/ viernes 30 de noviembre de 2018

La flor de nochebuena

Por: Victoria Sosa (INECOL)

La flor de nochebuena o flor de pascua es una especie nativa de México, la cual pertenece a la familia de las euforbiáceas como el ricino. Su nombre científico es Euphorbia pulcherrima y posee un enorme valor ornamental, siendo una de las plantas más cultivadas en todo el mundo. Se siembran millones de arbustos anualmente a nivel global.

La nochebuena es apreciada por sus extraordinarias flores de color rojo, las cuales se producen a finales de año, por lo que se utiliza como parte de los adornos navideños. Los horticultores han conseguido variedades con flores de diferentes colores, desde rojo, rosado, salmón, hasta blancas. También han logrado flores con una serie adicional de brácteas petaloides, algunas marmoleadas y otras con flecos en los márgenes. Se conocen casi cien variedades, buscando la producción de plantas de gran vigor que logren crecer entre seis y 11 semanas.

Foto: Cortesía

Por su importancia económica, se han perfeccionado formas eficientes de cultivo, crecimiento y almacenamiento que permitan enviar estas flores a cualquier parte del mundo. Estos avances hortícolas se han logrado en los últimos veinte años. En particular, en California se han desarrollado técnicas avanzadas de cultivo para que las plantas crezcan rápidamente y produzcan flores, cambiando el fotoperíodo a días más cortos. En México, en Morelos la producción de nochebuenas es muy alta, cultivándose en regiones entre los 1000 y 1900 m de altitud.

Euphorbia pulcherrima crece en forma silvestre en la zona del Pacífico mexicano, desde Sinaloa hasta Chiapas, llegando hasta Guatemala. Un estudio genético de esta especie identificó su área ancestral en el norte de Guerrero. Crece en bosques tropicales secos y en comparación con las plantas cultivadas, las silvestres están menos ramificadas, las brácteas petaloides son angostas y menos brillantes, y las inflorescencias tienen un menor número de flores.

Foto: Cortesía


Curiosamente, el ministro estadounidense plenipotenciario Joel Roberts Poinsett, recorriendo México con colegas de la comunidad científica de Filadelfia hace dos siglos, encontró flores de nochebuena en Taxco, Guerrero. Envió plantas al jardín botánico Bartram donde las cultivaron y exhibieron en 1829. Posteriormente, fueron introducidas primero a Europa y luego al resto del mundo. Por esta razón, a Euhphorbia pulcherrima se conoce como "poinsettia".


Las plantas de nochebuena son arbustos o árboles pequeños, llegando a medir hasta cuatro metros, con hojas de color verde oscuro de tamaño mediano (hasta de 16 cm de largo). Lo más notable son sus flores, formadas por brácteas rojas (hojas modificadas) que son confundidas con pétalos; las flores se encuentran en el centro de estas brácteas agrupadas en una inflorescencia llamada ciatio. Las flores femeninas son pequeñas y reducidas que en la parte central del ciatio están rodeadas por flores masculinas, las cuales producen un estambre con anteras amarillas que contrastan con las brácteas rojizas. Como todas las euforbiáceas, producen una savia lechosa o látex.

Foto: Cortesía

Las flores de nochebuena se cultivaban en jardines botánicos prehispánicos; se ha documentado que a Moctezuma le enviaban plantas de zonas bajas, de Morelos o Guerrero. Los mexicas extraían los pigmentos rojos de las brácteas para teñir textiles y el látex se utilizaba como medicina para curar fiebres. Euphorbia pulcherrima es una especie referida en el Códice Florentino y citada en la "Historia de las Plantas de Nueva España" de Francisco Hernández. Para esta euforbia se conocen diversos nombres comunes en México a lo largo de su distribución: en el centro del país se llama Cuitlaxóchitl (significa flor de cuero en nahua), en Chiapas como aijoyó (zoque), en Oaxaca como gule-tiini (zapoteco), en Michoacán como uanipeni, y en Morelos como poscuaxúchitl (dialecto mexicano de Tetelcingo).


La flor de nochebuena representa una de las plantas ornamentales más icónicas, una contribución de México a la horticultura del mundo.

