/ martes 13 de marzo de 2018

La bola de la OCDE ¿Nublada por los buenos deseos?

Gobiernos de uno y otro signo van y vienen, pero México sigue atado al crecimiento del dos por ciento

( que sólo superó con Zedillo que le dejó al PAN un PIB del siete por ciento ). Y el problema no es simplemente rebasar el dos por ciento y sus décimas, es que simplemente esos números no alcanzan, pues son culpables de los salarios, que no crecen, y de los 50 millones de pobres y la deuda, que sí crecen.

México necesita desembrutecersu PI por lo menos al cinco por ciento , pero no lo hará este año ni el próximo. La Organizaciónpara la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, ya miró en su bola de cristal y aumentó su previsión para este a un 2.5 por ciento, y la de 2019 a un 2.8 por ciento. Y esto sería aceptablemente positivo, si no fuera porque la bola de cristal de la OCDE tiende a nublarse por la buena voluntad y el patriotismo.

En primer lugar, es evidente para cualquiera que

conozca cómo se está rizando el origami – y no uso la palabreja para presumir de cultura japonesa, sino porque cualquier otra metáfora sería deprimente –

entre el Bravo y el Suchiate que cualquiera que aventure pronósticossobre lo que va a pasar en

México en los próximos 20 meses está haciendo un ejercicio en adivinación, con cimientos más frágiles que todos los edificios que se desplomaron el 19S.

Solamente el desenlace de dos incógnitas, la elección presidencial y el TLCAN, pueden cambiar radicalmente las perspectivas del país, sin importarproyecciones de economistas, planes de empresarios y robusteces institucionales.

Por otra parte, para evitar frentazos, es siempre prudente tomar con un grano de sal las predicciones

halagüeñas para nuestro México lindo y querido cuando proceden, intrafronteras, del Inegi, la secretaría de Hacienda y Banxico, y extrafronteras,

de la OCDE y la CEPAL. Es que, sabe usted, las mexicanas y los mexicanos padecen de un patriotismo feroz, muchas veces alimentado por compromisos

de grupo o menos transparentes, y en la OCDE manda un mexicano, José Ángel Gurría, y en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, manda una mexicana, Alicia Bárcena Ibarra, y ninguno de los dos siempre, que haya yo visto y leído, jamás dejan de meter el hombro por el joven abuelo.

De todos modos la OCDE basa sus profecías en una subida de la economía gringa por los recortes a los impuestos corporativos. Este mejor panorama alcanzará a17 de las 20 economías del G20, lo que permite prever que la economía mundial tendrá su mayor expansión en siete años: 3.9 por ciento. Que su boca sea santa.

Buenos días. Buena suerte.

juegodepalabras1@yahoo.com

Sitio Web: juegodepalabras.mx

Gobiernos de uno y otro signo van y vienen, pero México sigue atado al crecimiento del dos por ciento

( que sólo superó con Zedillo que le dejó al PAN un PIB del siete por ciento ). Y el problema no es simplemente rebasar el dos por ciento y sus décimas, es que simplemente esos números no alcanzan, pues son culpables de los salarios, que no crecen, y de los 50 millones de pobres y la deuda, que sí crecen.

México necesita desembrutecersu PI por lo menos al cinco por ciento , pero no lo hará este año ni el próximo. La Organizaciónpara la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, ya miró en su bola de cristal y aumentó su previsión para este a un 2.5 por ciento, y la de 2019 a un 2.8 por ciento. Y esto sería aceptablemente positivo, si no fuera porque la bola de cristal de la OCDE tiende a nublarse por la buena voluntad y el patriotismo.

En primer lugar, es evidente para cualquiera que

conozca cómo se está rizando el origami – y no uso la palabreja para presumir de cultura japonesa, sino porque cualquier otra metáfora sería deprimente –

entre el Bravo y el Suchiate que cualquiera que aventure pronósticossobre lo que va a pasar en

México en los próximos 20 meses está haciendo un ejercicio en adivinación, con cimientos más frágiles que todos los edificios que se desplomaron el 19S.

Solamente el desenlace de dos incógnitas, la elección presidencial y el TLCAN, pueden cambiar radicalmente las perspectivas del país, sin importarproyecciones de economistas, planes de empresarios y robusteces institucionales.

Por otra parte, para evitar frentazos, es siempre prudente tomar con un grano de sal las predicciones

halagüeñas para nuestro México lindo y querido cuando proceden, intrafronteras, del Inegi, la secretaría de Hacienda y Banxico, y extrafronteras,

de la OCDE y la CEPAL. Es que, sabe usted, las mexicanas y los mexicanos padecen de un patriotismo feroz, muchas veces alimentado por compromisos

de grupo o menos transparentes, y en la OCDE manda un mexicano, José Ángel Gurría, y en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, manda una mexicana, Alicia Bárcena Ibarra, y ninguno de los dos siempre, que haya yo visto y leído, jamás dejan de meter el hombro por el joven abuelo.

De todos modos la OCDE basa sus profecías en una subida de la economía gringa por los recortes a los impuestos corporativos. Este mejor panorama alcanzará a17 de las 20 economías del G20, lo que permite prever que la economía mundial tendrá su mayor expansión en siete años: 3.9 por ciento. Que su boca sea santa.

Buenos días. Buena suerte.

juegodepalabras1@yahoo.com

Sitio Web: juegodepalabras.mx