/ lunes 20 de agosto de 2018

Kofi Annan y su lucha contra las violencias

Para nadie es extraño las dificultades que enfrenta cotidianamente la Organización de las Naciones Unidas. Quizá la más onerosa deriva de la falta de pago de sus cuotas de algunos de sus miembros. Otra circunstancia desgastante deriva de los intereses imperantes de países como Estados Unidos, Rusia, China o los integrados a la Unión Europea o del medio oriente y su influencia en las decisiones desde el consejo de seguridad, del consejo económico y social o el de derechos humanos, así recibió Kofi Annan su encomienda en UN y la enfrenta con gran inteligencia.

Llega a la Secretaría General de Naciones Unidas en 1997 propuesto por Ghana y es el primer afro descendiente en ocupar este encargo. En 2001 recibe el premio Nobel de la paz junto con la ONU reconociendo así su gran labor para influir en la resolución de los conflictos y en la búsqueda de la paz. Entre otras situaciones complicadas debe resolver la importante deuda de EU, además diversos conflictos en algunas regiones como Ruanda, Bosnia e Irak; en algunos casos como se sabe, no pudo remontar las inercias de los conflictos, sin embargo siempre se ha reconocido su compromiso para influir en la búsqueda de la paz.

Es importante recordarle en una determinación que ha permitido conocer con más profundidad las consecuencias de la violencia contra las mujeres en el mundo; antes de terminar su segunda gestión en 2006, ordena a un grupo de especialistas el “Estudio a fondo sobre todas las formas de violencia contra la Mujer, Informe del Secretario General”. El alcance del estudio señala que el fenómeno de la violencia contra las mujeres es una forma de discriminación y violación a los derechos humanos de las mujeres por su condición de género e identifica en su diagnóstico mundial que el patriarcado y otras formas de dominación y subordinación son la causas y origen de los diversos tipos de violencia que padecen mujeres de todas las edades y de todas las culturas. Históricamente los roles de género, socialmente construidos de las mujeres y los hombres, han estado jerárquicamente constituidos de manera que los hombres ejercen su poder y control contra ellas.

La violencia dentro de la familia y en su vida pública y comunitaria están enmarcadas por una permisividad del Estado y por la ausencia de un marco jurídico y legal que garantice justicia para las víctimas y la sanción correspondiente para los victimarios. El estudio reconoce que la cuestión de la violencia contra la mujer adquirió prominencia gracias al trabajo de base de las organizaciones y movimientos de mujeres en todo el mundo.

El informe identifica la violencia psicoemocional o psicológica contra las mujeres como una de las violencias más cruentas por su invisibilidad. Señala como un obstaculizador el relativismo cultural respecto del reconocimiento de los derechos humanos. En México está debidamente planteado en el artículo 2 constitucional al establecer que ningún sistema normativo o uso o costumbre, puede estar por encima de los derechos humanos de las mujeres y las niñas. La revisión y evaluación del marco jurídico y de las acciones gubernamentales son imprescindibles para fortalecer la eficacia para prevenir y enfrentar la violencia contra las mujeres. “El mundo gasta miles de millones para la guerra, no deberíamos gastar uno o dos millones para la paz?” Este es Kofi Annan.





Para nadie es extraño las dificultades que enfrenta cotidianamente la Organización de las Naciones Unidas. Quizá la más onerosa deriva de la falta de pago de sus cuotas de algunos de sus miembros. Otra circunstancia desgastante deriva de los intereses imperantes de países como Estados Unidos, Rusia, China o los integrados a la Unión Europea o del medio oriente y su influencia en las decisiones desde el consejo de seguridad, del consejo económico y social o el de derechos humanos, así recibió Kofi Annan su encomienda en UN y la enfrenta con gran inteligencia.

Llega a la Secretaría General de Naciones Unidas en 1997 propuesto por Ghana y es el primer afro descendiente en ocupar este encargo. En 2001 recibe el premio Nobel de la paz junto con la ONU reconociendo así su gran labor para influir en la resolución de los conflictos y en la búsqueda de la paz. Entre otras situaciones complicadas debe resolver la importante deuda de EU, además diversos conflictos en algunas regiones como Ruanda, Bosnia e Irak; en algunos casos como se sabe, no pudo remontar las inercias de los conflictos, sin embargo siempre se ha reconocido su compromiso para influir en la búsqueda de la paz.

Es importante recordarle en una determinación que ha permitido conocer con más profundidad las consecuencias de la violencia contra las mujeres en el mundo; antes de terminar su segunda gestión en 2006, ordena a un grupo de especialistas el “Estudio a fondo sobre todas las formas de violencia contra la Mujer, Informe del Secretario General”. El alcance del estudio señala que el fenómeno de la violencia contra las mujeres es una forma de discriminación y violación a los derechos humanos de las mujeres por su condición de género e identifica en su diagnóstico mundial que el patriarcado y otras formas de dominación y subordinación son la causas y origen de los diversos tipos de violencia que padecen mujeres de todas las edades y de todas las culturas. Históricamente los roles de género, socialmente construidos de las mujeres y los hombres, han estado jerárquicamente constituidos de manera que los hombres ejercen su poder y control contra ellas.

La violencia dentro de la familia y en su vida pública y comunitaria están enmarcadas por una permisividad del Estado y por la ausencia de un marco jurídico y legal que garantice justicia para las víctimas y la sanción correspondiente para los victimarios. El estudio reconoce que la cuestión de la violencia contra la mujer adquirió prominencia gracias al trabajo de base de las organizaciones y movimientos de mujeres en todo el mundo.

El informe identifica la violencia psicoemocional o psicológica contra las mujeres como una de las violencias más cruentas por su invisibilidad. Señala como un obstaculizador el relativismo cultural respecto del reconocimiento de los derechos humanos. En México está debidamente planteado en el artículo 2 constitucional al establecer que ningún sistema normativo o uso o costumbre, puede estar por encima de los derechos humanos de las mujeres y las niñas. La revisión y evaluación del marco jurídico y de las acciones gubernamentales son imprescindibles para fortalecer la eficacia para prevenir y enfrentar la violencia contra las mujeres. “El mundo gasta miles de millones para la guerra, no deberíamos gastar uno o dos millones para la paz?” Este es Kofi Annan.