/ martes 12 de junio de 2018

La autonomía de la ASF

Algo está mal o tiene otro trasfondo cuando un asunto laboral al interior de la ASF pretende asumirse como un escándalo mediático. Más allá de lo que se ha escrito en medios y redes, no hay hasta el momento elementos objetivos, para objetar la decisión del nuevo Auditor David Colmenares, de reestructurar su equipo de trabajo. En un intento por mantenerse en los cargos del grupo saliente en la máxima entidad fiscalizadora, poco se ha reflexionado sobre los resultados específicos o, los primeros años de la gestión de Juan Manuel Portal, y mucho menos del respeto a la autonomía de dicha entidad.

En los primeros días de enero de 2011, la Cámara de Diputados, a través de la Comisión de Vigilancia de la Auditoria Superior de la Federación, y su brazo técnico, la Unidad de Evaluación y Control, determinó que el ingeniero Celerino Cruz García, ex funcionario de Petróleos Mexicanos, nombrado Auditor de Inversiones Físicas por el entonces Auditor Superior Portal, debían serle fincadas responsabilidades, y ser despedido de la ASF.

Cruz, había asumido dicha dirección general en 2010, justo después de haber sido el encargado de Contratos y Proyectos en Pemex, entidad que observada por el primer Auditor Superior, González de Aragón, quien en aquel entonces realizó una de las primeras auditorias reales y directas contra una entidad tan importante como la paraestatal.

En aquella ocasión, fue tal la oposición hacia esta designación, -pues era evidente que Cruz llegaría a auditarse a sí mismo y a proteger a sus superiores-, que la entonces Presidenta de la Comisión de Vigilancia, Estela Damián, además de oponerse a dicho nombramiento, hizo un llamado para que no se le asignara presupuesto a la ASF, pues era inconcebible que para aquel tiempo Portal ya le hubiese encomendado 26 auditorías a su antiguo lugar de trabajo, Pemex. A pesar esto, Portal desistió en removerle de su cargo, además de minimizar el desvío de 13 millones de dólares de la paraestatal al considerar que “era una cantidad menor o pequeña, con relación a las operaciones en exportaciones e importaciones”.

Portal –quien había sido Contralor en Pemex-, fue señalado al inicio de su gestión por rodearse de exdirectivos de la petrolera responsables de anomalías administrativas, y quienes terminaron auditando contratos firmados por ellos mismos.

Con el fin de una etapa al frente de la ASF en 2018, el grupo de funcionarios que ha salido de la fiscalizadora por una reestructura, se ha mostrado molesto y agraviado, no solo por la libre decisión de su actual Titular, que más allá de revelaciones, en el incompleto SNA, poca eficiencia tuvieron en sustanciar acusaciones y consolidar denuncias contra la camada de gobernadores salientes del PRI, desde los Duarte, Granier, Medina Mora y Miguel Alonso en Zacatecas.

Además de las más de 900 denuncias, existe más de 13 mil casos de Cuentas Públicas pasadas que no culminaron en nada. Hasta hoy si bien se le achaca la responsabilidad de este letargo a la PGR, ésta última, trata de deslindar su falta de acción señalando que la integración de averiguaciones por parte de la Auditoria al mando de Portal, era deficiente por lo que tenían que realizar mayores esfuerzos para fincar responsabilidades. Lo único cierto es que los resultados concretos son escasos.

Colmenares logró la confianza del Congreso, y hoy a solo dos meses de gestión tiene de frente grandes retos. Al parecer el primero, será dejar en claro que la autonomía de la ASF es innegable e incuestionable, y que la Comisión de Vigilancia, es el único mecanismo formal ante el cual debe rendir cuentas. Pero los resultados todos podremos evaluarlos a la luz de sus primeras investigaciones quizá antes de terminar el año. Es vital evitar provocaciones que pretenden exacerbar la desconfianza hacia las instituciones, y contaminar el prestigio de una entidad fundamental, que va más allá de las personas en lo individual.

