/ viernes 5 de febrero de 2021

La fiesta de los toros es un derecho de las minorías

Por Guadalupe Vergara


Sustento económico de más de dos millones doscientas mil personas. A diferencia de millones de seguidores del futbol, los taurinos somos un “grupo de minorías” con derechos que deben respetarse. Como afirma y publicó don Luis Niño de Rivera sobre este importante tema, donde destaca todos los puntos de la fiesta de los toros: “México es un mosaico variopinto de culturas, etnias, religiones, preferencias, políticas, ideologías gustos y disgustos que aglutina a grandes y pequeñas minorías. A tiros y tirones hemos avanzado en doscientos años de vida independiente a base de imponer respeto a los derechos de las minorías.

Esa imposición ha sido en ocasiones con diálogos, discusiones y formas civilizadas de zanjar diferencias y en otros por medios de las armas con mucho derramamiento de sangre. A partir de 1917 los derechos de las minorías han venido quedando consagradas en nuestra Carta Magna, como fundamento para la paz social y el progreso. En fechas recientes la fiesta taurina ha surgido como tema de discusión política, promovida por grupos y personas que se oponen a ella. Algunos por iniciativa propia y otros motivados y financiados desde el extranjero por grupos activistas que defienden los derechos de los animales con clara y conocida participación en España y Francia. Las quejas y opiniones de los locales han tenido eco en unos pocos legisladores estatales y federales y en otros dos o tres asambleístas de la Ciudad de México.

TODOS LOS INDIVIDUOS Y GRUPOS TENEMOS DERECHO A EXPRESAR

Nuestras opiniones sobre este y otros temas y de promover cualquier causa jurídicamente correcta. Es fundamental que así sea, para que la confrontación de ideas y posturas nos fortalezca. Sin embargo lo qu4e no debemos permitir es el debate con engaños y mudas verdades, para evitar que una causa prospere, o peor todavía, para quitarle sus derechos a las minorías. A los legisladores que tienen como tarea principal por un lado, cumplir y hacer cumplir la ley, y por el otro promover nuevas leyes o cambios en las existentes, fundadas y motivadas con información sustantiva y veraz, les es indispensable conocer de la materia antes decidir si deben o no afectar los derechos de las minorías

LA FIESTA TAURINA EN MEXICO ES PREFERNCIA, VIDA Y SUSTENTO

De una minoría, profesionales, aficionados y simpatizantes que viven de y para la tauromaquia, ejercen un derecho y libertad que está cumpliendo quinientos años de existencia en muestro país. A finales de la segunda década del siglo XVI en las costas del Golfo de México bajaron de los navíos los conquistadores Españoles que nos dejaron entre otras muchas cosas el idioma que hablamos, los frailes que trajeron la religión católica, los toros bravos y los gallos de pelea. El primer registro de una corrida de toros en nuestra tierra lo tenemos documentado en la quinta carta que escribió Hernán Cortés al rey de España, en la que relata que el día de San Juan (24 de junio) de 1526 se encontraba presenciando una corrida de toros que se celebró en México. Esto no quiere decir que fue la primera corrida que se celebró en México sí que es la evidencia irrefutable de su celebración. Es relativamente fácil explicar la permanencia de la fiesta brava en el Virreinato de la Nueva España durante trescientos años, sabedor de su origen y su arraigo español. ¿Pero cómo justificar su continuación después de la independencia de 1810. Lo lógico fuera que por su origen y costumbre procurara la nueva generación desarraigar todo lo que representara la época colonial…

NOS VEREMOS MAS TARDE…QUE EL CIELO LOS JUZGUE…

Por Guadalupe Vergara


Sustento económico de más de dos millones doscientas mil personas. A diferencia de millones de seguidores del futbol, los taurinos somos un “grupo de minorías” con derechos que deben respetarse. Como afirma y publicó don Luis Niño de Rivera sobre este importante tema, donde destaca todos los puntos de la fiesta de los toros: “México es un mosaico variopinto de culturas, etnias, religiones, preferencias, políticas, ideologías gustos y disgustos que aglutina a grandes y pequeñas minorías. A tiros y tirones hemos avanzado en doscientos años de vida independiente a base de imponer respeto a los derechos de las minorías.

Esa imposición ha sido en ocasiones con diálogos, discusiones y formas civilizadas de zanjar diferencias y en otros por medios de las armas con mucho derramamiento de sangre. A partir de 1917 los derechos de las minorías han venido quedando consagradas en nuestra Carta Magna, como fundamento para la paz social y el progreso. En fechas recientes la fiesta taurina ha surgido como tema de discusión política, promovida por grupos y personas que se oponen a ella. Algunos por iniciativa propia y otros motivados y financiados desde el extranjero por grupos activistas que defienden los derechos de los animales con clara y conocida participación en España y Francia. Las quejas y opiniones de los locales han tenido eco en unos pocos legisladores estatales y federales y en otros dos o tres asambleístas de la Ciudad de México.

TODOS LOS INDIVIDUOS Y GRUPOS TENEMOS DERECHO A EXPRESAR

Nuestras opiniones sobre este y otros temas y de promover cualquier causa jurídicamente correcta. Es fundamental que así sea, para que la confrontación de ideas y posturas nos fortalezca. Sin embargo lo qu4e no debemos permitir es el debate con engaños y mudas verdades, para evitar que una causa prospere, o peor todavía, para quitarle sus derechos a las minorías. A los legisladores que tienen como tarea principal por un lado, cumplir y hacer cumplir la ley, y por el otro promover nuevas leyes o cambios en las existentes, fundadas y motivadas con información sustantiva y veraz, les es indispensable conocer de la materia antes decidir si deben o no afectar los derechos de las minorías

LA FIESTA TAURINA EN MEXICO ES PREFERNCIA, VIDA Y SUSTENTO

De una minoría, profesionales, aficionados y simpatizantes que viven de y para la tauromaquia, ejercen un derecho y libertad que está cumpliendo quinientos años de existencia en muestro país. A finales de la segunda década del siglo XVI en las costas del Golfo de México bajaron de los navíos los conquistadores Españoles que nos dejaron entre otras muchas cosas el idioma que hablamos, los frailes que trajeron la religión católica, los toros bravos y los gallos de pelea. El primer registro de una corrida de toros en nuestra tierra lo tenemos documentado en la quinta carta que escribió Hernán Cortés al rey de España, en la que relata que el día de San Juan (24 de junio) de 1526 se encontraba presenciando una corrida de toros que se celebró en México. Esto no quiere decir que fue la primera corrida que se celebró en México sí que es la evidencia irrefutable de su celebración. Es relativamente fácil explicar la permanencia de la fiesta brava en el Virreinato de la Nueva España durante trescientos años, sabedor de su origen y su arraigo español. ¿Pero cómo justificar su continuación después de la independencia de 1810. Lo lógico fuera que por su origen y costumbre procurara la nueva generación desarraigar todo lo que representara la época colonial…

NOS VEREMOS MAS TARDE…QUE EL CIELO LOS JUZGUE…