/ martes 10 de mayo de 2022

Japón, Rusia… y Ucrania

Dircea Arroyo Buganza*

*Profesora y Coordinadora académica en la Facultad de Estudios Globales, Universidad Anáhuac.

En los primeros meses del año 2022 inició un conflicto por parte del gobierno ruso hacia a Ucrania. Esto originó que varios Estados se pronunciaran en contra de las acciones bélicas del gobierno dirigido por Vladimir Putin. El primer ministro japonés Fumio Kishida se unió a las sanciones que se le impusieron a Rusia desde febrero del presente año.

Estas tuvieron tres ejes: suspensión de visas, de exportaciones e importaciones de ciertos lugares de las regiones afectadas por la guerra y, por último, el gobierno japonés prohibió tanto la negociación como la emisión de bonos rusos en su territorio.

Desde el inicio, el primer ministro Kishida ha buscado coordinarse con las acciones que ha llevado el G7 para presionar a que Rusia se detenga, pero, al mismo tiempo, sin romper por completo con ese país.

Aun así, desde el mes de abril, el Estado Japonés se sumó a la expulsión de personas rusas en su territorio, como una forma de presión para detener la guerra. También se prohibió la importación de carbón y vodka y se congelaron activos de ciertos bancos rusos y de rusos (tanto militares como civiles).

Aunado a esto el gobierno japonés ha buscado apoyo de otras naciones para detener la invasión rusa desde el ámbito diplomático. Ejemplo de esto son las acciones que ha tomado el ministro de relaciones exteriores japonés, Yoshimasa Hayasi, quien solicitó una reunión con su homólogo kazajo Mukhtar Tileuberdi, debido que faltó el día en que en la Asamblea General de la ONU se reunió para votar en contra de Rusia por sus acciones en Ucrania.

Este acercamiento le permitió a Japón seguir en conversaciones no solamente con Kazajstán, sino también con Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán. En donde justo condenaba las acciones de la federación rusa en contra de Ucrania. El señor Yoshimasa Hayasi continúo con estas reuniones; el primero de mayo tuvo a una sesión con su homólogo Batmunkh Battesetesg en Mongolia para buscar el apoyo de países que no se hubieran manifestado en contra del gobierno de Moscú, explicando cómo se violentaba el derecho internacional con estas acciones.

Debido a lo anterior, el gobierno ruso respondió prohibiendo la entrada a varios funcionarios japoneses entre los que se encuentran el primer ministro Kishida, el ministro de relaciones exteriores Hayasi, el ministro de defensa Nobuo Kishi y el secretario de gabinete Hirokazu Matsuno. Moscú percibe las acciones de Tokio como una campaña en contra de Rusia, que busca desprestigiarlo dañando tanto su imagen en el sistema internacional, como su economía.

Esta situación ha afectado la relación bilateral entre Rusia y Japón. Aunado a las sanciones que se han impuesto estos Estados, han suspendido de manera indefinida las negociaciones con respecto a los territorios del norte. Antes de la segunda guerra mundial le pertenecieron a Tokio y después de 1945 quedaron en manos rusas.

Debido a la guerra en Ucrania ha cambiado la dinámica entre ambos. Japón ha buscado ser un actor más activo y cercano de Asia central; a pesar del costo que implica alejarse de Moscú. Rusia por su parte no dejará la invasión, aunque esto implique una distancia con Tokio.

Dircea Arroyo Buganza*

*Profesora y Coordinadora académica en la Facultad de Estudios Globales, Universidad Anáhuac.

En los primeros meses del año 2022 inició un conflicto por parte del gobierno ruso hacia a Ucrania. Esto originó que varios Estados se pronunciaran en contra de las acciones bélicas del gobierno dirigido por Vladimir Putin. El primer ministro japonés Fumio Kishida se unió a las sanciones que se le impusieron a Rusia desde febrero del presente año.

Estas tuvieron tres ejes: suspensión de visas, de exportaciones e importaciones de ciertos lugares de las regiones afectadas por la guerra y, por último, el gobierno japonés prohibió tanto la negociación como la emisión de bonos rusos en su territorio.

Desde el inicio, el primer ministro Kishida ha buscado coordinarse con las acciones que ha llevado el G7 para presionar a que Rusia se detenga, pero, al mismo tiempo, sin romper por completo con ese país.

Aun así, desde el mes de abril, el Estado Japonés se sumó a la expulsión de personas rusas en su territorio, como una forma de presión para detener la guerra. También se prohibió la importación de carbón y vodka y se congelaron activos de ciertos bancos rusos y de rusos (tanto militares como civiles).

Aunado a esto el gobierno japonés ha buscado apoyo de otras naciones para detener la invasión rusa desde el ámbito diplomático. Ejemplo de esto son las acciones que ha tomado el ministro de relaciones exteriores japonés, Yoshimasa Hayasi, quien solicitó una reunión con su homólogo kazajo Mukhtar Tileuberdi, debido que faltó el día en que en la Asamblea General de la ONU se reunió para votar en contra de Rusia por sus acciones en Ucrania.

Este acercamiento le permitió a Japón seguir en conversaciones no solamente con Kazajstán, sino también con Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán. En donde justo condenaba las acciones de la federación rusa en contra de Ucrania. El señor Yoshimasa Hayasi continúo con estas reuniones; el primero de mayo tuvo a una sesión con su homólogo Batmunkh Battesetesg en Mongolia para buscar el apoyo de países que no se hubieran manifestado en contra del gobierno de Moscú, explicando cómo se violentaba el derecho internacional con estas acciones.

Debido a lo anterior, el gobierno ruso respondió prohibiendo la entrada a varios funcionarios japoneses entre los que se encuentran el primer ministro Kishida, el ministro de relaciones exteriores Hayasi, el ministro de defensa Nobuo Kishi y el secretario de gabinete Hirokazu Matsuno. Moscú percibe las acciones de Tokio como una campaña en contra de Rusia, que busca desprestigiarlo dañando tanto su imagen en el sistema internacional, como su economía.

Esta situación ha afectado la relación bilateral entre Rusia y Japón. Aunado a las sanciones que se han impuesto estos Estados, han suspendido de manera indefinida las negociaciones con respecto a los territorios del norte. Antes de la segunda guerra mundial le pertenecieron a Tokio y después de 1945 quedaron en manos rusas.

Debido a la guerra en Ucrania ha cambiado la dinámica entre ambos. Japón ha buscado ser un actor más activo y cercano de Asia central; a pesar del costo que implica alejarse de Moscú. Rusia por su parte no dejará la invasión, aunque esto implique una distancia con Tokio.