/ domingo 4 de febrero de 2018

La Magdalena y los tafetanes

1.- Varios oídos zumbaron los otros días al ver al emperador del Norte dar su mensaje sobre el estado del imperio. A pesar de que el destinatario primario era él mismo, simuló dirigirlo a su recia base de fanáticos que, desde luego, quedaron extáticos de la emoción hasta las lágrimas. Al dejar sin chamba a los creativos de parodias sabatinas, en una pieza que ni George Lucas habría podido colocar en sus guerras galácticas, el soberano mucho menos, sacudió con su elocuencia todos los extremos de su egolatría y debió haber tocado cuerdas en los violines de Villacuspana. Indicios que apuntan a que se entenderán a partir de un piñón si el rayo de nuestra esperanza coincidiera en alguna de sus campañas con el negociante de Manhattan, tal vez en 2024.

2.- Es cierto que más sabe el viejo por diablo, pero a veces tanto recorrido, tanta exposición y tanto repetir quimeras, hacen que la fantasía cobre tintes de realidad, y el engrudo tiende a hacerse bolas. El milagroso ha traspuesto imposibles y tocó al nuevo Lázaro, que resucitó a los cinco años según sus escrituras, impoluto y redimido de todos sus renglones torcidos, y con la encomienda de jalar votos y aforarlo en senador, sabedor que chango viejo, aunque venga de París y de hacerle su campaña a Hillary, como el dice, no hace maroma nueva. Y al tenaz y fiel exdelegado, más papista que su jefe, para quien corazón que no ve, ojos que no sienten la humillación y el desprecio.

3.- Puede darse sin embargo que, entre tal euforia el amado pueblo encuentre y asuma la nueva figura que el prócer de Gerona ha desvelado para la original exégesis de la cordura. Desde su muy público escondite en Waterloo, Bélgica, el prófugo Puigdemont ahora será “presidente simbólico” de Cataluña. Interesante, porque es un estadio superior al de presidente legítimo de su propia república, que hacía poco se había declarado. No toda cabra tira al monte, pero los tres caballeros tienen en común que en sus países, como en el chotís, únicamente se piensa mucho en ti.

4.- Con la diferencia de que algunos ni en el pecado llevan la penitencia, pues nuestro amado líder se apura a ver moros con tranchete y acusa a Claudio X de urdir compló para desprestigiarlo. Y ya encarrerado el ratón, anuncia las ternas que llevará a su Congreso, en una Legislatura que aún no existe, a sus fiscales particulares. Nada malo tiene poner la pica en Flandes, pero de tanto ir el cántaro a la fuente, luego ni al jocoque acaban por soplarle. Con ansiedad los mexicanos deseamos que pronto terminen las precampañas, pues a la luz de tanta insulsa propaganda, solo soñamos con la dulce reconciliación, y que salga de su encierro el gato.

5.- Seguramente sí ganan para vergüenzas, y en medio de unos fabulosos tamales oaxaqueños mientras la monja se viste de seda, los joviales talentos del absolvedor seguirán a la caza de perro que come carne de perro, pues a lo hecho, pecho; no importa que los votantes reciban una sopa de su propio chocolate, de todos modos el caldo saldrá a la buena hora más caro que estas albóndigas que llevan un cuarto de siglo en el fogón.

camilo@kawage.com

1.- Varios oídos zumbaron los otros días al ver al emperador del Norte dar su mensaje sobre el estado del imperio. A pesar de que el destinatario primario era él mismo, simuló dirigirlo a su recia base de fanáticos que, desde luego, quedaron extáticos de la emoción hasta las lágrimas. Al dejar sin chamba a los creativos de parodias sabatinas, en una pieza que ni George Lucas habría podido colocar en sus guerras galácticas, el soberano mucho menos, sacudió con su elocuencia todos los extremos de su egolatría y debió haber tocado cuerdas en los violines de Villacuspana. Indicios que apuntan a que se entenderán a partir de un piñón si el rayo de nuestra esperanza coincidiera en alguna de sus campañas con el negociante de Manhattan, tal vez en 2024.

2.- Es cierto que más sabe el viejo por diablo, pero a veces tanto recorrido, tanta exposición y tanto repetir quimeras, hacen que la fantasía cobre tintes de realidad, y el engrudo tiende a hacerse bolas. El milagroso ha traspuesto imposibles y tocó al nuevo Lázaro, que resucitó a los cinco años según sus escrituras, impoluto y redimido de todos sus renglones torcidos, y con la encomienda de jalar votos y aforarlo en senador, sabedor que chango viejo, aunque venga de París y de hacerle su campaña a Hillary, como el dice, no hace maroma nueva. Y al tenaz y fiel exdelegado, más papista que su jefe, para quien corazón que no ve, ojos que no sienten la humillación y el desprecio.

3.- Puede darse sin embargo que, entre tal euforia el amado pueblo encuentre y asuma la nueva figura que el prócer de Gerona ha desvelado para la original exégesis de la cordura. Desde su muy público escondite en Waterloo, Bélgica, el prófugo Puigdemont ahora será “presidente simbólico” de Cataluña. Interesante, porque es un estadio superior al de presidente legítimo de su propia república, que hacía poco se había declarado. No toda cabra tira al monte, pero los tres caballeros tienen en común que en sus países, como en el chotís, únicamente se piensa mucho en ti.

4.- Con la diferencia de que algunos ni en el pecado llevan la penitencia, pues nuestro amado líder se apura a ver moros con tranchete y acusa a Claudio X de urdir compló para desprestigiarlo. Y ya encarrerado el ratón, anuncia las ternas que llevará a su Congreso, en una Legislatura que aún no existe, a sus fiscales particulares. Nada malo tiene poner la pica en Flandes, pero de tanto ir el cántaro a la fuente, luego ni al jocoque acaban por soplarle. Con ansiedad los mexicanos deseamos que pronto terminen las precampañas, pues a la luz de tanta insulsa propaganda, solo soñamos con la dulce reconciliación, y que salga de su encierro el gato.

5.- Seguramente sí ganan para vergüenzas, y en medio de unos fabulosos tamales oaxaqueños mientras la monja se viste de seda, los joviales talentos del absolvedor seguirán a la caza de perro que come carne de perro, pues a lo hecho, pecho; no importa que los votantes reciban una sopa de su propio chocolate, de todos modos el caldo saldrá a la buena hora más caro que estas albóndigas que llevan un cuarto de siglo en el fogón.

camilo@kawage.com

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