/ martes 29 de diciembre de 2020

La estafa del exgobernador

2020 será recordado como el año del desarrollo de la trama de la Estafa Maestra, uno de los fraudes más famosos de la historia reciente. Rosario Robles no es la única señalada, múltiples ex funcionarios están involucrados, múltiples complicidades convergieron.

Entre estos, se encuentra Emilio Zebadúa, quien seguramente se ha convertido en la peor pesadilla de Miguel Alonso Reyes. El ex Oficial Mayor de la Sedatu, decidió colaborar con la Fiscalía General de la República a cambio de obtener el criterio de oportunidad.

Según indagatorias de la Fiscalía General de la República, cuatro exgobernadores del PRI están implicados en el desvío de recursos para campañas políticas. Eruviel Ávila del Estado de México; Francisco Olvera de Hidalgo; Roberto Borge de Quintana Roo y Miguel Alonso Reyes de Zacatecas. En este texto, me referiré a este último exmandatario de quien conozco su trayectoria y el historial de sus fechorías.

Cuando era gobernante, el gremio de constructores denunció a su hermano Juan Alonso por pedir moches a cambio de que pudieran acceder a obras públicas. También se le señala por adquisición de varios ranchos y mansiones; el dispendio y derroches a cargo del erario, particularmente en medios de comunicación; la creación de por lo menos 24 empresas fantasmas y el desvío de 300 millones de pesos.

De llamar la atención que han pasado más de dos años y a la fecha no se han judicializado cinco carpetas de investigación en su contra por posibles delitos como enriquecimiento ilícito, cohecho, abuso de autoridad, peculado, tráfico de influencias, negociaciones ilícitas, delincuencia organizada y malversación de recurso.

También llama la atención que hasta el momento no se conozca alguna investigación por parte de la Secretaría de la Función Pública de Zacatecas y que las cuentas públicas realizadas por la Auditoría Superior de Estado, donde se documentan un cúmulo de irregularidades en su sexenio, ya fueron aprobadas por una mayoría de los diputados priistas.

Lo que tenga que aportar Emilio Zebadúa a las autoridades, será fundamental para que el exmandatario zacatecano y otros implicados, sean llamados ante la justicia.

La llamada Estafa Maestra es otro monumento a la corrupción. Se trata del desfalco de 5 mil 73 millones de pesos a través de la triangulación de recursos, contratos inexistentes, empresas fantasmas, instituciones públicas y educativas implicadas, es decir, toda una maraña compleja para el desvío de recursos públicos. Mientras tanto, cada día, los tiempos de gloriosa impunidad se están acotando y Alonso Reyes lo sabe.

2020 será recordado como el año del desarrollo de la trama de la Estafa Maestra, uno de los fraudes más famosos de la historia reciente. Rosario Robles no es la única señalada, múltiples ex funcionarios están involucrados, múltiples complicidades convergieron.

Entre estos, se encuentra Emilio Zebadúa, quien seguramente se ha convertido en la peor pesadilla de Miguel Alonso Reyes. El ex Oficial Mayor de la Sedatu, decidió colaborar con la Fiscalía General de la República a cambio de obtener el criterio de oportunidad.

Según indagatorias de la Fiscalía General de la República, cuatro exgobernadores del PRI están implicados en el desvío de recursos para campañas políticas. Eruviel Ávila del Estado de México; Francisco Olvera de Hidalgo; Roberto Borge de Quintana Roo y Miguel Alonso Reyes de Zacatecas. En este texto, me referiré a este último exmandatario de quien conozco su trayectoria y el historial de sus fechorías.

Cuando era gobernante, el gremio de constructores denunció a su hermano Juan Alonso por pedir moches a cambio de que pudieran acceder a obras públicas. También se le señala por adquisición de varios ranchos y mansiones; el dispendio y derroches a cargo del erario, particularmente en medios de comunicación; la creación de por lo menos 24 empresas fantasmas y el desvío de 300 millones de pesos.

De llamar la atención que han pasado más de dos años y a la fecha no se han judicializado cinco carpetas de investigación en su contra por posibles delitos como enriquecimiento ilícito, cohecho, abuso de autoridad, peculado, tráfico de influencias, negociaciones ilícitas, delincuencia organizada y malversación de recurso.

También llama la atención que hasta el momento no se conozca alguna investigación por parte de la Secretaría de la Función Pública de Zacatecas y que las cuentas públicas realizadas por la Auditoría Superior de Estado, donde se documentan un cúmulo de irregularidades en su sexenio, ya fueron aprobadas por una mayoría de los diputados priistas.

Lo que tenga que aportar Emilio Zebadúa a las autoridades, será fundamental para que el exmandatario zacatecano y otros implicados, sean llamados ante la justicia.

La llamada Estafa Maestra es otro monumento a la corrupción. Se trata del desfalco de 5 mil 73 millones de pesos a través de la triangulación de recursos, contratos inexistentes, empresas fantasmas, instituciones públicas y educativas implicadas, es decir, toda una maraña compleja para el desvío de recursos públicos. Mientras tanto, cada día, los tiempos de gloriosa impunidad se están acotando y Alonso Reyes lo sabe.