/ viernes 25 de febrero de 2022

La crisis de Ucrania: impactos en la seguridad internacional

Por: Juan Manuel Aguilar Antonio*

La declaración del 23 de febrero del presidente de Rusia, Vladimir Putin, en torno a la ejecución de una “operación militar especial” con el fin de desmilitarizar a Ucrania, y apoyar a las provincias separatistas prorrusas de Donetsk y Lugansk representa una reconfiguración de la política internacional. En este evento se están ajustando los reequilibrios de poder entre actores como la Organización del Tratado de Atlántico Norte (OTAN), la Unión Europea, y los liderazgos globales que ejercen naciones como Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, la República Popular China.

En este sentido, es necesario un análisis para cada uno de estos actores, en aras de presentar los factores que determinaran su reposicionamiento e implicaciones de la crisis ucraniana en la seguridad internacional:

I) Ucrania: sin duda es el actor más afectado. Con la intervención militar de Rusia la nación de Europa del Este está por cumplir diez años de inestabilidad desde el inicio de “Euromaidán”, el conjunto de protestas europeístas y nacionalistas que llevaron al golpe de Estado en contra del presidente Víktor Yanukóvich, afín al Krelim. La Revolución de la Indignidad llevó a un proceso de inestabilidad que tanto el presidente interino Aleksandr Turchínov y Volodímir Zelenski no supieron afrontar.

Nunca se logró la consolidación interna del nuevo gobierno, ni se afianzaron las alianzas estratégicas con actores como la Unión Europea y la OTAN, que sólo culminaban en provocaciones a Rusia. Mucho menos se dio solución a las controversias entre el nuevo gobierno y las ocho provincias rusas en el país que no sentían incluidos en el nuevo proyecto europeísta y nacionalista. Si bien el referéndum de Crimea de 2014 fue un golpe fuerte a Ucrania, la tendencia de separatismo las provincias rusas implican una potencial amenaza. Se ha expandido a Donetsk y Lugansk, y tiene el potencial de alcanzar al resto de las regiones en el futuro cercano.

II) Rusia: el peso más fuerte de la condena internacional caerá sobre Rusia. Las sanciones que ejecutarán las naciones del G20 y la Unión Europea tendrán un fuerte impacto en su economía nacional y estabilidad financiera. Tras el anuncio de la “operación militar especial” el mercado de valores ruso inauguró su jornada de actividades con un desplome del 10.4%. Sin embargo, si bien el panorama económico pinta mal para Moscú, en el ámbito político pinta diferente.

La intervención en las provincias rusas de ucrania implica un mensaje de pragmatismo y coerción a sus vecinos, sobre reconocer a la nación como el líder político y militar de la región, que no dudará en actuar frente actores que amenacen su seguridad nacional. El mensaje al gobierno de Zelensky es semejante al enviado en Georgia en 2008, con el reconocimiento de la independencia de Osetia del Sur y Abjasia. Rusia no duda en ejecutar una intervención armada de la forma que lo hace la OTAN. Los coqueteos con sus adversarios son castigados con la fuerza. Y los coqueteos con el Kremlin, como es el caso de la relación con Bielorrusia y en Aleksandr Lukashenko, son premiados y garantizan la paz.

A pesar de eso, la operación militar de 2022 también se transforma en un punto de tensión al ser el segundo momento álgido en que Rusia se ve involucrado directamente en un proceso de desintegración en Ucrania. Después de la anexión de Crimea en 2014, y con la viable inclusión de Donetsk y Lugansk a la federación, la tensión entre los dos países escala de forma dramática a los ojos de la comunidad internacional. Una tercera agresión a Ucrania en el futuro cercano podría ser un catalizador de un conflicto de escalas impensables. No obstante, de momento, Rusia reposiciona su posición como super potencia en Eurasia y el mundo entero, a pesar de los altos costos económicos.

III) Francia, Alemania y la Unión Europea: el fracaso más grande de la crisis de Ucrania cae sobre los hombros del presidente Emmanuel Macron. Sus intentos de servir como mediador para entablar un dialogo entre Estados Unidos y Rusia, a través de una llamada o encuentro en Putin y Joe Biden dañan fuertemente la efigie de líder regional de Francia.

Por su parte, el Canciller alemán Olaf Scholz también se ha mostrado como un inexperto en el ámbito de la política internacional. Con un perfil insuficiente para llenar los zapatos de la exlíder germana, Angela Merkel. Las condenas de su gobierno sólo van a incitaciones a Rusia a detener la operación militar en el ámbito político. En el ámbito económico promovió una suspensión de la certificación del gasoducto Nord Stream 2. Sin embargo, estas acciones se benefician del advenimiento de la primavera en Europa, que reduce la dependencia del gas ruso, pero que serán difíciles de mantener a finales de este año.

Para el caso de la Unión Europea, queda en tela de juicio la postura como bloque regional respecto a la aplicación de sanciones. Y la postura de los integrantes que están situados en Europa Central y mantiene fuertes vínculos económicos con Rusia. La dependencia económica de naciones como Polonia, Hungría y República Checa puede verse comprometida en el marco de la política de sanción a Moscú. Las afectaciones a estos países aún no han sido evaluadas del todo, por la premura de ejecutar una sanción internacional.

