/ jueves 16 de diciembre de 2021

La cumbre de la democracia: un concepto, diversos hechos 

Los días 9 y 10 de diciembre de 2021 se llevó a cabo la Cumbre Virtual por la Democracia, con la participación de más de 110 países y convocada por el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden. Los temas abordados fueron la lucha contra la corrupción, la promoción de los derechos humanos y la defensa de la democracia a nivel mundial.

Cabe señalar que los Gobiernos de algunas naciones, como China, Rusia, Bolivia, Cuba, Venezuela, Nicaragua, El Salvador y Guatemala no fueron invitados a la Cumbre.

En la reunión, el Gobierno estadounidense hizo un llamado a cerrar filas y alcanzar compromisos concretos contra las derivas autoritarias y autocráticas que él mismo ha denunciado.

El presidente Biden abogó por la libertad de expresión, prensa y religión; el fortalecimiento de las instituciones; el uso de la tecnología como un instrumento que aliente la democracia, además de anunciar que estará trabajando con su Congreso para proporcionar 424.4 millones de dólares a una nueva iniciativa para apoyar el periodismo libre, la celebración de elecciones limpias y las campañas anticorrupción alrededor del mundo.

En este contexto, la iniciativa estadounidense resulta, sin embargo, ambivalente. Por un lado, cualquier esfuerzo para fortalecer la democracia es importante, al ser ésta un bien que se debe cuidar y cultivar. Así lo demuestran algunas cifras recogidas, por ejemplo, en el Latinobarómetro 2020, para nuestra región; a saber:

  • El apoyo de las personas encuestadas a los regímenes democráticos alcanzó un nivel máximo, en 2010, del 53 por ciento, para descender en 2020 hasta un 49 por ciento de aprobación;

  • El 70 por ciento refirió insatisfacción con la democracia;

  • Entre las instituciones que más confianza generan están la Iglesia (con un 61 por ciento), las Fuerzas Armadas (un 44 por ciento) y la Policía o Carabineros (un 36 por ciento).

  • El Poder Judicial (con un 25 por ciento), el Congreso (un 20 por ciento) y los partidos políticos (un 13 por ciento) son las instituciones que gozan de menos confianza, según el sondeo.

Sin duda, existen derivas autoritarias o autocráticas en el ejercicio del poder, crisis de representación y desafección ciudadana por la política y la democracia, así como falta de resultados de ambas en muchas partes del mundo.

No obstante, también es verdad que los autonombramientos para “liderar” la defensa de la democracia a nivel global o la exclusión de naciones en una cumbre que busca ser democrática representan serias limitantes a los objetivos proyectados para este tipo de convocatorias.

La autoproclamación es, sin duda, opuesta al consenso, además de que pone en riesgo los principios de libre autodeterminación de los pueblos y no intervención, al igual que la soberanía de cada Estado.

La democracia es un concepto y una práctica que se nutre de la discusión, la tolerancia, la pluralidad, el intercambio e incluso el desacuerdo de ideas y posturas. El sectarismo, la descalificación o la exclusión le son dañinos, tanto en el ámbito internacional como en el plano nacional.

En este último, las instituciones deben procesar, sin omisiones, las demandas ciudadanas, así como promover la democracia participativa en todo momento.

Los parlamentos ya no son los únicos lugares en donde se debate. Los medios de comunicación y las nuevas tecnologías han llevado la discusión democrática a todos los lugares y niveles.

De igual manera, el ejercicio del poder y los partidos políticos no deben ser espacios cerrados a la participación popular, es decir, a la auténtica y permanente democratización, sino continuar como ámbitos en los que se promueva la inclusión a través de procedimientos de democracia directa y de selección de aspirantes.

La iniciativa popular, la revocación de mandato, el referéndum o las elecciones primarias son instrumentos y procedimientos que no se deben soslayar, si lo que se busca es defender y fortalecer la democracia como vía contra eventuales autoritarismos, oligarquías o autocracias.

ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA


Los días 9 y 10 de diciembre de 2021 se llevó a cabo la Cumbre Virtual por la Democracia, con la participación de más de 110 países y convocada por el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden. Los temas abordados fueron la lucha contra la corrupción, la promoción de los derechos humanos y la defensa de la democracia a nivel mundial.

Cabe señalar que los Gobiernos de algunas naciones, como China, Rusia, Bolivia, Cuba, Venezuela, Nicaragua, El Salvador y Guatemala no fueron invitados a la Cumbre.

En la reunión, el Gobierno estadounidense hizo un llamado a cerrar filas y alcanzar compromisos concretos contra las derivas autoritarias y autocráticas que él mismo ha denunciado.

El presidente Biden abogó por la libertad de expresión, prensa y religión; el fortalecimiento de las instituciones; el uso de la tecnología como un instrumento que aliente la democracia, además de anunciar que estará trabajando con su Congreso para proporcionar 424.4 millones de dólares a una nueva iniciativa para apoyar el periodismo libre, la celebración de elecciones limpias y las campañas anticorrupción alrededor del mundo.

En este contexto, la iniciativa estadounidense resulta, sin embargo, ambivalente. Por un lado, cualquier esfuerzo para fortalecer la democracia es importante, al ser ésta un bien que se debe cuidar y cultivar. Así lo demuestran algunas cifras recogidas, por ejemplo, en el Latinobarómetro 2020, para nuestra región; a saber:

  • El apoyo de las personas encuestadas a los regímenes democráticos alcanzó un nivel máximo, en 2010, del 53 por ciento, para descender en 2020 hasta un 49 por ciento de aprobación;

  • El 70 por ciento refirió insatisfacción con la democracia;

  • Entre las instituciones que más confianza generan están la Iglesia (con un 61 por ciento), las Fuerzas Armadas (un 44 por ciento) y la Policía o Carabineros (un 36 por ciento).

  • El Poder Judicial (con un 25 por ciento), el Congreso (un 20 por ciento) y los partidos políticos (un 13 por ciento) son las instituciones que gozan de menos confianza, según el sondeo.

Sin duda, existen derivas autoritarias o autocráticas en el ejercicio del poder, crisis de representación y desafección ciudadana por la política y la democracia, así como falta de resultados de ambas en muchas partes del mundo.

No obstante, también es verdad que los autonombramientos para “liderar” la defensa de la democracia a nivel global o la exclusión de naciones en una cumbre que busca ser democrática representan serias limitantes a los objetivos proyectados para este tipo de convocatorias.

La autoproclamación es, sin duda, opuesta al consenso, además de que pone en riesgo los principios de libre autodeterminación de los pueblos y no intervención, al igual que la soberanía de cada Estado.

La democracia es un concepto y una práctica que se nutre de la discusión, la tolerancia, la pluralidad, el intercambio e incluso el desacuerdo de ideas y posturas. El sectarismo, la descalificación o la exclusión le son dañinos, tanto en el ámbito internacional como en el plano nacional.

En este último, las instituciones deben procesar, sin omisiones, las demandas ciudadanas, así como promover la democracia participativa en todo momento.

Los parlamentos ya no son los únicos lugares en donde se debate. Los medios de comunicación y las nuevas tecnologías han llevado la discusión democrática a todos los lugares y niveles.

De igual manera, el ejercicio del poder y los partidos políticos no deben ser espacios cerrados a la participación popular, es decir, a la auténtica y permanente democratización, sino continuar como ámbitos en los que se promueva la inclusión a través de procedimientos de democracia directa y de selección de aspirantes.

La iniciativa popular, la revocación de mandato, el referéndum o las elecciones primarias son instrumentos y procedimientos que no se deben soslayar, si lo que se busca es defender y fortalecer la democracia como vía contra eventuales autoritarismos, oligarquías o autocracias.

ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA