Un político es alguien que puede mantener dos puntos de vista totalmente opuestos, y seguir funcionando.
Los políticos no mienten, sencillamente rara vez dicen toda la verdad. La política es un arte. Un arte donde no se busca la perfección, sino la ventaja.
El problema con quienes alcanzan suficiente poder, es que siempre quieren más.
Una comisión es un animal con cuatro patas traseras.
En política, la sobrevivencia es una infinita capacidad de sospecha.
Nadie puede aterrorizar a una nación, sin que todos seamos sus cómplices.
En los tiempos que se acercan vamos a escuchar infinidad de discursos políticos. En ellos vamos a encontrar cosas nuevas y verdaderas. Desafortunadamente, en la mayoría de los casos, lo que es nuevo es falso, y lo que es verdadero es viejo.
Contrariamente a lo que se esperaba, parece que las guerras y revoluciones no están desapareciendo en el siglo XXI, sino creciendo hasta alturas inimaginables. Y que las democracias están declinando, dando lugar a varias clases de despotismos.
No se puede enfrentar una revolución con un referendo.
Una revolución es una idea que ha encontrado bayonetas.
Quienes hacen imposibles las revoluciones pacíficas, hacen inevitables las violentas. La pureza de las revoluciones dura una quincena.
Todo revolucionario exitoso termina poniéndose la ropa del tirano que depuso.
Cuando un político señala a otro, debe recordar que cuatro de sus dedos están señalando hacia él mismo.
Si usted quiere saber cómo luce cuando duerme, párese frente a un espejo con los ojos cerrados.
La política es popular porque se basa esencialmente en descubrir escándalos.
Ver las lacras de los poderosos expuestas en la plaza pública nos da a los ciudadanos comunes la sensación de que, como le enseñaron de niño, el bien termina por imponerse sobre el mal. Y ver a los culpables retorcerse bajo la condenación pública, les permite ejercer legítimamente su natural sadismo.
Tratar de convencer a un político de que decline una nominación a la que se considera con derecho, es como tratar de convencer a un niño de ocho años de que hacer el amor es más sabroso que un helado de chocolate.
¿Se hace política en el otro mundo? Previendo que así sea, conozco varios políticos que, cuando van a los velorios, disimuladamente se acercan al féretro y deslizan su tarjeta.
Un legislador bisoño es como una virgen naufragada, que llega desnuda y sola a las costas de una Isla del Diablo que aprisiona a violadores compulsivos.
Los monopolios son muy generosos. Son como los verdugos que le informan al condenado a la silla eléctrica que puede escoger entre corriente alterna o directa.
Eliminar las instituciones de la República para fortalecer la democracia, es como usar una guillotina para curar la caspa.
Si está usted planeando una campaña política , por favor tome en cuenta que: Una calcomanía no es una filosofía.
Que no sólo de pan vive el hombre, sino también de promesas.
Un buen slogan puede oscurecer el análisis por 50 años. Diga lo que quiera, pero sin olvidar que un slogan no es una solución.
Buenos días. Buena suerte.
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