/ lunes 3 de mayo de 2021

La Comisión Permanente, espacio de construcción

por Omar Navarro *

Con la sesión del pasado viernes, la Cámara de Diputados cerró el período ordinario de sesiones, lo cual implica que prácticamente esta LXIV Legislatura llegó a su término.

Ésta fue una Legislatura que cambió la visión de la Constitución y de las leyes. Con el nuevo entramado jurídico, se dijo ya no más la prevalencia del mercado por encima del Estado. Ahora, en el espíritu de las leyes predomina la idea de un Estado de bienestar, que tiene como eje los derechos de todas las personas y está imbuido de un sentido de solidaridad y justicia.

Tres años durante los cuales empezó a construirse otra forma de gobernar, que no es nueva, pero que tomó fuerza desde 2008 con una perspectiva basada en el Informe de la Comisión sobre la Medición del Desarrollo Económico y del Progreso Social, elaborado por Joseph E. Stiglitz y Amartya Sen, donde se plantea que el desarrollo de las naciones no puede medirse sólo a partir de criterios monetarios.

En ese estudio, se explica que la medición del producto interno bruto (PIB) que se ha venido utilizando para determinar el avance de las economías nacionales, no es el ideal para conocer el grado de desarrollo de un país, en virtud de la alta concentración de la riqueza en unas cuantas manos: de qué sirve que haya mucho dinero si éste se concentra en menos del uno por ciento de la población.

El objetivo consistió en reafirmar que la mano invisible del mercado no resuelve las profundas contradicciones económicas ni sociales.

La última sesión fue como una síntesis de la Legislatura entera: se aprobaron dictámenes por consenso de todas las fuerzas políticas y hubo momentos de fuertes debates, posturas contrarias e irreconciliables, reflejo de ideas políticas diversas, pero en las cuales –a pesar de todo– siempre se privilegió el debate y la discusión.

Una muestra de esta pluralidad fue el juicio de procedencia del gobernador de Tamaulipas; se debatió con verdadero ahínco durante casi siete horas, antes de proceder a la votación. Mientras en el Congreso de Tamaulipas se decidió, en menos de hora y media, que no era procedente el desafuero del gobernador. Así la disparidad del debate y las decisiones entre el poder federal y los poderes locales en nuestro país.

La pluralidad se da también en el interior de las fracciones parlamentarias, tal y como ocurrió con las reformas propuestas a la Ley Federal del Derecho de Autor. El dictamen fue aprobado en la Comisión de Cultura, con un amplio apoyo de los diputados de Morena, sin embargo, al exponerse ante el Pleno y analizar las implicaciones, se detectaron fallas en la confección de la figura de cuota compensatoria, cuyo impacto final implicaba un aumento de los precios para los consumidores de cualquier dispositivo con capacidad de grabar y almacenar –como los teléfonos celulares–. Ante esto, la iniciativa, independientemente de la fracción parlamentaria, obtuvo un rechazo de los diputados, quienes votaron en contra de la referida reforma.

Como dijo Irene Vallejo al recibir el Premio Aragón 2021: “Tal vez por eso llamamos parlamento al espacio parlanchín de la palabra, el lugar donde se celebra esa sorprendente ceremonia que engendra los debates y las leyes, los textos que hilan el tapiz de lo que somos”. Y creo que el mejor reflejo es el actual Congreso, que ha demostrado ser un espacio de debate político, de acuerdos y consensos, tan necesarios en este tiempo de efervescencia electoral. Lo mismo ocurrirá con la Comisión Permanente que se instaló el pasado 30 de abril y que funcionará hasta el 31 de agosto.

* Asesor Temático de Economía del Grupo Parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados

@navarroo28

navarroo28@gmail.com

por Omar Navarro *

Con la sesión del pasado viernes, la Cámara de Diputados cerró el período ordinario de sesiones, lo cual implica que prácticamente esta LXIV Legislatura llegó a su término.

Ésta fue una Legislatura que cambió la visión de la Constitución y de las leyes. Con el nuevo entramado jurídico, se dijo ya no más la prevalencia del mercado por encima del Estado. Ahora, en el espíritu de las leyes predomina la idea de un Estado de bienestar, que tiene como eje los derechos de todas las personas y está imbuido de un sentido de solidaridad y justicia.

Tres años durante los cuales empezó a construirse otra forma de gobernar, que no es nueva, pero que tomó fuerza desde 2008 con una perspectiva basada en el Informe de la Comisión sobre la Medición del Desarrollo Económico y del Progreso Social, elaborado por Joseph E. Stiglitz y Amartya Sen, donde se plantea que el desarrollo de las naciones no puede medirse sólo a partir de criterios monetarios.

En ese estudio, se explica que la medición del producto interno bruto (PIB) que se ha venido utilizando para determinar el avance de las economías nacionales, no es el ideal para conocer el grado de desarrollo de un país, en virtud de la alta concentración de la riqueza en unas cuantas manos: de qué sirve que haya mucho dinero si éste se concentra en menos del uno por ciento de la población.

El objetivo consistió en reafirmar que la mano invisible del mercado no resuelve las profundas contradicciones económicas ni sociales.

La última sesión fue como una síntesis de la Legislatura entera: se aprobaron dictámenes por consenso de todas las fuerzas políticas y hubo momentos de fuertes debates, posturas contrarias e irreconciliables, reflejo de ideas políticas diversas, pero en las cuales –a pesar de todo– siempre se privilegió el debate y la discusión.

Una muestra de esta pluralidad fue el juicio de procedencia del gobernador de Tamaulipas; se debatió con verdadero ahínco durante casi siete horas, antes de proceder a la votación. Mientras en el Congreso de Tamaulipas se decidió, en menos de hora y media, que no era procedente el desafuero del gobernador. Así la disparidad del debate y las decisiones entre el poder federal y los poderes locales en nuestro país.

La pluralidad se da también en el interior de las fracciones parlamentarias, tal y como ocurrió con las reformas propuestas a la Ley Federal del Derecho de Autor. El dictamen fue aprobado en la Comisión de Cultura, con un amplio apoyo de los diputados de Morena, sin embargo, al exponerse ante el Pleno y analizar las implicaciones, se detectaron fallas en la confección de la figura de cuota compensatoria, cuyo impacto final implicaba un aumento de los precios para los consumidores de cualquier dispositivo con capacidad de grabar y almacenar –como los teléfonos celulares–. Ante esto, la iniciativa, independientemente de la fracción parlamentaria, obtuvo un rechazo de los diputados, quienes votaron en contra de la referida reforma.

Como dijo Irene Vallejo al recibir el Premio Aragón 2021: “Tal vez por eso llamamos parlamento al espacio parlanchín de la palabra, el lugar donde se celebra esa sorprendente ceremonia que engendra los debates y las leyes, los textos que hilan el tapiz de lo que somos”. Y creo que el mejor reflejo es el actual Congreso, que ha demostrado ser un espacio de debate político, de acuerdos y consensos, tan necesarios en este tiempo de efervescencia electoral. Lo mismo ocurrirá con la Comisión Permanente que se instaló el pasado 30 de abril y que funcionará hasta el 31 de agosto.

* Asesor Temático de Economía del Grupo Parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados

@navarroo28

navarroo28@gmail.com