e instrumentos para la protección de los derechos humanos, además, invertir mayores recursos en investigación y recolección de datos para diseñar políticas públicas más efectivas.

De no atender dichas recomendaciones, estaremos claudicando a nuestro futuro.

En la víspera de la Navidad, tiempo de unidad familiar, propongo al lector reflexionar y buscar posibles soluciones ante una niñez mutilada.

Vivimos en una sociedad fragmentada por la desigualdad, la pobreza y la falta de oportunidades. Inevitablemente estos factores afectan a nuestros infantes. Basta recordar la trágica historia de Edgar, el mal llamado ‘niño sicario’, retrato del desamparo infantil. El indicador más ilustrativo de un estado en decadencia se observa cuando vejamos y desatendemos la primera etapa del ser humano.

Duelen las estadísticas: 10 mil 547 menores han sido asesinados en siete años, lo que representa, 124 infantes son ultimados cada mes. “76% de los casos corresponden a niños y hombres adolescentes y 24% a niñas y mujeres adolescentes”, detalla el Informe Anual 2018 de la Unicef.

El organismo alerta que entre 2007 al 2017, los homicidios de infantes se incrementaron en un 152%. 2012 fue el año más letal, alcanzando una cifra de 1 mil 614 homicidios. Chihuahua, Zacatecas, Michoacán, Guerrero y Baja California, entidades con mayor índice. En el 56% de los casos, se utilizó un arma de fuego.

En este escenario, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos estima que el crimen organizado ha dejado a más de 30 mil menores de edad y adolescentes “sin cuidados parentales”, es decir, huérfanos.

El origen de la violencia contra la niñez es multifactorial. Veamos.

A finales del 2017 se tenía un registro de más de 5 mil menores desaparecidos. El 60% correspondían a niñas y mujeres adolescentes. El sector salud ha atendido 68 mil menores lesionados, el 57% corresponden a niñas y mujeres adolescentes. Seis de diez menores entre 1 a 14 años han sufrido violencia dentro del hogar. Ocho de diez niños y adolescentes entre 10 y 17 años han sido agredidos

En otros datos, 4 millones de infantes no van a la escuela y más de 600 mil están en riesgo de abandonar las aulas. 2.5 millones trabajan para contribuir a la economía del hogar, de esta cifra, el 14% tienen entre 5 a 11 años.

Habrá que sumar que 40 millones viven en situación de pobreza. 91% de niños indígenas son pobres. Uno de cada diez niños que tienen menos de 5 años registran desnutrición crónica.

Ante esta tragedia, la Unicef recomienda establecer estándares normativos e instrumentos para la protección de los derechos humanos, además, invertir mayores recursos en investigación y recolección de datos para diseñar políticas públicas más efectivas.

De no atender dichas recomendaciones, estaremos claudicando a nuestro futuro.