/ miércoles 7 de marzo de 2018

La doble jornada y el ministro Zaldívar

Se le aplaudió a rabiar. La Suprema Corte de Justicia, aprobó la propuesta del Ministro Zaldívar, en cuanto al reconocimiento de la “doble jornada” de la mujer, lo que supone un gran paso, en la lucha cotidiana por la igualdad.

Una mujer casada, bajo el régimen de separación de bienes, le exigió al marido, en el juicio de divorcio, una compensación por el 50% de los bienes que adquirieron durante su matrimonio, ya que, en los 40 años de convivencia, ella desempeñó actividades profesionales, pero se dedicó sobre todo, al cuidado del hogar y de los hijos.

La carga doble le impidió desarrollarse a plenitud, en el campo laboral. Le negaron la solicitud, con el argumento de que, para recibir esa compensación tenía que demostrar que sólo y en exclusiva, se había dedicado al hogar. ¡Maldita la gracia!

Perdidas las instancias del proceso, se accedió a la Suprema Corte, donde le tocó en turno al maestro Zaldívar. Honor a quien honor merece, ha resuelto casos destacados, con un viso de humanidad y de sentido de la justicia, que admira. Aunque, en ocasiones, el Pleno no pasara sus proyectos, quienes conocimos algunos, nos quedamos boquiabiertos. De los pocos, que no se tienta el corazón para aplicar la norma, caiga quien caiga, con estricto apego al Derecho.

Un auténtico triunfo para la enorme cantidad de abnegadas cónyuges, que tras décadas de convivir con un “pashá”, ven que las cambian por un “modelo más reciente” y si te vi, no me acuerdo.

Amas de casa capaces de sacrificar cualquier realización propia, a fin de darse abasto entre, la rutinaria y agotadora tarea de limpiar, lavar, cocinar, cuidar de los hijos y “atender” al macho, con la urgencia de ingresar dinero, al raquítico presupuesto familiar. Horas de un ir y venir, que tan poco se reconoce, sin la debida remuneración, para que a la larga, el interfecto salga con un domingo siete.

Más allá de los avances jurídicos –que con frecuencia se convierten en letra muerta-, se sigue estando en desventaja. Al conmemorarse el Día Internacional de la Mujer (8 de Marzo), las estadísticas lo confirman.

En México somos el 51.4% de la población (2015), lo que implica que superamos al número de hombres. Sin embargo, hay más analfabetas funcionales (Sólo se estudia hasta el tercer año de primaria), lo que implica que, hasta en los estudios se da preferencia a los del sexo masculino.

Para una chica, los vetos siguen a la orden del día, mientras a sus hermanos se les da puerta abierta. Si en una familia de escasos recursos, hay que trabajar desde pequeños, a las primeras que encarrilan son a las niñas, mientras a los varones se les deja que continúen su escolaridad.

Las costumbres cambian y desciende el número de matrimonios. En el 2015 bajó a 4.6 por cada mil habitantes, contra los 7 del año 2000. Más de veinte millones de congéneres, trabajan y destacan por el cumplimiento cabal de sus obligaciones, su responsabilidad y su deseo de avanzar. Al fin y al cabo viven una serie de obstáculos, como el de tener que demostrar que se hace un trabajo igual al que ejerce un hombre.

El sueldo, siempre menor y, cuando se llega a una escala alta, en la jerarquía empresarial o política, las estancan. Si se ven los datos del número de mujeres ejecutivas, o de cargos públicos y de representación popular, siempre es menor.

A pesar de todo se camina y, con reconocimientos como el de la Doble Jornada, todavía más.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

Se le aplaudió a rabiar. La Suprema Corte de Justicia, aprobó la propuesta del Ministro Zaldívar, en cuanto al reconocimiento de la “doble jornada” de la mujer, lo que supone un gran paso, en la lucha cotidiana por la igualdad.

Una mujer casada, bajo el régimen de separación de bienes, le exigió al marido, en el juicio de divorcio, una compensación por el 50% de los bienes que adquirieron durante su matrimonio, ya que, en los 40 años de convivencia, ella desempeñó actividades profesionales, pero se dedicó sobre todo, al cuidado del hogar y de los hijos.

La carga doble le impidió desarrollarse a plenitud, en el campo laboral. Le negaron la solicitud, con el argumento de que, para recibir esa compensación tenía que demostrar que sólo y en exclusiva, se había dedicado al hogar. ¡Maldita la gracia!

Perdidas las instancias del proceso, se accedió a la Suprema Corte, donde le tocó en turno al maestro Zaldívar. Honor a quien honor merece, ha resuelto casos destacados, con un viso de humanidad y de sentido de la justicia, que admira. Aunque, en ocasiones, el Pleno no pasara sus proyectos, quienes conocimos algunos, nos quedamos boquiabiertos. De los pocos, que no se tienta el corazón para aplicar la norma, caiga quien caiga, con estricto apego al Derecho.

Un auténtico triunfo para la enorme cantidad de abnegadas cónyuges, que tras décadas de convivir con un “pashá”, ven que las cambian por un “modelo más reciente” y si te vi, no me acuerdo.

Amas de casa capaces de sacrificar cualquier realización propia, a fin de darse abasto entre, la rutinaria y agotadora tarea de limpiar, lavar, cocinar, cuidar de los hijos y “atender” al macho, con la urgencia de ingresar dinero, al raquítico presupuesto familiar. Horas de un ir y venir, que tan poco se reconoce, sin la debida remuneración, para que a la larga, el interfecto salga con un domingo siete.

Más allá de los avances jurídicos –que con frecuencia se convierten en letra muerta-, se sigue estando en desventaja. Al conmemorarse el Día Internacional de la Mujer (8 de Marzo), las estadísticas lo confirman.

En México somos el 51.4% de la población (2015), lo que implica que superamos al número de hombres. Sin embargo, hay más analfabetas funcionales (Sólo se estudia hasta el tercer año de primaria), lo que implica que, hasta en los estudios se da preferencia a los del sexo masculino.

Para una chica, los vetos siguen a la orden del día, mientras a sus hermanos se les da puerta abierta. Si en una familia de escasos recursos, hay que trabajar desde pequeños, a las primeras que encarrilan son a las niñas, mientras a los varones se les deja que continúen su escolaridad.

Las costumbres cambian y desciende el número de matrimonios. En el 2015 bajó a 4.6 por cada mil habitantes, contra los 7 del año 2000. Más de veinte millones de congéneres, trabajan y destacan por el cumplimiento cabal de sus obligaciones, su responsabilidad y su deseo de avanzar. Al fin y al cabo viven una serie de obstáculos, como el de tener que demostrar que se hace un trabajo igual al que ejerce un hombre.

El sueldo, siempre menor y, cuando se llega a una escala alta, en la jerarquía empresarial o política, las estancan. Si se ven los datos del número de mujeres ejecutivas, o de cargos públicos y de representación popular, siempre es menor.

A pesar de todo se camina y, con reconocimientos como el de la Doble Jornada, todavía más.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq