/ jueves 13 de mayo de 2021

La importancia de la conectividad

Desde 2005, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) integró el Grupo de Especialistas en la Conservación de la Conectividad con más de cien especialistas en la materia, representando a 30 países.

El pasado cinco de mayo se hizo el lanzamiento formal de los “Lineamientos para la conservación de la conectividad a través de redes y corredores ecológicos”. Este trabajo es producto de 16 años de labores de más de 950 especialistas en 119 países; estos lineamientos, que reflejan experiencias exitosas y replicables de 38 casos de estudio, surgieron de la necesidad de promover la conectividad como una estrategia para reducir la pérdida de especies.

Por conectividad ecológica se entiende el libre movimiento de especies y procesos ecológicos sin interrupción. Este concepto puede ser el sustento para transitar de un modelo de “áreas naturales protegidas” al de “áreas naturales protegidas conectadas”; dicha conexión se debe de llevar a cabo mediante corredores.

Lo anterior da sustento a conceptos clave como el de “corredor ecológico” que tiene por objetivo promover la conexión entre dos o más sitios, así como el de “redes conectadas”, que constituyen el grupo de corredores que ya están interconectados y de manera conjunta integran una red. Estos conceptos deben de traducirse en una política pública que fomente la meta de conservar la biodiversidad y promover la conectividad. Lo interesante es que los corredores pueden ser terrestres o acuáticos y tienen el mismo fin: la conservación de las especies. Para ello se deberán desarrollar indicadores para medir su impacto en el largo plazo.

Ejemplos específicos de especies de flora y fauna que se verán beneficiados con estos lineamientos de conservación son diversos; sin embargo, una de las especies que ya está ubicada como prioritaria es el jaguar mexicano que habita en la selva maya, así como el tiburón, en el caso marino.

En el caso del jaguar mexicano de la selva maya, es importante reconocer que esta zona ha tenido impactos fuertes resultantes del crecimiento poblacional, ya que se presenta una severa deforestación por diferentes actividades económicas, lo que implica una fragmentación muy evidente de la selva maya. En la actualidad es una zona que está en foco rojo al ser uno de los sitios por el que cruzará el Tren Maya, proyecto emblemático de la presente administración, y una de cuyas externalidades negativas, se prevé, será la afectación al ecosistema de esta especie emblemática.

Si bien las ANP son los mejores sitios para la protección del jaguar, en el momento en que éste sale de dichos polígonos, sufre fuertes ataques. Por lo tanto, los corredores son fundamentales para que pueda transitar de un área protegida a la otra. Y para ello, es fundamental el monitoreo de la especie, ya sea a través de cámaras trampa o por monitoreo satelital y mediante la actualización de modelos que han resultado ser exitosos con anterioridad.

Lo intresante de los lineamientos es que no solo están pensados y desarrollados para implementarse en zonas terrestres, sino también en zonas acuáticas y marinas. Si bien existen diversas áreas marinas protegidas, la idea de generar corredores ayudará mucho más a la conservación de los mares y oceános y a su biodiversidad.

Y al igual que las ANPs, las AMPs son estrategias que han probado su beneficio; tal es el caso de Islas de Revillagigedo donde, por medio de satélites, se puede monitorear y afirmar que la pesca comercial sí respeta el polígono del área marina y, por lo tanto, las especies de biodiversidad sí encuentran una zona de refugio natural.

Este tipo de ejemplos, que ya han probado beneficios directos e indirectos, deben de seguirse replicando para aumentar cada vez más el porcentaje de protección y conservación de la biodiversidad.

Actualmente, se están llevando a cabo reuniones de trabajo de la Comisión de Diversidad Biológica (CBD) y ojalá este tema de agenda se materialice en acuerdos concretos, en tiempos específicos. Son oportunidades centrales para la protección de la diversidad biológica.

Ambientalista

Desde 2005, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) integró el Grupo de Especialistas en la Conservación de la Conectividad con más de cien especialistas en la materia, representando a 30 países.

El pasado cinco de mayo se hizo el lanzamiento formal de los “Lineamientos para la conservación de la conectividad a través de redes y corredores ecológicos”. Este trabajo es producto de 16 años de labores de más de 950 especialistas en 119 países; estos lineamientos, que reflejan experiencias exitosas y replicables de 38 casos de estudio, surgieron de la necesidad de promover la conectividad como una estrategia para reducir la pérdida de especies.

Por conectividad ecológica se entiende el libre movimiento de especies y procesos ecológicos sin interrupción. Este concepto puede ser el sustento para transitar de un modelo de “áreas naturales protegidas” al de “áreas naturales protegidas conectadas”; dicha conexión se debe de llevar a cabo mediante corredores.

Lo anterior da sustento a conceptos clave como el de “corredor ecológico” que tiene por objetivo promover la conexión entre dos o más sitios, así como el de “redes conectadas”, que constituyen el grupo de corredores que ya están interconectados y de manera conjunta integran una red. Estos conceptos deben de traducirse en una política pública que fomente la meta de conservar la biodiversidad y promover la conectividad. Lo interesante es que los corredores pueden ser terrestres o acuáticos y tienen el mismo fin: la conservación de las especies. Para ello se deberán desarrollar indicadores para medir su impacto en el largo plazo.

Ejemplos específicos de especies de flora y fauna que se verán beneficiados con estos lineamientos de conservación son diversos; sin embargo, una de las especies que ya está ubicada como prioritaria es el jaguar mexicano que habita en la selva maya, así como el tiburón, en el caso marino.

En el caso del jaguar mexicano de la selva maya, es importante reconocer que esta zona ha tenido impactos fuertes resultantes del crecimiento poblacional, ya que se presenta una severa deforestación por diferentes actividades económicas, lo que implica una fragmentación muy evidente de la selva maya. En la actualidad es una zona que está en foco rojo al ser uno de los sitios por el que cruzará el Tren Maya, proyecto emblemático de la presente administración, y una de cuyas externalidades negativas, se prevé, será la afectación al ecosistema de esta especie emblemática.

Si bien las ANP son los mejores sitios para la protección del jaguar, en el momento en que éste sale de dichos polígonos, sufre fuertes ataques. Por lo tanto, los corredores son fundamentales para que pueda transitar de un área protegida a la otra. Y para ello, es fundamental el monitoreo de la especie, ya sea a través de cámaras trampa o por monitoreo satelital y mediante la actualización de modelos que han resultado ser exitosos con anterioridad.

Lo intresante de los lineamientos es que no solo están pensados y desarrollados para implementarse en zonas terrestres, sino también en zonas acuáticas y marinas. Si bien existen diversas áreas marinas protegidas, la idea de generar corredores ayudará mucho más a la conservación de los mares y oceános y a su biodiversidad.

Y al igual que las ANPs, las AMPs son estrategias que han probado su beneficio; tal es el caso de Islas de Revillagigedo donde, por medio de satélites, se puede monitorear y afirmar que la pesca comercial sí respeta el polígono del área marina y, por lo tanto, las especies de biodiversidad sí encuentran una zona de refugio natural.

Este tipo de ejemplos, que ya han probado beneficios directos e indirectos, deben de seguirse replicando para aumentar cada vez más el porcentaje de protección y conservación de la biodiversidad.

Actualmente, se están llevando a cabo reuniones de trabajo de la Comisión de Diversidad Biológica (CBD) y ojalá este tema de agenda se materialice en acuerdos concretos, en tiempos específicos. Son oportunidades centrales para la protección de la diversidad biológica.

Ambientalista