/ viernes 24 de noviembre de 2017

La Ley de Seguridad Interior en la agenda legislativa

El pasado 20 de noviembre y como sucede desde 1936, la efeméride por el inicio de la Revolución Mexicana, es el ambiente propicio para otorgar ascensos y condecoraciones a los militares del país. En esta ocasión, el evento se llevó por primera vez, de noche y con un gran despliegue de referencias a nuestra historia y cultura. Música, bailes regionales, atuendos de la época, poesías, entre otras expresiones, fueron presenciadas por cientos de personas que fueron invitadas para acompañar a sus familiares al Campo Marte.

Las condiciones climáticas, pues la temperatura fijo el termómetro a los 8 grados Celsius sobre cero, no fue un impedimiento para que los ánimos fueran expresados con cantos y vivas a quienes recibieron sus reconocimientos. Como sucede en las ceremonias civiles militares, estas siempre están cargadas de simbolismos, rituales y mensajes, que deben ser antenidos y analizados. En estas ocasión ni fue diferente, e incluso puede señalarse, sobre todo, el contenido principal del discursos propunciado por el General Secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda.

En su intervención, luego de un preábulo respecto del motivo de la ceremonia, se enfocó de manera destacada, a solicitar respetuosamente, así fue textual la frase, al Congreso de la Unión, legisle en las materias pendientes de Seguridad Interior y otros ordenamientos jurìdicos necesarios para recuperar la paz pública y la plena vigencia del Estado de derecho en todo el país. En la recta final de la segunda Legislatura del sexenio de Enrique Peña Nieto, y contra todos los pronósticos, incluyendo el mió, parece que la Cámara de Diputados, como Cámara de origen, se dará a la tarea de ajustar sus pendientes para incluir en su agenda, la discusión y aprobación de la probable Ley de Seguridad Nacional.

Teniendo en el presidium a todos los titulares de los Poderes de la Unión, por cierto, cosa poco frecuente, el Secretario de la Defensa Nacional, aludiendo e incluyendo en sus posicionamientos al Almirante Secretario de Marina Armada de México, Francisco Vidal Soberón Sánz, reitero la absoluta prioridad que tiene para los integrantes de las Fuerzas Armadas, velar por la seguridad, tranquilidad y patrimonio de los mexicanos. Sin embargo, como sabemos, desde abril de 2000, aún en el sexenio de Ernesto Zedillo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, emitió una tesis jurisprudencial, en donde se avala la participación del Ejército Mexicano, Armada de México y Fuerza Aérea Mexicana, en las tareas de apoyo a la Seguridad Pública.

Ese es el único recurso legal con el que los militares cuentan para poder seguir cumpliendo con su papel fundamental en apoyo a las autoridades civiles y a la ciudadanía en general. Han pasado casi tres sexenios, con dos alternancias en el Poder Ejecutivo y casi seis legislaturas sin que el Poder Legislativo haya hecho mayor cosa en la materia. También la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se ha sumado a esa inacción por años. Esperemos que esa pasividad termnine.

javierolivaposada@gmail.com

@JOPso

El pasado 20 de noviembre y como sucede desde 1936, la efeméride por el inicio de la Revolución Mexicana, es el ambiente propicio para otorgar ascensos y condecoraciones a los militares del país. En esta ocasión, el evento se llevó por primera vez, de noche y con un gran despliegue de referencias a nuestra historia y cultura. Música, bailes regionales, atuendos de la época, poesías, entre otras expresiones, fueron presenciadas por cientos de personas que fueron invitadas para acompañar a sus familiares al Campo Marte.

Las condiciones climáticas, pues la temperatura fijo el termómetro a los 8 grados Celsius sobre cero, no fue un impedimiento para que los ánimos fueran expresados con cantos y vivas a quienes recibieron sus reconocimientos. Como sucede en las ceremonias civiles militares, estas siempre están cargadas de simbolismos, rituales y mensajes, que deben ser antenidos y analizados. En estas ocasión ni fue diferente, e incluso puede señalarse, sobre todo, el contenido principal del discursos propunciado por el General Secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda.

En su intervención, luego de un preábulo respecto del motivo de la ceremonia, se enfocó de manera destacada, a solicitar respetuosamente, así fue textual la frase, al Congreso de la Unión, legisle en las materias pendientes de Seguridad Interior y otros ordenamientos jurìdicos necesarios para recuperar la paz pública y la plena vigencia del Estado de derecho en todo el país. En la recta final de la segunda Legislatura del sexenio de Enrique Peña Nieto, y contra todos los pronósticos, incluyendo el mió, parece que la Cámara de Diputados, como Cámara de origen, se dará a la tarea de ajustar sus pendientes para incluir en su agenda, la discusión y aprobación de la probable Ley de Seguridad Nacional.

Teniendo en el presidium a todos los titulares de los Poderes de la Unión, por cierto, cosa poco frecuente, el Secretario de la Defensa Nacional, aludiendo e incluyendo en sus posicionamientos al Almirante Secretario de Marina Armada de México, Francisco Vidal Soberón Sánz, reitero la absoluta prioridad que tiene para los integrantes de las Fuerzas Armadas, velar por la seguridad, tranquilidad y patrimonio de los mexicanos. Sin embargo, como sabemos, desde abril de 2000, aún en el sexenio de Ernesto Zedillo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, emitió una tesis jurisprudencial, en donde se avala la participación del Ejército Mexicano, Armada de México y Fuerza Aérea Mexicana, en las tareas de apoyo a la Seguridad Pública.

Ese es el único recurso legal con el que los militares cuentan para poder seguir cumpliendo con su papel fundamental en apoyo a las autoridades civiles y a la ciudadanía en general. Han pasado casi tres sexenios, con dos alternancias en el Poder Ejecutivo y casi seis legislaturas sin que el Poder Legislativo haya hecho mayor cosa en la materia. También la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se ha sumado a esa inacción por años. Esperemos que esa pasividad termnine.

javierolivaposada@gmail.com

@JOPso