IV) Reino Unido, Estados Unidos y la OTAN: el liderazgo atlántico en torno a la seguridad internacional se ha visto mermado en este episodio. El papel de Reino Unido, así como la postura de su Primer Ministro Boris Johnson ha sido nulo. Sanciones económicas a bancos rusos, y apoyo económico y militar a Ucrania.

En el caso del prestigio de Estados Unidos y la OTAN, el daño igual es severo. Para el caso de Biden este episodio se anexa a una cuestionable ejecución y conducción de la política exterior de los Estados Unidos. El primer gran fracaso se da con la caída de Kabul y la reconquista de Afganistán por los talibanes. El segundo en el marco de la crisis de Ucrania. Del mismo modo, la OTAN queda mal como una alianza estratégica que abandona a los países que define como socios estratégicos, pero que no son miembros de la organización.

V) La ONU: dramáticas fueron las imágenes de las dos sesiones extraordinarias convocadas por el Consejo de Seguridad frente a la crisis de Ucrania. En primer plano, al ser conducidas bajo la presidencia rusa del organismo con el embajador Vasili Nebenzia como representante de la Federación Rusa. En segunda instancia, a razón de que los primeros choques armados entre Ucrania y Rusia se dieron al momento de la ejecución de estas reuniones.

El impacto mediático de la declaración del embajador de ucraniano Sergiy Kyslytsya con la frase “No hay purgatorio para los criminales de guerra. Ellos van directo al infierno” repercutió en la comunidad internacional. A pesar de esto, por la estructuración antidemocrática del derecho de veto, del Consejo de Seguridad, el margen de acción para alcanzar un acuerdo de pacificación era muy pocos.

V) China: resaltan los acercamientos entre Putin y Xi Jinping, el pasado 4 de febrero, en el escalamiento de la crisis ucraniana. En ese sentido, un par de días antes de reconocer la independencia de las provincias de Donetsk y Lugansk la prensa internacional destacó la cercanía y acercamientos de Rusia con el gigante asiático. La necesidad de este respaldo es evidente, Putin sabía el adverso entorno económico que se avecinaba para su país ante la operación militar en Ucrania y necesitaba saber si tenía el respaldo de la economía más importante del mundo. Su actuar parece indicar que China será un socio estratégico en materia económica para Rusia en los próximos meses.


*Investigador del CASEDE y profesor de la FCPyS de la UNAM.

Por: Juan Manuel Aguilar Antonio*

La declaración del 23 de febrero del presidente de Rusia, Vladimir Putin, en torno a la ejecución de una “operación militar especial” con el fin de desmilitarizar a Ucrania, y apoyar a las provincias separatistas prorrusas de Donetsk y Lugansk representa una reconfiguración de la política internacional. En este evento se están ajustando los reequilibrios de poder entre actores como la Organización del Tratado de Atlántico Norte (OTAN), la Unión Europea, y los liderazgos globales que ejercen naciones como Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, la República Popular China.

En este sentido, es necesario un análisis para cada uno de estos actores, en aras de presentar los factores que determinaran su reposicionamiento e implicaciones de la crisis ucraniana en la seguridad internacional:

I) Ucrania: sin duda es el actor más afectado. Con la intervención militar de Rusia la nación de Europa del Este está por cumplir diez años de inestabilidad desde el inicio de “Euromaidán”, el conjunto de protestas europeístas y nacionalistas que llevaron al golpe de Estado en contra del presidente Víktor Yanukóvich, afín al Krelim. La Revolución de la Indignidad llevó a un proceso de inestabilidad que tanto el presidente interino Aleksandr Turchínov y Volodímir Zelenski no supieron afrontar.

Nunca se logró la consolidación interna del nuevo gobierno, ni se afianzaron las alianzas estratégicas con actores como la Unión Europea y la OTAN, que sólo culminaban en provocaciones a Rusia. Mucho menos se dio solución a las controversias entre el nuevo gobierno y las ocho provincias rusas en el país que no sentían incluidos en el nuevo proyecto europeísta y nacionalista. Si bien el referéndum de Crimea de 2014 fue un golpe fuerte a Ucrania, la tendencia de separatismo las provincias rusas implican una potencial amenaza. Se ha expandido a Donetsk y Lugansk, y tiene el potencial de alcanzar al resto de las regiones en el futuro cercano.

II) Rusia: el peso más fuerte de la condena internacional caerá sobre Rusia. Las sanciones que ejecutarán las naciones del G20 y la Unión Europea tendrán un fuerte impacto en su economía nacional y estabilidad financiera. Tras el anuncio de la “operación militar especial” el mercado de valores ruso inauguró su jornada de actividades con un desplome del 10.4%. Sin embargo, si bien el panorama económico pinta mal para Moscú, en el ámbito político pinta diferente.