Foto: Cortesía

Autora

La doctora Victoria Sosa Ortega es investigadora titular C en el área de Biología Evolutiva en el Instituto de Ecología (INECOL). Contacto: victoria.sosa@inecol.mx

***

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Por: Victoria Sosa (INECOL)

La flor de nochebuena o flor de pascua es una especie nativa de México, la cual pertenece a la familia de las euforbiáceas como el ricino. Su nombre científico es Euphorbia pulcherrima y posee un enorme valor ornamental, siendo una de las plantas más cultivadas en todo el mundo. Se siembran millones de arbustos anualmente a nivel global.

La nochebuena es apreciada por sus extraordinarias flores de color rojo, las cuales se producen a finales de año, por lo que se utiliza como parte de los adornos navideños. Los horticultores han conseguido variedades con flores de diferentes colores, desde rojo, rosado, salmón, hasta blancas. También han logrado flores con una serie adicional de brácteas petaloides, algunas marmoleadas y otras con flecos en los márgenes. Se conocen casi cien variedades, buscando la producción de plantas de gran vigor que logren crecer entre seis y 11 semanas.

Foto: Cortesía

Por su importancia económica, se han perfeccionado formas eficientes de cultivo, crecimiento y almacenamiento que permitan enviar estas flores a cualquier parte del mundo. Estos avances hortícolas se han logrado en los últimos veinte años. En particular, en California se han desarrollado técnicas avanzadas de cultivo para que las plantas crezcan rápidamente y produzcan flores, cambiando el fotoperíodo a días más cortos. En México, en Morelos la producción de nochebuenas es muy alta, cultivándose en regiones entre los 1000 y 1900 m de altitud.

Euphorbia pulcherrima crece en forma silvestre en la zona del Pacífico mexicano, desde Sinaloa hasta Chiapas, llegando hasta Guatemala. Un estudio genético de esta especie identificó su área ancestral en el norte de Guerrero. Crece en bosques tropicales secos y en comparación con las plantas cultivadas, las silvestres están menos ramificadas, las brácteas petaloides son angostas y menos brillantes, y las inflorescencias tienen un menor número de flores.

Foto: Cortesía


Curiosamente, el ministro estadounidense plenipotenciario Joel Roberts Poinsett, recorriendo México con colegas de la comunidad científica de Filadelfia hace dos siglos, encontró flores de nochebuena en Taxco, Guerrero. Envió plantas al jardín botánico Bartram donde las cultivaron y exhibieron en 1829. Posteriormente, fueron introducidas primero a Europa y luego al resto del mundo. Por esta razón, a Euhphorbia pulcherrima se conoce como "poinsettia".


Las plantas de nochebuena son arbustos o árboles pequeños, llegando a medir hasta cuatro metros, con hojas de color verde oscuro de tamaño mediano (hasta de 16 cm de largo). Lo más notable son sus flores, formadas por brácteas rojas (hojas modificadas) que son confundidas con pétalos; las flores se encuentran en el centro de estas brácteas agrupadas en una inflorescencia llamada ciatio. Las flores femeninas son pequeñas y reducidas que en la parte central del ciatio están rodeadas por flores masculinas, las cuales producen un estambre con anteras amarillas que contrastan con las brácteas rojizas. Como todas las euforbiáceas, producen una savia lechosa o látex.

Foto: Cortesía

Las flores de nochebuena se cultivaban en jardines botánicos prehispánicos; se ha documentado que a Moctezuma le enviaban plantas de zonas bajas, de Morelos o Guerrero. Los mexicas extraían los pigmentos rojos de las brácteas para teñir textiles y el látex se utilizaba como medicina para curar fiebres. Euphorbia pulcherrima es una especie referida en el Códice Florentino y citada en la "Historia de las Plantas de Nueva España" de Francisco Hernández. Para esta euforbia se conocen diversos nombres comunes en México a lo largo de su distribución: en el centro del país se llama Cuitlaxóchitl (significa flor de cuero en nahua), en Chiapas como aijoyó (zoque), en Oaxaca como gule-tiini (zapoteco), en Michoacán como uanipeni, y en Morelos como poscuaxúchitl (dialecto mexicano de Tetelcingo).


La flor de nochebuena representa una de las plantas ornamentales más icónicas, una contribución de México a la horticultura del mundo.

Foto: Cortesía

Autora

La doctora Victoria Sosa Ortega es investigadora titular C en el área de Biología Evolutiva en el Instituto de Ecología (INECOL). Contacto: victoria.sosa@inecol.mx

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