/ miércoles 4 de julio de 2018

Juego de palabras | El poder absoluto corrompe

Este 2018, violento, travieso, amargo y dulzón, se vio además aderezado por dos incógnitas tamaño baño: las elecciones federales y el campeonato mundial de futbol. En ambos eventos estaban comprometidos muchos factores que le iban a dar rumbo y forma al país.

Durante 48 horas fatales, se contestaron las preguntas fundamentales, y hoy ya sabemos quienes nos gobernarán y representarán durante los próximos seis años, y que la selección mexicana consolida una tradición de 20 años repitiendo su periplo de pase a octavos y al aeropuerto. Es reconfortante que al menos una parte de lo que nos interesa conserve historia y consecuencia.

La otra parte, la del gobierno y la representación, está en el ominoso terreno de que todo puede suceder y por lo general sucede. Ciertamente la mitad de los electores votaron por la coalición que resultó finalmente triunfante, lo cual es muy de tener en cuenta; pero igualmente debe tenerse en cuenta que la otra mitad no votó por ellos. Y todos son mexicanos.

Como a todas las novedades, a la izquierda en el poder uno se debe acercar con todas las precauciones posibles. Fíjese en las calificadoras Moody’s y Fitch que, si por un lado han decidido no mover de momento la calificación de la deuda mexicana, por la otra advierten que deberá transcurrir por lo menos un año, para que la administración entrante genere certidumbre y estabilidad. Mientras tanto, el peso ya está dando muestras de debilidad y la bolsa, en su primer día de actividad luego de la elección, se desplomó dos por ciento. No es otro Lunes Negro ni mucho menos, pero tampoco un banderazo para salir a comprar acciones.

También hay que tomar en cuenta la observación de Lord Acton de que el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente. El tsunami de votos que sus tres campañas volcaron sobre Andrés Manuel López Obrador le reportan, si no de jure, un de facto poder absoluto, pues controlará en los tres primeros años de su gobierno los poderes Ejecutivo y Legislativo. No impacta todavía al Judicial, pero la historia da cuenta de cuan vulnerable y maleable es este poder cuando sus pares se vuelven impares.

Por lo pronto las primeras acciones del virtual presidente electo no han tenido nada de revolucionarias o disruptivas. Hasta ahora la opinión prevalente en los medios, tanto nacionales como extranjeros, es la de que, sin dejar ser un ideólogo de izquierda, es también un político pragmático.

Se diluye el fantasma de Hugo Chávez y toma fuerza el ejemplo de Lula da Silva, aun desde su celda de 15 metros cuadrados en Curitiba.

Buenos días. Buena suerte.

juegodepalabras1@yahoo.com

Sitio Web: juegodepalabras.mx


Este 2018, violento, travieso, amargo y dulzón, se vio además aderezado por dos incógnitas tamaño baño: las elecciones federales y el campeonato mundial de futbol. En ambos eventos estaban comprometidos muchos factores que le iban a dar rumbo y forma al país.

Durante 48 horas fatales, se contestaron las preguntas fundamentales, y hoy ya sabemos quienes nos gobernarán y representarán durante los próximos seis años, y que la selección mexicana consolida una tradición de 20 años repitiendo su periplo de pase a octavos y al aeropuerto. Es reconfortante que al menos una parte de lo que nos interesa conserve historia y consecuencia.

La otra parte, la del gobierno y la representación, está en el ominoso terreno de que todo puede suceder y por lo general sucede. Ciertamente la mitad de los electores votaron por la coalición que resultó finalmente triunfante, lo cual es muy de tener en cuenta; pero igualmente debe tenerse en cuenta que la otra mitad no votó por ellos. Y todos son mexicanos.

Como a todas las novedades, a la izquierda en el poder uno se debe acercar con todas las precauciones posibles. Fíjese en las calificadoras Moody’s y Fitch que, si por un lado han decidido no mover de momento la calificación de la deuda mexicana, por la otra advierten que deberá transcurrir por lo menos un año, para que la administración entrante genere certidumbre y estabilidad. Mientras tanto, el peso ya está dando muestras de debilidad y la bolsa, en su primer día de actividad luego de la elección, se desplomó dos por ciento. No es otro Lunes Negro ni mucho menos, pero tampoco un banderazo para salir a comprar acciones.

También hay que tomar en cuenta la observación de Lord Acton de que el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente. El tsunami de votos que sus tres campañas volcaron sobre Andrés Manuel López Obrador le reportan, si no de jure, un de facto poder absoluto, pues controlará en los tres primeros años de su gobierno los poderes Ejecutivo y Legislativo. No impacta todavía al Judicial, pero la historia da cuenta de cuan vulnerable y maleable es este poder cuando sus pares se vuelven impares.

Por lo pronto las primeras acciones del virtual presidente electo no han tenido nada de revolucionarias o disruptivas. Hasta ahora la opinión prevalente en los medios, tanto nacionales como extranjeros, es la de que, sin dejar ser un ideólogo de izquierda, es también un político pragmático.

Se diluye el fantasma de Hugo Chávez y toma fuerza el ejemplo de Lula da Silva, aun desde su celda de 15 metros cuadrados en Curitiba.

Buenos días. Buena suerte.

juegodepalabras1@yahoo.com

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