Hace unas semanas quien estaba como jefe de la Oficina de la Presidencia, el Ing. Alfonso Romo Garza, en una reunión del Consejo Nacional Agropecuario inició su intervención con una frase de Octavio Paz que decía “la ceguera biológica impide ver, la ceguera ideológica impide pensar” esta frase viene a colación haciendo una reflexión de lo que debemos hacer en México, que es quitarnos de ideologías y, siendo realmente responsables, combatir la pobreza, reconociendo que ésta solo se combate con la unión de los sectores privado, público y social.
Estamos como país enfrentando la más grave crisis del México moderno, una crisis de salud, económica, de seguridad y política, en donde es necesario replantear de manera urgente el proyecto de nación para poder enfrentarla de la mejor manera.
Se requiere de medidas y acciones de política pública que vayan encaminadas a lograr la reactivación económica en el menor tiempo posible, y con el menor impacto negativo en nuestra sociedad y en las empresas. Para ello, la inversión es fundamental y, si vemos que la inversión pública esta etiquetada y el gasto público comprometido, lo único que tiene México para crecer es la inversión privada. A su vez, dentro de la inversión privada, cerca del 90% es del sector privado nacional, ya que la inversión extranjera es solamente el 7 al 10%, por lo que, lo que debemos hacer, es que el Gobierno y su Gabinete, se mantengan con una visión de cero barreras a la inversión y, por el contrario, sean promotores de la misma.
El sector agroalimentario mexicano, ha demostrado, a pesar de la crisis que estamos viviendo, ser un sector que ha seguido creciendo y que puede ser un motor de la economía; un gran aliado para la reactivación económica y para la generación de empleos, tan necesarios en estos momentos para apoyar al combate a la pobreza y a generar mayor bienestar a la población; no solamente a proveer de alimentos sanos y de calidad, sino a convertirse en una palanca del desarrollo.
Pero, más allá de este potencial del agro, se han recortado los recursos destinados para el campo, con una reducción del 40% en los últimos dos años; se eliminó en plena pandemia el apoyo al Diesel agropecuario y marino, cuando los socios comerciales tienen un costo 3 veces menor para este energético; se han intentado establecer gravámenes para el agua de uso agropecuario; se ha buscado prohibir el uso de semillas mejoradas, que permiten tener mayores productividades; existe una corriente ideológica que está satanizando el uso de productos químicos, como el Glifosato, argumentando que puede ser cancerígeno, sin que este científicamente comprobado; se han implementado medidas para prohibir la importación de semilla de algodón genéticamente modificada, de nueva generación, que es más productiva, y se han satanizado a los alimentos procesados, argumentando que son causales de graves problemas de salud, cuando es un problema integral y multifactorial
Es de la mayor importancia que se mida el impacto negativo de todo este conjunto de Ideologías que se pretenden implementar; reconocemos que es sano que existan diferentes formas de pensar, pero es necesario también que se tenga una discusión abierta, con el ánimo de no solo de oír, sino también de escuchar; en donde se planteen todas las alternativas; en donde se pongan sobre la mesa los argumentos y los sustentos necesarios que permitan enriquecer la discusión, y así poder analizar y tomar las mejores decisiones.
Todos queremos y deseamos un México próspero; un país de oportunidades, sin pobreza y desigualdades; una nación sin violencia; un México en donde todos unidos podamos avanzar hacia un mejor futuro para nosotros y, sobre todo, para las nuevas generaciones y el mundo que aspiramos heredarles. El éxito en el largo plazo dependerá de las decisiones correctas que tomemos en el corto plazo; que es hoy y ahora…evitemos tomar decisiones que destruyan lo construido y conlleven un retroceso de lo que hemos ganado.
Ing. Luis Fernando Haro Encinas
Director General
Consejo Nacional Agropecuario.
