/ martes 19 de abril de 2022

Inflación, problema mundial

Santiago Fernández Sordo*

Si usted ha percibido, de unos meses para acá, que su dinero alcanza cada vez para menos o que sus ingresos se agotan cada vez más rápido a pesar de que sigue comprando exactamente lo mismo, lo que usted está experimentando es el fenómeno económico conocido como inflación.

No es el único. Mucha gente, alrededor del mundo, está experimentando lo mismo. Las últimas cifras en México arrojaron que los precios de bienes y servicios que adquirimos todos los días incrementaron cerca de 7.45% en el último año. Es el mayor incremento de precios a nivel nacional en poco más de dos décadas.

A nivel global, la situación no es muy distinta: en Brasil los precios han crecido hasta 11.3% en el último año; en Chile, durante marzo, lo precios registraron su mayor alza en un solo mes desde 1993 y la inflación alcanzó 9.4% en los últimos 12 meses; en el Reino Unido la inflación es la más alta en tres décadas (6.2%); en Estados Unidos no se veía a los precios crecer tanto en al menos 40 años (8.5%); y en la Eurozona no ha habido una inflación tan alta como la de hoy (7.5%) desde que existe el bloque del Euro.

De especial relevancia es el alza en los precios de los alimentos. De acuerdo a indicadores de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) los precios de los alimentos se incrementaron 13% en marzo y 75% desde mediados de 2020.

El alza más reciente en los precios de alimentos está vinculada con la guerra en Ucrania. Verá, Rusia y Ucrania exportan cerca del 30% del trigo que se comercia a nivel mundial y 18% del maíz. Más aún, Rusia es el más grande exportador de fertilizantes a nivel mundial, esenciales para el cultivo de alimentos. En medio de la guerra (y de sanciones económicas), muchos de los cargamentos de exportación no han salido de la región y eso ha causado una escasez que se refleja en precios más altos. Pero incluso antes del conflicto en Ucrania, los precios de los alimentos se encontraban ya en sus niveles más altos de los últimos 10 años. En parte por problemas de logística, suministro y escasez que se desprendieron de la pandemia; en parte también por sequías y condiciones climáticas extremas (cambio climático) que han afectado los cultivos.

Preocupa el alza de estos precios por sus implicaciones para la capacidad de subsistencia de muchas familias. El conflicto en Ucrania tiene consecuencias inmediatas para las familias de bajos ingresos, cuya dieta tiende a depender más de los cereales y granos, en comparación con las familias de ingreso medio, que cuentan con acceso a otros alimentos como la carne, frutas y vegetales. Pero a mediano plazo, de mantenerse la menor disponibilidad de fertilizantes y los altos costos de la energía (otro factor decisivo que ha contribuido a la inflación), muy probablemente se encarecerá el cultivo, transporte y procesamiento de todo tipo de alimentos. Esto es, una mayor inflación que nos afectará a usted y a mí; y con más fuerza a las familias de menores ingresos. En última instancia, hablamos crisis alimentarias (algunas ya patentes en África) o inestabilidad social (evidente ya en Perú, Irak o Sri Lanka).

*Profesor de la Facultad de Estudios Globales, Universidad Anáhuac México.


Santiago Fernández Sordo*

Si usted ha percibido, de unos meses para acá, que su dinero alcanza cada vez para menos o que sus ingresos se agotan cada vez más rápido a pesar de que sigue comprando exactamente lo mismo, lo que usted está experimentando es el fenómeno económico conocido como inflación.

No es el único. Mucha gente, alrededor del mundo, está experimentando lo mismo. Las últimas cifras en México arrojaron que los precios de bienes y servicios que adquirimos todos los días incrementaron cerca de 7.45% en el último año. Es el mayor incremento de precios a nivel nacional en poco más de dos décadas.

A nivel global, la situación no es muy distinta: en Brasil los precios han crecido hasta 11.3% en el último año; en Chile, durante marzo, lo precios registraron su mayor alza en un solo mes desde 1993 y la inflación alcanzó 9.4% en los últimos 12 meses; en el Reino Unido la inflación es la más alta en tres décadas (6.2%); en Estados Unidos no se veía a los precios crecer tanto en al menos 40 años (8.5%); y en la Eurozona no ha habido una inflación tan alta como la de hoy (7.5%) desde que existe el bloque del Euro.

De especial relevancia es el alza en los precios de los alimentos. De acuerdo a indicadores de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) los precios de los alimentos se incrementaron 13% en marzo y 75% desde mediados de 2020.

El alza más reciente en los precios de alimentos está vinculada con la guerra en Ucrania. Verá, Rusia y Ucrania exportan cerca del 30% del trigo que se comercia a nivel mundial y 18% del maíz. Más aún, Rusia es el más grande exportador de fertilizantes a nivel mundial, esenciales para el cultivo de alimentos. En medio de la guerra (y de sanciones económicas), muchos de los cargamentos de exportación no han salido de la región y eso ha causado una escasez que se refleja en precios más altos. Pero incluso antes del conflicto en Ucrania, los precios de los alimentos se encontraban ya en sus niveles más altos de los últimos 10 años. En parte por problemas de logística, suministro y escasez que se desprendieron de la pandemia; en parte también por sequías y condiciones climáticas extremas (cambio climático) que han afectado los cultivos.

Preocupa el alza de estos precios por sus implicaciones para la capacidad de subsistencia de muchas familias. El conflicto en Ucrania tiene consecuencias inmediatas para las familias de bajos ingresos, cuya dieta tiende a depender más de los cereales y granos, en comparación con las familias de ingreso medio, que cuentan con acceso a otros alimentos como la carne, frutas y vegetales. Pero a mediano plazo, de mantenerse la menor disponibilidad de fertilizantes y los altos costos de la energía (otro factor decisivo que ha contribuido a la inflación), muy probablemente se encarecerá el cultivo, transporte y procesamiento de todo tipo de alimentos. Esto es, una mayor inflación que nos afectará a usted y a mí; y con más fuerza a las familias de menores ingresos. En última instancia, hablamos crisis alimentarias (algunas ya patentes en África) o inestabilidad social (evidente ya en Perú, Irak o Sri Lanka).

*Profesor de la Facultad de Estudios Globales, Universidad Anáhuac México.