/ lunes 25 de febrero de 2019

La Guardia Civil, un proyecto modificado

Nuestra democracia ha de ser cada vez más el medio para fortalecer el Estado de derecho, para que todas y todos los mexicanos vivamos con mayor seguridad y en paz. Carlos Abascal Carranza

Uno de los debates centrales de la coyuntura es la creación de la llamada Guardia Nacional, propuesta que cuando fue aprobada en la Cámara de Diputados, con el voto en contra de Acción Nacional significaba la militarización del país. Sin embargo, en el Senado de la República se lograron cambios y consensos importantes.

Los cambios respondieron a los puntos que Acción Nacional y prácticamente las organizaciones internacionales y especialistas señalaron. Entre ellos cabe resaltar que el mando será 100% civil y no existirá una Junta de Jefes de Estado. Se respetará el federalismo y será bajo petición local la presencia de la Guardia, además de que no se podrá extender la presencia militar más allá de 2023 y se evaluarán y fortalecerán las policías locales.

En las modificaciones se desaparece por completo la figura de Fuero Militar para los integrantes de la Guardia, se hace específico que su actuación estará apegada a los compromisos en derechos humanos que suscribe nuestro país y se establecen controles institucionales desde el Senado de la República como la aprobación de la Estrategia Nacional de Seguridad Pública y de los informes de la Guardia Nacional.

Otra de las grandes conquistas dentro de los cambios es el establecimiento de criterios mínimos para las leyes secundarias que necesitan expedir como la Ley de la Guardia Nacional y la Ley Nacional de Uso de la Fuerza.

Todos los cambios mencionados fueron propuestas reiteradas desde muchos frentes. Acción Nacional los presentó en sus irreductibles, los expertos que acudieron al proceso de Parlamento Abierto en la Cámara de diputados los señalaron e incluso el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México declaró que “fortalecer la lógica militar privilegia la muerte de quienes considera enemigos, en lugar de reconocer sus garantías individuales; comenzando por el derecho a la vida”.

Sin duda, las modificaciones representan además de un cambio necesario y sustancial al esquema inicialmente propuesto, un cambio en la forma de hacer política del nuevo gobierno; que por primera vez está abriendo el debate y permitiendo las aportaciones de la oposición y de especialistas en la materia.

El siguiente paso es que la Cámara de Diputados evalúe las modificaciones realizadas en el Senado y se reconozca que se puede tener seguridad sin atropellar los derechos humanos y sin militarizar el país. Esperemos que a las diputadas y los diputados de Morena sigan el ejemplo de sus senadores y sean más abiertos al debate y a la democracia deliberativa que renuncia a las mayorías aplastantes por la inclusión.

@JCRomeroHicks

Coordinador del Grupo Parlamentario del PAN

Nuestra democracia ha de ser cada vez más el medio para fortalecer el Estado de derecho, para que todas y todos los mexicanos vivamos con mayor seguridad y en paz. Carlos Abascal Carranza

Uno de los debates centrales de la coyuntura es la creación de la llamada Guardia Nacional, propuesta que cuando fue aprobada en la Cámara de Diputados, con el voto en contra de Acción Nacional significaba la militarización del país. Sin embargo, en el Senado de la República se lograron cambios y consensos importantes.

Los cambios respondieron a los puntos que Acción Nacional y prácticamente las organizaciones internacionales y especialistas señalaron. Entre ellos cabe resaltar que el mando será 100% civil y no existirá una Junta de Jefes de Estado. Se respetará el federalismo y será bajo petición local la presencia de la Guardia, además de que no se podrá extender la presencia militar más allá de 2023 y se evaluarán y fortalecerán las policías locales.

En las modificaciones se desaparece por completo la figura de Fuero Militar para los integrantes de la Guardia, se hace específico que su actuación estará apegada a los compromisos en derechos humanos que suscribe nuestro país y se establecen controles institucionales desde el Senado de la República como la aprobación de la Estrategia Nacional de Seguridad Pública y de los informes de la Guardia Nacional.

Otra de las grandes conquistas dentro de los cambios es el establecimiento de criterios mínimos para las leyes secundarias que necesitan expedir como la Ley de la Guardia Nacional y la Ley Nacional de Uso de la Fuerza.

Todos los cambios mencionados fueron propuestas reiteradas desde muchos frentes. Acción Nacional los presentó en sus irreductibles, los expertos que acudieron al proceso de Parlamento Abierto en la Cámara de diputados los señalaron e incluso el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México declaró que “fortalecer la lógica militar privilegia la muerte de quienes considera enemigos, en lugar de reconocer sus garantías individuales; comenzando por el derecho a la vida”.

Sin duda, las modificaciones representan además de un cambio necesario y sustancial al esquema inicialmente propuesto, un cambio en la forma de hacer política del nuevo gobierno; que por primera vez está abriendo el debate y permitiendo las aportaciones de la oposición y de especialistas en la materia.

El siguiente paso es que la Cámara de Diputados evalúe las modificaciones realizadas en el Senado y se reconozca que se puede tener seguridad sin atropellar los derechos humanos y sin militarizar el país. Esperemos que a las diputadas y los diputados de Morena sigan el ejemplo de sus senadores y sean más abiertos al debate y a la democracia deliberativa que renuncia a las mayorías aplastantes por la inclusión.

@JCRomeroHicks

Coordinador del Grupo Parlamentario del PAN