/ viernes 6 de julio de 2018

Juego de palabras | Luna de miel para cien

El Pequeño D’Estrabau Ilustrado define luna de miel como la relación que vive un presidente electo con la mayoría de las clases vivas – y con todas las pendejas -, hasta que anuncia su gabinete. Andrés Manuel López Obrador, quien es más vivo que un dolor de muelas, quiso desactivar esta reacción anunciando un borrador gabinetal meses antes de la elección, y dejando que algunos de los protonombrados comiencen a practicar retóricamente su encargo desde la elección, especialmente quienes se encargarán de la política interior y de las finanzas públicas.

( Por cierto que en el área de la política interior ya hay nubarrones en el horizonte. Para los poquísimos lectores – si alguno - que no leen el chino clásico, explico que el pictograma para discordia son dos mujeres bajo un mismo techo. Las dos damas que cuidan esa área en el equipo de transición, se portan como si las dos fueran a ser secretarias de Gobernación: doña Olga Sánchez Cordero está hablando con todos los gobernadores, en funciones y electos y, al parecer, leyéndoles la cartilla; Tatiana Clouthier hace declaraciones disruptivas como que

“ La reforma educativa va pa' atrás (sic), ahí sí no hay duda” ). Por lo demás, la miel no sólo está en la luna sino que

ya inunda todo el sistema solar. Hasta la prensa rosa se ha hecho eco del arrase andromoreno, y se dedica a narrar como el tout Mexique se lanzó sobre las urnas, y a ilustrar como nuestras más destacadas socialités vistieron la democracia al estilo del Faubourg Saint-Honoré. Por cierto que ninguna, contra lo esperado, adornó su cuello con un listón rojo, como lo hacían las aristócratas francesas durante la Revolución.

Con los patrones y con los empleados

Por cierto que el rapport con el presidente Peña es un triunfo de las relaciones públicas. El incumbente ya fue informado de que sin importar las facilidades que dé, y las piedras que quite del camino, de plano no va a tener pensión, y si esa amputación de alrededor de 50 millones de pesos a sus finanzas personales le desagradó, es demasiado buen político como para demostrarlo y mucho menos comentarlo hasta el 30 de noviembre a las cero horas. Después, a lo mejor

se declara en huelga de hambre, como su antecesor Salinas, pero de momento todo el mundo quieto en base.

Los más públicos e intensos de los arrumacos son con el grupo de los 100, la clase empresarial. El hacha de guerra está enterrada, la pipa de la paz fumada y sólo falta firmar físicamente el tratado de paz. Los sindicatos, por su parte, no han sido convocados ni visitados, pero ellos son de confianza, son de casa, como se dice. Sus únicos actos de adhesión han consistido en desplegados periodísticos, donde congratulan y se congratulan de la victoria, aunque faltan – todo hay que decirlo – algunos logotipos de los más pesados.


Buenos días. Buena suerte.

juegodepalabras1@yahoo.com

Sitio Web: juegodepalabras.mx

El Pequeño D’Estrabau Ilustrado define luna de miel como la relación que vive un presidente electo con la mayoría de las clases vivas – y con todas las pendejas -, hasta que anuncia su gabinete. Andrés Manuel López Obrador, quien es más vivo que un dolor de muelas, quiso desactivar esta reacción anunciando un borrador gabinetal meses antes de la elección, y dejando que algunos de los protonombrados comiencen a practicar retóricamente su encargo desde la elección, especialmente quienes se encargarán de la política interior y de las finanzas públicas.

( Por cierto que en el área de la política interior ya hay nubarrones en el horizonte. Para los poquísimos lectores – si alguno - que no leen el chino clásico, explico que el pictograma para discordia son dos mujeres bajo un mismo techo. Las dos damas que cuidan esa área en el equipo de transición, se portan como si las dos fueran a ser secretarias de Gobernación: doña Olga Sánchez Cordero está hablando con todos los gobernadores, en funciones y electos y, al parecer, leyéndoles la cartilla; Tatiana Clouthier hace declaraciones disruptivas como que

“ La reforma educativa va pa' atrás (sic), ahí sí no hay duda” ). Por lo demás, la miel no sólo está en la luna sino que

ya inunda todo el sistema solar. Hasta la prensa rosa se ha hecho eco del arrase andromoreno, y se dedica a narrar como el tout Mexique se lanzó sobre las urnas, y a ilustrar como nuestras más destacadas socialités vistieron la democracia al estilo del Faubourg Saint-Honoré. Por cierto que ninguna, contra lo esperado, adornó su cuello con un listón rojo, como lo hacían las aristócratas francesas durante la Revolución.

Con los patrones y con los empleados

Por cierto que el rapport con el presidente Peña es un triunfo de las relaciones públicas. El incumbente ya fue informado de que sin importar las facilidades que dé, y las piedras que quite del camino, de plano no va a tener pensión, y si esa amputación de alrededor de 50 millones de pesos a sus finanzas personales le desagradó, es demasiado buen político como para demostrarlo y mucho menos comentarlo hasta el 30 de noviembre a las cero horas. Después, a lo mejor

se declara en huelga de hambre, como su antecesor Salinas, pero de momento todo el mundo quieto en base.

Los más públicos e intensos de los arrumacos son con el grupo de los 100, la clase empresarial. El hacha de guerra está enterrada, la pipa de la paz fumada y sólo falta firmar físicamente el tratado de paz. Los sindicatos, por su parte, no han sido convocados ni visitados, pero ellos son de confianza, son de casa, como se dice. Sus únicos actos de adhesión han consistido en desplegados periodísticos, donde congratulan y se congratulan de la victoria, aunque faltan – todo hay que decirlo – algunos logotipos de los más pesados.


Buenos días. Buena suerte.

juegodepalabras1@yahoo.com

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