/ viernes 11 de noviembre de 2022

La lucha por las personas desaparecidas nos compete a todos 

Por: Viridiana Rodríguez del Valle


En nuestro país existen muchas injusticias y violaciones a los derechos humanos que han estado presentes desde hace décadas y que, lamentablemente, el Estado ha sido ineficiente ante la solución de las mismas, e incluso, en algunos casos, partícipe de estas. Como consecuencia de la falta de respuestas, la sociedad civil se ha visto en la necesidad de organizarse para que estas injusticias sean escuchadas. Entre muchos otros colectivos, existen las madres buscadoras, quienes han unido su dolor para buscar con sus propias manos a sus hijos desaparecidos.

Hace algunos días, CIPMEX fue parte de una conferencia titulada “Aportes de las madres buscadoras a la construcción de paz” en donde dos mujeres nos hablaron de su experiencia y su labor como madres e hijas buscadoras. Menciono esto porque, así como yo, me gustaría que ustedes se dieran un momento para reflexionar cuál es nuestra labor dentro de esta lucha y de qué forma podemos hacer un cambio, por muy mínimo que sea, desde nuestras posibilidades.

La importancia de mencionarlo y difundirlo es mucho más grande de lo que nos podemos imaginar. La asociación civil Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad investigó que, desde 2006, un promedio de 14 personas son desaparecidas cada día. Nos hemos acostumbrado tanto a estas noticias que pareciera que pasan desapercibidas, sin embargo, mientras la vida continúa, para las madres buscadoras esto no es así. La fundadora del colectivo Solecito de Veracruz, nos mencionaba que es una labor que abarca todas las horas de su semana, que representa muchísimo desgaste emocional y físico, ya que mientras están pasando por el peor momento de su vida al no tener con ellas a sus hijos, al mismo tiempo tienen que dar todo lo que les queda para poder continuar con su búsqueda.

Para ellas, los colectivos fueron la vía para hallar un poco de sentido dentro de tanto dolor. El acompañamiento y el asesoramiento de personas que han pasado por lo mismo es fundamental cuando se encuentran desamparadas por el Estado. Nos afirman que han comprobado que muchas voces tienen más impacto que una sola. Sin embargo, para que esto continúe y sea cada vez más grande, se necesitaría la ayuda de todo México, pues la lucha por las personas desaparecidas es algo que nos compete a todos como sociedad civil.

Todos los días existen mujeres luchando por encontrar algún rastro de sus hijos, no seamos indiferentes ante el dolor ajeno y reconsideremos qué papel estamos jugando nosotros ante las injusticias que se cometen en nuestro país. Escuchar y difundir puede ser un punto clave dentro de esta y muchas otras luchas.

Por: Viridiana Rodríguez del Valle


En nuestro país existen muchas injusticias y violaciones a los derechos humanos que han estado presentes desde hace décadas y que, lamentablemente, el Estado ha sido ineficiente ante la solución de las mismas, e incluso, en algunos casos, partícipe de estas. Como consecuencia de la falta de respuestas, la sociedad civil se ha visto en la necesidad de organizarse para que estas injusticias sean escuchadas. Entre muchos otros colectivos, existen las madres buscadoras, quienes han unido su dolor para buscar con sus propias manos a sus hijos desaparecidos.

Hace algunos días, CIPMEX fue parte de una conferencia titulada “Aportes de las madres buscadoras a la construcción de paz” en donde dos mujeres nos hablaron de su experiencia y su labor como madres e hijas buscadoras. Menciono esto porque, así como yo, me gustaría que ustedes se dieran un momento para reflexionar cuál es nuestra labor dentro de esta lucha y de qué forma podemos hacer un cambio, por muy mínimo que sea, desde nuestras posibilidades.

La importancia de mencionarlo y difundirlo es mucho más grande de lo que nos podemos imaginar. La asociación civil Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad investigó que, desde 2006, un promedio de 14 personas son desaparecidas cada día. Nos hemos acostumbrado tanto a estas noticias que pareciera que pasan desapercibidas, sin embargo, mientras la vida continúa, para las madres buscadoras esto no es así. La fundadora del colectivo Solecito de Veracruz, nos mencionaba que es una labor que abarca todas las horas de su semana, que representa muchísimo desgaste emocional y físico, ya que mientras están pasando por el peor momento de su vida al no tener con ellas a sus hijos, al mismo tiempo tienen que dar todo lo que les queda para poder continuar con su búsqueda.

Para ellas, los colectivos fueron la vía para hallar un poco de sentido dentro de tanto dolor. El acompañamiento y el asesoramiento de personas que han pasado por lo mismo es fundamental cuando se encuentran desamparadas por el Estado. Nos afirman que han comprobado que muchas voces tienen más impacto que una sola. Sin embargo, para que esto continúe y sea cada vez más grande, se necesitaría la ayuda de todo México, pues la lucha por las personas desaparecidas es algo que nos compete a todos como sociedad civil.

Todos los días existen mujeres luchando por encontrar algún rastro de sus hijos, no seamos indiferentes ante el dolor ajeno y reconsideremos qué papel estamos jugando nosotros ante las injusticias que se cometen en nuestro país. Escuchar y difundir puede ser un punto clave dentro de esta y muchas otras luchas.