/ viernes 1 de junio de 2018

Juego de palabras | El último día de la volatilidad

Todo empezó cuando el Pato hizo efectiva su amenaza de renegociar el TLCAN y el peso se subió a la cuerda floja. Todo el mundo dijo: en cuanto se renegocie el Tratado – cuestión de días, porque Videgaray es cuaderno cuadriculado con raya roja, resorte francés y tapa dura de Jared Kushner – será el último día de la volatilidad.

Luego vino el desdén, reflejado en las encuestas, por el candidato oficialista. Y todo el mundo dijo: en cuanto

prenda la campaña de Meade, será el último día de la volatilidad.

Luego vino la guerra comercial con China, y los impuestos al acero y el aluminio mexicanos, canadienses y europeos. Y todo el mundo dijo: en cuanto Trump nos perdone los impuestos será el último día de la volatilidad. Trump suspendió los impuestos, pero ahora los volvió a instalar. La volatilidad volvió a volar ( si me perdonan la aliteración y el pleonasmo ).

Luego vino la batalla campal entre los candidatos presidenciales, y entre el populismo y los empresarios.

Y todo el mundo dijo: en cuanto los hombres del dinero se convenzan de que el populismo no va a ganar, será el último día de la volatilidad.

Pero el pleito siguió y sigue. La Bolsa ha perdido cinco mil puntos, perdió el piso de 45 mil y va camino de los 40 mil. La intención de voto por el populismo ha llegado al 52 por ciento. Todo el mundo dice: en cuanto se celebre la elección, gane quien gane, ese será el último día de la volatilidad.

Pero como suele suceder cuando chicas inocentes son manoseadas por ca*r*nes, en sus viajes de Herodes a Pilatos, la volatilidad perdió su especial virginidad, que es la credibilidad, y ya nadie se atreve a predecir cuándo se estabilizará el peso y se recuperarán los mercados.

Excepto un grupo selecto de sabios y experimentados observadores y analistas de la política mexicana que hasta el momento no han hablado, y que a lo mejor nunca lo harán. Porque este grupo de iluminati todavía está alineando sus criterios y puliendo su bola de cristal. Y no es para menos, porque hasta el momento su pronóstico es bicéfalo, como el águila napoleónica, y Juno, reina de los dioses, y por lo mismo tiene divididos sus criterios.

La mitad piensa que el último día de la volatilidad será el 20 de enero de 2021, cuando Donald Trump abandone la Casa Blanca ( nadie acepta la posibilidad de que sea reelecto ), la otra mitad está segura de que, aun cuando Trump regrese a su torre de la quinta avenida comenzando 2021, la volatilidad en México no terminará hasta el primero de diciembre de 2024, cuando habremos vivido la primera mitad de la segunda Docena Trágica.

Buenos días. Buena suerte.

juegodepalabras1@yahoo.com

Sitio Web: juegodepalabras.mx

Todo empezó cuando el Pato hizo efectiva su amenaza de renegociar el TLCAN y el peso se subió a la cuerda floja. Todo el mundo dijo: en cuanto se renegocie el Tratado – cuestión de días, porque Videgaray es cuaderno cuadriculado con raya roja, resorte francés y tapa dura de Jared Kushner – será el último día de la volatilidad.

Luego vino el desdén, reflejado en las encuestas, por el candidato oficialista. Y todo el mundo dijo: en cuanto

prenda la campaña de Meade, será el último día de la volatilidad.

Luego vino la guerra comercial con China, y los impuestos al acero y el aluminio mexicanos, canadienses y europeos. Y todo el mundo dijo: en cuanto Trump nos perdone los impuestos será el último día de la volatilidad. Trump suspendió los impuestos, pero ahora los volvió a instalar. La volatilidad volvió a volar ( si me perdonan la aliteración y el pleonasmo ).

Luego vino la batalla campal entre los candidatos presidenciales, y entre el populismo y los empresarios.

Y todo el mundo dijo: en cuanto los hombres del dinero se convenzan de que el populismo no va a ganar, será el último día de la volatilidad.

Pero el pleito siguió y sigue. La Bolsa ha perdido cinco mil puntos, perdió el piso de 45 mil y va camino de los 40 mil. La intención de voto por el populismo ha llegado al 52 por ciento. Todo el mundo dice: en cuanto se celebre la elección, gane quien gane, ese será el último día de la volatilidad.

Pero como suele suceder cuando chicas inocentes son manoseadas por ca*r*nes, en sus viajes de Herodes a Pilatos, la volatilidad perdió su especial virginidad, que es la credibilidad, y ya nadie se atreve a predecir cuándo se estabilizará el peso y se recuperarán los mercados.

Excepto un grupo selecto de sabios y experimentados observadores y analistas de la política mexicana que hasta el momento no han hablado, y que a lo mejor nunca lo harán. Porque este grupo de iluminati todavía está alineando sus criterios y puliendo su bola de cristal. Y no es para menos, porque hasta el momento su pronóstico es bicéfalo, como el águila napoleónica, y Juno, reina de los dioses, y por lo mismo tiene divididos sus criterios.

La mitad piensa que el último día de la volatilidad será el 20 de enero de 2021, cuando Donald Trump abandone la Casa Blanca ( nadie acepta la posibilidad de que sea reelecto ), la otra mitad está segura de que, aun cuando Trump regrese a su torre de la quinta avenida comenzando 2021, la volatilidad en México no terminará hasta el primero de diciembre de 2024, cuando habremos vivido la primera mitad de la segunda Docena Trágica.

Buenos días. Buena suerte.

juegodepalabras1@yahoo.com

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