/ martes 13 de julio de 2021

La educación frente a la pandemia

Por: Almendra Ortiz de Zárate Béjar

Hemos concluido un ciclo escolar completo en modalidad en línea. El reto ha sido tremendo para alumnos y profesores de todos los niveles educativos. Las dificultades logísticas y tecnológicas se han presentado en todos los sectores, en todos los países del mundo, aunque ha sido particularmente difícil para aquellos donde la tecnología aún no se hace presente. Después de más de un año de confinamiento, el periodo de vacación forzosamente invita a la reflexión en vísperas del siguiente ciclo.

Los padres de familia se cuestionan respecto al futuro de sus hijos en términos de salud: salud mental frente a salud física. Los estudiantes de todos los niveles educativos añoran con esperanza regresar a los centros educativos para volver a ver, o bien, conocer las caras de quienes los han acompañado en una pantalla durante el último año. Los profesores se plantean los nuevos retos logísticos que significará un regreso híbrido, con estudiantes en modalidad virtual y presencial de manera simultánea. En fin, el reto no es sencillo para nadie.

Los últimos meses se han convertido en una etapa de transformación digital sin precedentes. Personas de todas las edades debieron aprender a utilizar las diferentes plataformas para continuar, en la medida de lo posible con sus actividades. Los más pequeños fueron quienes mejor se adaptaron. Millones de niños en edad preescolar “pisaron sus escuelas” por primera vez de forma virtual y ejercieron su papel de estudiantes con absoluta seriedad desde sus hogares.

Frente al retorno inminente a los salones de clases será necesario evaluar qué tan eficiente fue el aprendizaje en línea. Volverán a los cursos estudiantes que probablemente no sabrán leer o escribir con la misma facilidad de quienes aprendieron a hacerlo antes de la pandemia. Será importante conocer el desempeño de los nuevos profesionistas que se graduaron por “Zoom” y realizaron sus primeras prácticas en el mundo profesional vía remota.

Las escuelas componen el entorno social más importante de la humanidad. El mundo basa su futuro en torno a la educación, por lo que evaluar los conocimientos adquiridos en el último año será un buen termómetro para predecir los resultados de las actividades a distancia en distintos ámbitos. Naturalmente, los resultados serán muy diversos ya que las diferencias en capacidades y conocimientos tecnológicos son muy marcadas. La brecha digital en términos educativos es una llamada de atención para atender las desigualdades digitales que se han hecho patentes en tiempos recientes.

Acompañado de los nuevos desafíos y de la reflexión, debe venir el aprendizaje. Además de los retos, la educación en línea representa una gran oportunidad que no debe desperdiciarse. Con la pandemia aprendimos que la educación digital tiene la ventaja de llegar a más personas en cualquier rincón del planeta, lo que permite elevar la educación de más personas. Existen numerosas herramientas gratuitas, que, de aprovecharse eficientemente, pueden generar efectos muy positivos en la profesionalización de los individuos.

Debemos aprender a aprovechar el máximo potencial de las herramientas digitales y aprender a aprender por esta vía. No se trata de migrar los modelos educativos al mundo digital, sino se potencializar los conocimientos de las generaciones digitalmente nativas, para convertirlos en estudiantes maduros y responsables capaces de aprender incluso, en la adversidad.

Coordinadora Académica de la Licenciatura en la Facultad de Estudios Globales Anáhuac.


Por: Almendra Ortiz de Zárate Béjar

Hemos concluido un ciclo escolar completo en modalidad en línea. El reto ha sido tremendo para alumnos y profesores de todos los niveles educativos. Las dificultades logísticas y tecnológicas se han presentado en todos los sectores, en todos los países del mundo, aunque ha sido particularmente difícil para aquellos donde la tecnología aún no se hace presente. Después de más de un año de confinamiento, el periodo de vacación forzosamente invita a la reflexión en vísperas del siguiente ciclo.

Los padres de familia se cuestionan respecto al futuro de sus hijos en términos de salud: salud mental frente a salud física. Los estudiantes de todos los niveles educativos añoran con esperanza regresar a los centros educativos para volver a ver, o bien, conocer las caras de quienes los han acompañado en una pantalla durante el último año. Los profesores se plantean los nuevos retos logísticos que significará un regreso híbrido, con estudiantes en modalidad virtual y presencial de manera simultánea. En fin, el reto no es sencillo para nadie.

Los últimos meses se han convertido en una etapa de transformación digital sin precedentes. Personas de todas las edades debieron aprender a utilizar las diferentes plataformas para continuar, en la medida de lo posible con sus actividades. Los más pequeños fueron quienes mejor se adaptaron. Millones de niños en edad preescolar “pisaron sus escuelas” por primera vez de forma virtual y ejercieron su papel de estudiantes con absoluta seriedad desde sus hogares.

Frente al retorno inminente a los salones de clases será necesario evaluar qué tan eficiente fue el aprendizaje en línea. Volverán a los cursos estudiantes que probablemente no sabrán leer o escribir con la misma facilidad de quienes aprendieron a hacerlo antes de la pandemia. Será importante conocer el desempeño de los nuevos profesionistas que se graduaron por “Zoom” y realizaron sus primeras prácticas en el mundo profesional vía remota.

Las escuelas componen el entorno social más importante de la humanidad. El mundo basa su futuro en torno a la educación, por lo que evaluar los conocimientos adquiridos en el último año será un buen termómetro para predecir los resultados de las actividades a distancia en distintos ámbitos. Naturalmente, los resultados serán muy diversos ya que las diferencias en capacidades y conocimientos tecnológicos son muy marcadas. La brecha digital en términos educativos es una llamada de atención para atender las desigualdades digitales que se han hecho patentes en tiempos recientes.

Acompañado de los nuevos desafíos y de la reflexión, debe venir el aprendizaje. Además de los retos, la educación en línea representa una gran oportunidad que no debe desperdiciarse. Con la pandemia aprendimos que la educación digital tiene la ventaja de llegar a más personas en cualquier rincón del planeta, lo que permite elevar la educación de más personas. Existen numerosas herramientas gratuitas, que, de aprovecharse eficientemente, pueden generar efectos muy positivos en la profesionalización de los individuos.

Debemos aprender a aprovechar el máximo potencial de las herramientas digitales y aprender a aprender por esta vía. No se trata de migrar los modelos educativos al mundo digital, sino se potencializar los conocimientos de las generaciones digitalmente nativas, para convertirlos en estudiantes maduros y responsables capaces de aprender incluso, en la adversidad.

Coordinadora Académica de la Licenciatura en la Facultad de Estudios Globales Anáhuac.