/ miércoles 11 de abril de 2018

Juego de palabras | Aumenta el peligro de judicialización de la democracia

Como si no fueran suficientes los riesgos que la amenazan, cada día se consolida más el peligro de la judicialización de los procesos electorales mexicanos.

De que las elecciones, que teóricamente deben de resolverse por el voto de las mayorías, las decida el voto de una persona.

De momento, lo más sugerente es el pleito entre el

Instituto Nacional Electoral, INE, y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, TEPJF, que resuelve sin apelación las impugnaciones

que surgen de los procesos. En este último, las palabras operantes son “ Poder Judicial “, así que,

en última instancia, ni los electores, ni los poderes Ejecutivo o Legislativo, tienen nada que decir acerca de los resultados de una elección presidencial, por ejemplo, solo el Poder Judicial.

Y las cosas se complican cuando, como parece estar ocurriendo, el INE y el TEPJF, están envueltos en una rivalidad feroz. El último de los ejemplos es el fallo del segundo a favor del gobernador con licencia de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, el apodado

“ Bronco “, ordenándole al primero que regreso al antedicho a la boleta, para que pueda ser candidato a la Presidencia. Si Rodríguez Calderón ganara la elección, habría sido electo por una persona, ya que la votación fue de cuatro magistrados a favor, tres en contra.

Si las cosas siguen así, el Poder Judicial terminará por imponerse sobre los otros dos, y será el que nos gobierne. El Presidente y el Congreso tendrán que someter a su juicio previo todo tipo de decisiones de importancia nacional, so pena de que los togados se las echen atrás por anticonstitucionales o porque se violaron sus derechos de audiencia y/o presunción de inocencia, como ocurrió con JRC. Lo cual será una magistocracia, aunque impecablemente constitucional.

Camacho: diseñar con la cabeza y ejecutar con el corazón

César Camacho, candidato del PRI al Senado de la República por el Estado de México, criticó a quienes ponen por delante el rencor, la destrucción, el ir hacia atrás y rodearse de gente que es perseguida por la justicia, “no me parece que esa sea una buena señal y una expresión de esperanza para el futuro”.

Como si no fueran suficientes los riesgos que la amenazan, cada día se consolida más el peligro de la judicialización de los procesos electorales mexicanos.

De que las elecciones, que teóricamente deben de resolverse por el voto de las mayorías, las decida el voto de una persona.

De momento, lo más sugerente es el pleito entre el

Instituto Nacional Electoral, INE, y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, TEPJF, que resuelve sin apelación las impugnaciones

que surgen de los procesos. En este último, las palabras operantes son “ Poder Judicial “, así que,

en última instancia, ni los electores, ni los poderes Ejecutivo o Legislativo, tienen nada que decir acerca de los resultados de una elección presidencial, por ejemplo, solo el Poder Judicial.

Y las cosas se complican cuando, como parece estar ocurriendo, el INE y el TEPJF, están envueltos en una rivalidad feroz. El último de los ejemplos es el fallo del segundo a favor del gobernador con licencia de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, el apodado

“ Bronco “, ordenándole al primero que regreso al antedicho a la boleta, para que pueda ser candidato a la Presidencia. Si Rodríguez Calderón ganara la elección, habría sido electo por una persona, ya que la votación fue de cuatro magistrados a favor, tres en contra.

Si las cosas siguen así, el Poder Judicial terminará por imponerse sobre los otros dos, y será el que nos gobierne. El Presidente y el Congreso tendrán que someter a su juicio previo todo tipo de decisiones de importancia nacional, so pena de que los togados se las echen atrás por anticonstitucionales o porque se violaron sus derechos de audiencia y/o presunción de inocencia, como ocurrió con JRC. Lo cual será una magistocracia, aunque impecablemente constitucional.

Camacho: diseñar con la cabeza y ejecutar con el corazón

César Camacho, candidato del PRI al Senado de la República por el Estado de México, criticó a quienes ponen por delante el rencor, la destrucción, el ir hacia atrás y rodearse de gente que es perseguida por la justicia, “no me parece que esa sea una buena señal y una expresión de esperanza para el futuro”.