/ jueves 16 de mayo de 2019

Infraestructura y Energía | El PND y la energía

Se presentó el Plan Nacional de Desarrollo para el periodo 2018-2024 en dos partes, primero una especie de exposición de motivos en términos genéricos, y posteriormente se dio a conocer una extensión a manera de un anexo de carácter más técnico.

El Plan espera su ratificación por el Congreso de la Unión después de analizarlo y, con alguna suerte, ampliarlo. En esencia, y en términos prácticos, el Plan Nacional de Desarrollo marca dos objetivos medibles: el primero, y respondiendo a las promesas como candidato a la presidencia de la República de Andres Manuel Lopez Obrador, es lograr la autosuficiencia en el suministro de combustibles para el país. El segundo es la ratificación del objetivo, asentado en ley, para alcanzar 35 por ciento del consumo nacional de electricidad mediante el uso de energías limpias, es decir, prácticamente todas las renovables y la cogeneración industrial. De hecho, el objetivo nacional en el Plan Nacional de Desarrollo -35.8 por ciento- rebasaría el objetivo de ley marginalmente.

La lectura de lo expresado como objetivos con métricas definidas es grande por cualquier ángulo por el que se le vea, pero si se comprobaran algunos matices sobre estos puntos, estos podrían convertirse en tareas que requerirían enormes inversiones. El primero, la autosuficiencia en combustibles puede interpretarse como suficiente capacidad de refinación, lo que se alcanzaría si tan sólo se invirtiera en la reparación exitosa para la recuperación de las seis refinerías existentes, y se rebasaría si la propuesta para la nueva refinería en Dos Bocas se completa y echa a andar durante este sexenio.

Lo anterior es complejo desde cualquier punto de vista, primero por los recursos económicos que se requeriría para estos seis proyectos, y, segundo, porque las capacidades de administración de proyectos en el país tendrán que extenderse de no estar haciendo prácticamente nada ahora, hasta tener que hacer las ingenierías y coordinar la ejecución de siete proyectos de gran envergadura.

Además, y lo mas importante es si la producción de petróleo -grado 22 API- alrededor de la que se diseñaría la refinería, esta garantizada bajo alguno de los escenarios previsibles, o si tendría que lograrse mediante mezclas de petróleos, o si la autosuficiencia prometida es solo para la manufactura de los combustibles, y no para toda la cadena desde la extracción petrolera y hasta su transformación en combustibles. La diferencia entre un enfoque y el otro, es fundamental y lo segundo presumiría un esfuerzo todavía mayor y que también requeriría de una gran cantidad de recursos de todo tipo.

En el caso del objetivo para el consumo de energías limpias es incierto al momento, pero por la decisión de cancelar o posponer, las muy exitosas subastas para la adquisición de energía eléctrica categorizables como “limpias”. El Gobierno de la República tendrá que enterarnos del camino que promoverá, o implementará, para lograr este objetivo. Hoy, la pura inercia de lo hecho el sexenio anterior no será suficiente para cumplir, por lo que Rocío Nahle, la secretaria de Energía, tendrá que comunicar qué camino usaremos para cumplir con la ley, y con el Plan Nacional de Desarrollo que muy probablemente habrá de aprobar el Congreso de la Unión.

En dos semanas trataré sobre lo que pienso son las omisiones en el PND.

mail: eduardoandradeiturribarria@gmail.com

Se presentó el Plan Nacional de Desarrollo para el periodo 2018-2024 en dos partes, primero una especie de exposición de motivos en términos genéricos, y posteriormente se dio a conocer una extensión a manera de un anexo de carácter más técnico.

El Plan espera su ratificación por el Congreso de la Unión después de analizarlo y, con alguna suerte, ampliarlo. En esencia, y en términos prácticos, el Plan Nacional de Desarrollo marca dos objetivos medibles: el primero, y respondiendo a las promesas como candidato a la presidencia de la República de Andres Manuel Lopez Obrador, es lograr la autosuficiencia en el suministro de combustibles para el país. El segundo es la ratificación del objetivo, asentado en ley, para alcanzar 35 por ciento del consumo nacional de electricidad mediante el uso de energías limpias, es decir, prácticamente todas las renovables y la cogeneración industrial. De hecho, el objetivo nacional en el Plan Nacional de Desarrollo -35.8 por ciento- rebasaría el objetivo de ley marginalmente.

La lectura de lo expresado como objetivos con métricas definidas es grande por cualquier ángulo por el que se le vea, pero si se comprobaran algunos matices sobre estos puntos, estos podrían convertirse en tareas que requerirían enormes inversiones. El primero, la autosuficiencia en combustibles puede interpretarse como suficiente capacidad de refinación, lo que se alcanzaría si tan sólo se invirtiera en la reparación exitosa para la recuperación de las seis refinerías existentes, y se rebasaría si la propuesta para la nueva refinería en Dos Bocas se completa y echa a andar durante este sexenio.

Lo anterior es complejo desde cualquier punto de vista, primero por los recursos económicos que se requeriría para estos seis proyectos, y, segundo, porque las capacidades de administración de proyectos en el país tendrán que extenderse de no estar haciendo prácticamente nada ahora, hasta tener que hacer las ingenierías y coordinar la ejecución de siete proyectos de gran envergadura.

Además, y lo mas importante es si la producción de petróleo -grado 22 API- alrededor de la que se diseñaría la refinería, esta garantizada bajo alguno de los escenarios previsibles, o si tendría que lograrse mediante mezclas de petróleos, o si la autosuficiencia prometida es solo para la manufactura de los combustibles, y no para toda la cadena desde la extracción petrolera y hasta su transformación en combustibles. La diferencia entre un enfoque y el otro, es fundamental y lo segundo presumiría un esfuerzo todavía mayor y que también requeriría de una gran cantidad de recursos de todo tipo.

En el caso del objetivo para el consumo de energías limpias es incierto al momento, pero por la decisión de cancelar o posponer, las muy exitosas subastas para la adquisición de energía eléctrica categorizables como “limpias”. El Gobierno de la República tendrá que enterarnos del camino que promoverá, o implementará, para lograr este objetivo. Hoy, la pura inercia de lo hecho el sexenio anterior no será suficiente para cumplir, por lo que Rocío Nahle, la secretaria de Energía, tendrá que comunicar qué camino usaremos para cumplir con la ley, y con el Plan Nacional de Desarrollo que muy probablemente habrá de aprobar el Congreso de la Unión.

En dos semanas trataré sobre lo que pienso son las omisiones en el PND.

mail: eduardoandradeiturribarria@gmail.com