/ lunes 30 de agosto de 2021

La esperanza y la educación

Winston Churchill una vez dijo “un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad”. Hoy resulta útil ser optimista, ya que el próximo lunes regresarán a clases millones de niñas y niños a nivel nacional. Esto es un ejercicio patriótico y de conciencia que nos marcará para el futuro; si coincidimos en la fe común de que la educación es el único método de desarrollo y equidad, este rencuentro con las aulas será un paso determinante para el país y en esta arena se encontrarán dos vectores: por un lado la esperanza y el miedo, por otro lado el gran trabajo de toda la comunidad para regresar; de los menos para seguir procrastinando.

La esperanza y el miedo son naturales después de todo lo que hemos vivido, pero cada día se genera mayor confianza en el regreso a las escuelas. Un elemento importante para vencer el miedo es el cuidado y este se materializa en los protocolos. Los protocolos en México son pertinentes y adecuados para el cuidado de la comunidad educativa, incluso superando a otros internacionales. Por ejemplo: en algunos estados de Estados Unidos como Arkansas, Arizona, Iowa, Oklahoma, Carolina del Sur, Texas y Utah regresaron a clases sin cubrebocas en las escuelas; Suecia prohibió el uso de cubrebocas en las escuelas; en Cataluña ya no toman la temperatura a la entrada de la escuela; en Países Bajos los niños ya no tienen que respetar la sana distancia dentro del salón de clases, entre otros.

Regresaremos a la escuela con el apoyo, compromiso y vocación de las y los docentes, así como de las madres, padres de familia y tutores quienes fueron el pilar para mantener los aprendizajes durante la pandemia. El retorno a las aulas será posible por la convocatoria del Presidente López Obrador, quien llamó de manera determinada, prudente y necesaria a reintegrarse a las actividades educativas presenciales, por el bienestar de nuestras niñas y niños; su llamado ha sido el motor fundamental para el regreso a las escuelas.

En la Ciudad de México, se ha hecho un gran esfuerzo para fortalecer la infraestructura física educativa, apoyos sociales para las y los estudiantes. La Jefa de Gobierno ha intervenido en más de mil 800 planteles, que se traducen en más de 2 mil millones de pesos, además del apoyo a través del programa Mejor Escuela – La Escuela es Nuestra, con una inversión de 662 millones de pesos en 2 mil 696 escuelas, lo cual suma una inversión histórica en la educación de la Ciudad.

El regreso a las aulas es el primer paso para la postpandemia y para las generaciones que hoy están en la escuela, pero también nos definirá quienes somos, en qué creemos y para qué trabajamos. Frente a todas las limitaciones por todo lo que hemos pasado, por todo lo que hemos sufrido, pero sobre todo por la esperanza de un México mejor, regresaremos a la escuela. XXXTwitter: @LuisH_Fernandez

Winston Churchill una vez dijo “un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad”. Hoy resulta útil ser optimista, ya que el próximo lunes regresarán a clases millones de niñas y niños a nivel nacional. Esto es un ejercicio patriótico y de conciencia que nos marcará para el futuro; si coincidimos en la fe común de que la educación es el único método de desarrollo y equidad, este rencuentro con las aulas será un paso determinante para el país y en esta arena se encontrarán dos vectores: por un lado la esperanza y el miedo, por otro lado el gran trabajo de toda la comunidad para regresar; de los menos para seguir procrastinando.

La esperanza y el miedo son naturales después de todo lo que hemos vivido, pero cada día se genera mayor confianza en el regreso a las escuelas. Un elemento importante para vencer el miedo es el cuidado y este se materializa en los protocolos. Los protocolos en México son pertinentes y adecuados para el cuidado de la comunidad educativa, incluso superando a otros internacionales. Por ejemplo: en algunos estados de Estados Unidos como Arkansas, Arizona, Iowa, Oklahoma, Carolina del Sur, Texas y Utah regresaron a clases sin cubrebocas en las escuelas; Suecia prohibió el uso de cubrebocas en las escuelas; en Cataluña ya no toman la temperatura a la entrada de la escuela; en Países Bajos los niños ya no tienen que respetar la sana distancia dentro del salón de clases, entre otros.

Regresaremos a la escuela con el apoyo, compromiso y vocación de las y los docentes, así como de las madres, padres de familia y tutores quienes fueron el pilar para mantener los aprendizajes durante la pandemia. El retorno a las aulas será posible por la convocatoria del Presidente López Obrador, quien llamó de manera determinada, prudente y necesaria a reintegrarse a las actividades educativas presenciales, por el bienestar de nuestras niñas y niños; su llamado ha sido el motor fundamental para el regreso a las escuelas.

En la Ciudad de México, se ha hecho un gran esfuerzo para fortalecer la infraestructura física educativa, apoyos sociales para las y los estudiantes. La Jefa de Gobierno ha intervenido en más de mil 800 planteles, que se traducen en más de 2 mil millones de pesos, además del apoyo a través del programa Mejor Escuela – La Escuela es Nuestra, con una inversión de 662 millones de pesos en 2 mil 696 escuelas, lo cual suma una inversión histórica en la educación de la Ciudad.

El regreso a las aulas es el primer paso para la postpandemia y para las generaciones que hoy están en la escuela, pero también nos definirá quienes somos, en qué creemos y para qué trabajamos. Frente a todas las limitaciones por todo lo que hemos pasado, por todo lo que hemos sufrido, pero sobre todo por la esperanza de un México mejor, regresaremos a la escuela. XXXTwitter: @LuisH_Fernandez