/ viernes 25 de junio de 2021

La derecha: a la baja

A raíz de las elecciones en México de 2018 muchos vieron una tendencia de reposicionamiento de la derecha, que además de ser una lectura equivocada, va en contra de la historia o de las tendencias globales, al ser un fenómeno que está creciendo a nivel mundial y expresa el fracaso de las derechas radicales. Hoy en día existen tres claros ejemplos que demuestran la transición hacia ideologías menos conservadoras.

El primer caso es la derrota de Donald Trump en las elecciones de 2020. Su discurso nacionalista, ultraconservador y controversial, no solo provocó que no se reeligiera, sino también una división entre el electorado y reacciones violentas e inéditas contra el sistema norteamericano en toda su historia. Sin duda representa un fracaso de la derecha radical, que se recompone a través de acciones políticas locales radicales frente a un presidente más prudente, institucional y menos controversial como Joe Biden.

Recientemente, otro país importante de evaluar es Israel. Las elecciones parlamentarias en el país de Medio Oriente fueron celebradas en marzo de 2021, y pusieron fin al régimen del primer ministro Benjamín Netanyahu tras 12 años consecutivos a la cabeza del gobierno, lo anterior por la constante crisis que se vivió durante su mandato, en particular por el conflicto en la Franja de Gaza. El nuevo gobierno es encabezado por el mismo partido de Netanyahu, pero en un gobierno de rotación con otro partido que gobernará en 2023, con una ideología liberal socialista.

Finalmente, las elecciones en Perú demuestran que los gobiernos de derecha ya no son una opción. Con una elección muy cerrada, el sindicalista, profesor y campesino Pedro Castillo, venció en las urnas a Keiko Fujimori, cabeza y representante del fujimorismo. Esta ideología se basa en conservadurismo, neoliberalismo y autoritarismo, la cual no fue elegida por las y los peruanos. Por otro lado, Castillo representa ideales del socialismo a través del partido político Perú Libre, con corte de izquierda y que rescata el ideal de Simón Bolívar de la Patria Grande.

Estos ejemplos nos señalan el agotamiento de un modelo que ya no es viable en Latinoamérica y en muchas partes del mundo. Existe una polarización cada vez mayor por la defensa del status quo, por lo que es necesario un modelo político que esté basado en una nueva moralidad y vea a la política con una visión social; apueste a la educación como eje primordial para el progreso y vele por los intereses de todas y todos sus ciudadanos sin distinción.

A raíz de las elecciones en México de 2018 muchos vieron una tendencia de reposicionamiento de la derecha, que además de ser una lectura equivocada, va en contra de la historia o de las tendencias globales, al ser un fenómeno que está creciendo a nivel mundial y expresa el fracaso de las derechas radicales. Hoy en día existen tres claros ejemplos que demuestran la transición hacia ideologías menos conservadoras.

El primer caso es la derrota de Donald Trump en las elecciones de 2020. Su discurso nacionalista, ultraconservador y controversial, no solo provocó que no se reeligiera, sino también una división entre el electorado y reacciones violentas e inéditas contra el sistema norteamericano en toda su historia. Sin duda representa un fracaso de la derecha radical, que se recompone a través de acciones políticas locales radicales frente a un presidente más prudente, institucional y menos controversial como Joe Biden.

Recientemente, otro país importante de evaluar es Israel. Las elecciones parlamentarias en el país de Medio Oriente fueron celebradas en marzo de 2021, y pusieron fin al régimen del primer ministro Benjamín Netanyahu tras 12 años consecutivos a la cabeza del gobierno, lo anterior por la constante crisis que se vivió durante su mandato, en particular por el conflicto en la Franja de Gaza. El nuevo gobierno es encabezado por el mismo partido de Netanyahu, pero en un gobierno de rotación con otro partido que gobernará en 2023, con una ideología liberal socialista.

Finalmente, las elecciones en Perú demuestran que los gobiernos de derecha ya no son una opción. Con una elección muy cerrada, el sindicalista, profesor y campesino Pedro Castillo, venció en las urnas a Keiko Fujimori, cabeza y representante del fujimorismo. Esta ideología se basa en conservadurismo, neoliberalismo y autoritarismo, la cual no fue elegida por las y los peruanos. Por otro lado, Castillo representa ideales del socialismo a través del partido político Perú Libre, con corte de izquierda y que rescata el ideal de Simón Bolívar de la Patria Grande.

Estos ejemplos nos señalan el agotamiento de un modelo que ya no es viable en Latinoamérica y en muchas partes del mundo. Existe una polarización cada vez mayor por la defensa del status quo, por lo que es necesario un modelo político que esté basado en una nueva moralidad y vea a la política con una visión social; apueste a la educación como eje primordial para el progreso y vele por los intereses de todas y todos sus ciudadanos sin distinción.