La intervención en las provincias rusas de ucrania implica un mensaje de pragmatismo y coerción a sus vecinos, sobre reconocer a la nación como el líder político y militar de la región, que no dudará en actuar frente actores que amenacen su seguridad nacional. El mensaje al gobierno de Zelensky es semejante al enviado en Georgia en 2008, con el reconocimiento de la independencia de Osetia del Sur y Abjasia. Rusia no duda en ejecutar una intervención armada de la forma que lo hace la OTAN. Los coqueteos con sus adversarios son castigados con la fuerza. Y los coqueteos con el Kremlin, como es el caso de la relación con Bielorrusia y en Aleksandr Lukashenko, son premiados y garantizan la paz.

A pesar de eso, la operación militar de 2022 también se transforma en un punto de tensión al ser el segundo momento álgido en que Rusia se ve involucrado directamente en un proceso de desintegración en Ucrania. Después de la anexión de Crimea en 2014, y con la viable inclusión de Donetsk y Lugansk a la federación, la tensión entre los dos países escala de forma dramática a los ojos de la comunidad internacional. Una tercera agresión a Ucrania en el futuro cercano podría ser un catalizador de un conflicto de escalas impensables. No obstante, de momento, Rusia reposiciona su posición como super potencia en Eurasia y el mundo entero, a pesar de los altos costos económicos.

III) Francia, Alemania y la Unión Europea: el fracaso más grande de la crisis de Ucrania cae sobre los hombros del presidente Emmanuel Macron. Sus intentos de servir como mediador para entablar un dialogo entre Estados Unidos y Rusia, a través de una llamada o encuentro en Putin y Joe Biden dañan fuertemente la efigie de líder regional de Francia.

Por su parte, el Canciller alemán Olaf Scholz también se ha mostrado como un inexperto en el ámbito de la política internacional. Con un perfil insuficiente para llenar los zapatos de la exlíder germana, Angela Merkel. Las condenas de su gobierno sólo van a incitaciones a Rusia a detener la operación militar en el ámbito político. En el ámbito económico promovió una suspensión de la certificación del gasoducto Nord Stream 2. Sin embargo, estas acciones se benefician del advenimiento de la primavera en Europa, que reduce la dependencia del gas ruso, pero que serán difíciles de mantener a finales de este año.

Para el caso de la Unión Europea, queda en tela de juicio la postura como bloque regional respecto a la aplicación de sanciones. Y la postura de los integrantes que están situados en Europa Central y mantiene fuertes vínculos económicos con Rusia. La dependencia económica de naciones como Polonia, Hungría y República Checa puede verse comprometida en el marco de la política de sanción a Moscú. Las afectaciones a estos países aún no han sido evaluadas del todo, por la premura de ejecutar una sanción internacional.

IV) Reino Unido, Estados Unidos y la OTAN: el liderazgo atlántico en torno a la seguridad internacional se ha visto mermado en este episodio. El papel de Reino Unido, así como la postura de su Primer Ministro Boris Johnson ha sido nulo. Sanciones económicas a bancos rusos, y apoyo económico y militar a Ucrania.

En el caso del prestigio de Estados Unidos y la OTAN, el daño igual es severo. Para el caso de Biden este episodio se anexa a una cuestionable ejecución y conducción de la política exterior de los Estados Unidos. El primer gran fracaso se da con la caída de Kabul y la reconquista de Afganistán por los talibanes. El segundo en el marco de la crisis de Ucrania. Del mismo modo, la OTAN queda mal como una alianza estratégica que abandona a los países que define como socios estratégicos, pero que no son miembros de la organización.

V) La ONU: dramáticas fueron las imágenes de las dos sesiones extraordinarias convocadas por el Consejo de Seguridad frente a la crisis de Ucrania. En primer plano, al ser conducidas bajo la presidencia rusa del organismo con el embajador Vasili Nebenzia como representante de la Federación Rusa. En segunda instancia, a razón de que los primeros choques armados entre Ucrania y Rusia se dieron al momento de la ejecución de estas reuniones.

El impacto mediático de la declaración del embajador de ucraniano Sergiy Kyslytsya con la frase “No hay purgatorio para los criminales de guerra. Ellos van directo al infierno” repercutió en la comunidad internacional. A pesar de esto, por la estructuración antidemocrática del derecho de veto, del Consejo de Seguridad, el margen de acción para alcanzar un acuerdo de pacificación era muy pocos.

V) China: resaltan los acercamientos entre Putin y Xi Jinping, el pasado 4 de febrero, en el escalamiento de la crisis ucraniana. En ese sentido, un par de días antes de reconocer la independencia de las provincias de Donetsk y Lugansk la prensa internacional destacó la cercanía y acercamientos de Rusia con el gigante asiático. La necesidad de este respaldo es evidente, Putin sabía el adverso entorno económico que se avecinaba para su país ante la operación militar en Ucrania y necesitaba saber si tenía el respaldo de la economía más importante del mundo. Su actuar parece indicar que China será un socio estratégico en materia económica para Rusia en los próximos meses.


*Investigador del CASEDE y profesor de la FCPyS de la UNAM.