/ martes 16 de noviembre de 2021

La deuda verde mundial

Por: Paulina Axotla Flores

*Coordinadora de Movilidad Anáhuac de la Dirección de Internacionalización, Universidad Anáhuac México.

En los últimos meses, el mundo ha vivido una serie de retos que han puesto en duda el futuro de la humanidad: la pandemia de COVID-19 y la crisis climática. Lo que antes dábamos por hecho, ahora se encuentra en un profundo peligro: la vida como la conocemos. Si bien estas palabras parecen fatalistas, en los tiempos contemporáneos, el planeta nos esta dando señales de que debemos cambiar radicalmente la manera en la que producimos y consumimos. Esta necesidad urgente es responsabilidad de todos, desde las personas que compramos en los supermercados hasta los líderes mundiales que toman decisiones por la población de sus países.

Frente a este contexto y con la celebración de la Conferencia sobre el Cambio Climático de la Organización de las Naciones (COP 26) desde el 31 de octubre hasta el 12 de noviembre del presente, los diplomáticos como los jefes de estado tuvieron una enorme tarea: dar soluciones al mundo para revertir los efectos del cambio climático y frenar el aumento de la temperatura. A pesar de las arduas horas de negociación, los que observamos a los líderes no quedamos satisfechos con los resultados que se obtuvieron dejando una deuda verde mundial.

Pero; ¿Cuáles fueron los acuerdos a los que se llegaron? En primera instancia, la voluntad de los países desarrollados y de los países en vías de desarrollo se han enfrentado particularmente el tema de la reparación de daños por los efectos del cambio climático. Los jefes de estado de los países desarrollados no están de acuerdo en pagar por los daños ocasionados por desastres naturales y otros efectos, sin embargo, los países en vías de desarrollo establecen que son ellos los que sufren las consecuencias de la emisión de CO2 a la atmosfera. En este sentido los acuerdos a los que se llegaron fueron a que los países desarrollados reafirmen el acuerdo de aportar 100 mil millones de dólares anuales a las naciones en vías de desarrollo hasta el 2025.

En segunda instancia, en cuanto al tema de la reducción de utilización y producción de hidrocarburos, si bien se logró que el texto fuera más firme en la exhortación a acelerar el fin del uso del carbono y de los hidrocarburos como combustible y a los subsidios que los estados dan a las industrias energéticas, no es lo suficientemente vinculante para generar un cambio definitivo.

¿Entonces como pagaremos nuestra deuda con el planeta? el texto de la COP 26 nos deja con varios sinsabores, si se dieron acontecimientos que nos hacen pensar que la geopolítica del cambio climático esta cambiando hacia un camino más prometedor. El acuerdo entre Estados Unidos y China, los principales emisores de CO2 en el mundo, para el trabajo conjunto para alcanzar el objetivo de topar el aumento de las temperaturas a 1.5°C es un hito inesperado para la conferencia, a pesar de que haya sido recibido con cautela por el mundo. Sumado a lo anterior, el acuerdo liderado por Dinamarca y Costa Rica que pretende la transición a la eliminación del uso y producción de combustibles fósiles es una iniciativa que nos acerca más a la neutralidad de carbono. ¿Es posible de que estamos al principio de un cambio generacional frente a los temas medioambientales o solo son palabras al aire?

Por: Paulina Axotla Flores

*Coordinadora de Movilidad Anáhuac de la Dirección de Internacionalización, Universidad Anáhuac México.

En los últimos meses, el mundo ha vivido una serie de retos que han puesto en duda el futuro de la humanidad: la pandemia de COVID-19 y la crisis climática. Lo que antes dábamos por hecho, ahora se encuentra en un profundo peligro: la vida como la conocemos. Si bien estas palabras parecen fatalistas, en los tiempos contemporáneos, el planeta nos esta dando señales de que debemos cambiar radicalmente la manera en la que producimos y consumimos. Esta necesidad urgente es responsabilidad de todos, desde las personas que compramos en los supermercados hasta los líderes mundiales que toman decisiones por la población de sus países.

Frente a este contexto y con la celebración de la Conferencia sobre el Cambio Climático de la Organización de las Naciones (COP 26) desde el 31 de octubre hasta el 12 de noviembre del presente, los diplomáticos como los jefes de estado tuvieron una enorme tarea: dar soluciones al mundo para revertir los efectos del cambio climático y frenar el aumento de la temperatura. A pesar de las arduas horas de negociación, los que observamos a los líderes no quedamos satisfechos con los resultados que se obtuvieron dejando una deuda verde mundial.

Pero; ¿Cuáles fueron los acuerdos a los que se llegaron? En primera instancia, la voluntad de los países desarrollados y de los países en vías de desarrollo se han enfrentado particularmente el tema de la reparación de daños por los efectos del cambio climático. Los jefes de estado de los países desarrollados no están de acuerdo en pagar por los daños ocasionados por desastres naturales y otros efectos, sin embargo, los países en vías de desarrollo establecen que son ellos los que sufren las consecuencias de la emisión de CO2 a la atmosfera. En este sentido los acuerdos a los que se llegaron fueron a que los países desarrollados reafirmen el acuerdo de aportar 100 mil millones de dólares anuales a las naciones en vías de desarrollo hasta el 2025.

En segunda instancia, en cuanto al tema de la reducción de utilización y producción de hidrocarburos, si bien se logró que el texto fuera más firme en la exhortación a acelerar el fin del uso del carbono y de los hidrocarburos como combustible y a los subsidios que los estados dan a las industrias energéticas, no es lo suficientemente vinculante para generar un cambio definitivo.

¿Entonces como pagaremos nuestra deuda con el planeta? el texto de la COP 26 nos deja con varios sinsabores, si se dieron acontecimientos que nos hacen pensar que la geopolítica del cambio climático esta cambiando hacia un camino más prometedor. El acuerdo entre Estados Unidos y China, los principales emisores de CO2 en el mundo, para el trabajo conjunto para alcanzar el objetivo de topar el aumento de las temperaturas a 1.5°C es un hito inesperado para la conferencia, a pesar de que haya sido recibido con cautela por el mundo. Sumado a lo anterior, el acuerdo liderado por Dinamarca y Costa Rica que pretende la transición a la eliminación del uso y producción de combustibles fósiles es una iniciativa que nos acerca más a la neutralidad de carbono. ¿Es posible de que estamos al principio de un cambio generacional frente a los temas medioambientales o solo son palabras al aire?