1960, las tres hermanas Mirabal Patria, Minerva y María Teresa, fueron asesinadas por oponerse a la dictadura que imperaba en República Dominicana, suceso que marcó el inicio del movimiento feminista latinoamericano para denunciar la violencia que se ejerce sobre las mujeres en todo el mundo y reclamar políticas en todos los países para su erradicación, bajo el lema “Si me matan sacaré los brazos de la tumba y seré más fuere” frase emblemática de Minerva Mirabal.
En el marco del Día Internacional de la lucha contra la violencia hacia las mujeres y niñas, conviene hacer una reflexión sobre la realidad de esta pandemia que tanto ha lastimado a la sociedad mexicana y parece no tener fin.
Lamentables son los datos que arroja el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en los últimos tres años 10,753 mujeres fueron víctimas de asesinato en México. Más preocupante aún, en la actual administración, nuestro país alcanzó la cifra histórica de 16 muertes por homicidio o feminicidios al día.
Todos los días hay hijos de madres asesinadas, madres llorando la falta de justicia en el asesinato de su hija y la impunidad termina imperando.
Es cierto que, para dar soluciones, primero se debe conocer a fondo el problema. México cuenta con herramientas sólidas para la recopilación de datos con perspectiva de género, como lo son la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH), la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (ENUT) y la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS), lo cierto es que estos esfuerzos no son suficientes si no se voltean a ver.
Es vergonzoso que para el ejecutivo federal las cifras no sean alarmantes y considere que no ha habido aumento de violencia contra las mujeres, que todo continúa en orden. Recordemos que en una de sus conferencias mañaneras aseguró que del 90% de las llamadas que se realizaban al 911 eran falsas, así como se cree que es falso el aumento a las agresiones contra miles de mujeres y niñas.
La realidad es que México cuenta con herramientas para medir la violencia machista que tanto lastima a nuestra sociedad, es la falta de voluntad política de aceptar la realidad y de poner a las mujeres en el centro del problema lo que nos ha impedido avanzar. Las mexicanas antes de pedir obras faraónicas, exigen poder regresar sanas y salvas a casa, vivir libres de violencia, piden políticas públicas y programas que las mantengan a salvo. Hoy es un buen día para recordar qué es lo verdaderamente importante para nuestra sociedad.
Mexicana: si sufres de violencia económica, psicológica o física, no guardes silencio, sé valiente y denuncia. No estás sola.