Diputada por el Movimiento Ciudadano

@ClauCorichi

Algo está mal o tiene otro trasfondo cuando un asunto laboral al interior de la ASF pretende asumirse como un escándalo mediático. Más allá de lo que se ha escrito en medios y redes, no hay hasta el momento elementos objetivos, para objetar la decisión del nuevo Auditor David Colmenares, de reestructurar su equipo de trabajo. En un intento por mantenerse en los cargos del grupo saliente en la máxima entidad fiscalizadora, poco se ha reflexionado sobre los resultados específicos o, los primeros años de la gestión de Juan Manuel Portal, y mucho menos del respeto a la autonomía de dicha entidad.

En los primeros días de enero de 2011, la Cámara de Diputados, a través de la Comisión de Vigilancia de la Auditoria Superior de la Federación, y su brazo técnico, la Unidad de Evaluación y Control, determinó que el ingeniero Celerino Cruz García, ex funcionario de Petróleos Mexicanos, nombrado Auditor de Inversiones Físicas por el entonces Auditor Superior Portal, debían serle fincadas responsabilidades, y ser despedido de la ASF.

Cruz, había asumido dicha dirección general en 2010, justo después de haber sido el encargado de Contratos y Proyectos en Pemex, entidad que observada por el primer Auditor Superior, González de Aragón, quien en aquel entonces realizó una de las primeras auditorias reales y directas contra una entidad tan importante como la paraestatal.

En aquella ocasión, fue tal la oposición hacia esta designación, -pues era evidente que Cruz llegaría a auditarse a sí mismo y a proteger a sus superiores-, que la entonces Presidenta de la Comisión de Vigilancia, Estela Damián, además de oponerse a dicho nombramiento, hizo un llamado para que no se le asignara presupuesto a la ASF, pues era inconcebible que para aquel tiempo Portal ya le hubiese encomendado 26 auditorías a su antiguo lugar de trabajo, Pemex. A pesar esto, Portal desistió en removerle de su cargo, además de minimizar el desvío de 13 millones de dólares de la paraestatal al considerar que “era una cantidad menor o pequeña, con relación a las operaciones en exportaciones e importaciones”.

Portal –quien había sido Contralor en Pemex-, fue señalado al inicio de su gestión por rodearse de exdirectivos de la petrolera responsables de anomalías administrativas, y quienes terminaron auditando contratos firmados por ellos mismos.

Con el fin de una etapa al frente de la ASF en 2018, el grupo de funcionarios que ha salido de la fiscalizadora por una reestructura, se ha mostrado molesto y agraviado, no solo por la libre decisión de su actual Titular, que más allá de revelaciones, en el incompleto SNA, poca eficiencia tuvieron en sustanciar acusaciones y consolidar denuncias contra la camada de gobernadores salientes del PRI, desde los Duarte, Granier, Medina Mora y Miguel Alonso en Zacatecas.

Además de las más de 900 denuncias, existe más de 13 mil casos de Cuentas Públicas pasadas que no culminaron en nada. Hasta hoy si bien se le achaca la responsabilidad de este letargo a la PGR, ésta última, trata de deslindar su falta de acción señalando que la integración de averiguaciones por parte de la Auditoria al mando de Portal, era deficiente por lo que tenían que realizar mayores esfuerzos para fincar responsabilidades. Lo único cierto es que los resultados concretos son escasos.

Colmenares logró la confianza del Congreso, y hoy a solo dos meses de gestión tiene de frente grandes retos. Al parecer el primero, será dejar en claro que la autonomía de la ASF es innegable e incuestionable, y que la Comisión de Vigilancia, es el único mecanismo formal ante el cual debe rendir cuentas. Pero los resultados todos podremos evaluarlos a la luz de sus primeras investigaciones quizá antes de terminar el año. Es vital evitar provocaciones que pretenden exacerbar la desconfianza hacia las instituciones, y contaminar el prestigio de una entidad fundamental, que va más allá de las personas en lo individual.

Diputada por el Movimiento Ciudadano

@ClauCorichi