/ sábado 21 de abril de 2018

La moviola

GERARDO GIL BALLESTEROS

@lamoviola

Dos películas mexicanas se estrenan esta semana en la cartelera cinematográfica. Llegan, previo a que el mega blockbuster Avengers: Infinity War, ocupe la mayoría de las salas exhibidoras y de paso, acapare el debate de lo tontito, que tanto gozan algunos opinadores.

Los largometrajes nacionales en cuestión, no pueden ser más diferentes entre sí, pero mencionarlos a la par, sirve como ejemplo de los dos caminos que en general toma la cinematografía mexicano: Sueño en otro idioma (Ernesto Contreras, 2016) y Tramposos con suerte (Joel Núñez,2017).

En el primer caso, Sueño en otro idioma, cuarto largometraje de Contreras, -si contamos el documental Seguir siendo-, la historia pequeña, la de los hombres y mujeres de a pie, sirve como pretexto para hacer unaradiografía social sobrela pérdida de nuestras raíces y las consecuencias de la falta de comunicación.

Martín (Fernando Álvarez Rebeil), es un joven que se propone rescatar una lengua indígena a punto de desaparecer. El problema radica en que sólo la conocen, un par de ancianos Isauro (José Manuel Poncelis) y Evaristo (Eligio Meléndez), peleados ya hace varias décadas. De la reconciliación de estos hombres, dependerá el éxito o fracaso de Martín.

Este en apariencia sencillo y contenido relato, sirve como pretexto para tocar temas como la diversidad, la pérdida de la identidad y de paso, meter al espectador en un mundo de realismo mágico.

Contreras desarrolla sin la pretensión antropológica de muchos realizadores que hablan del mundo indígena, un universo que no por distante deja de conmover al espectador. Los actores, algunos de ellos de los llamados Non-Actors, transmiten con sobriedad el drama que sirve como leitmotiv para hacer una seria reflexión sobre algunos peligros de nuestra sociedad: la incomunicación y la pérdida de identidad.

La otra cara de la moneda es el filme Tramposos con suerte, producto cinematográfico de alcances –en el mejor de los casos- televisivo, que lo delata una edición atropellada y actuaciones (es un decir), que harían palidecer al histrión más moldeado por La Rosa de Guadalupe.

Un grupo de actores sin suerte (me voy a evitar el chascarrillo), deciden formar una agencia que interviene en la vida de personas con problemas. Todo va bien, hasta que un caso los involucra de manera directa.

Ana Layevska, Osvaldo de León y Guillermo Iván, nos prodigan sin gracia pero en abundancia, su numerito.

EN CORTO

En la recomendación de DVD, la falta de solemnidad para abordar un episodio sobre la reina Victoria, es el mérito que sostiene a Victoria y Abdul, del hábil Stephen Frears.

Judi Dench como la reina Victoria se luce. El filme se vio en la pasada edición del Festival de Morelia.

GERARDO GIL BALLESTEROS

@lamoviola

Dos películas mexicanas se estrenan esta semana en la cartelera cinematográfica. Llegan, previo a que el mega blockbuster Avengers: Infinity War, ocupe la mayoría de las salas exhibidoras y de paso, acapare el debate de lo tontito, que tanto gozan algunos opinadores.

Los largometrajes nacionales en cuestión, no pueden ser más diferentes entre sí, pero mencionarlos a la par, sirve como ejemplo de los dos caminos que en general toma la cinematografía mexicano: Sueño en otro idioma (Ernesto Contreras, 2016) y Tramposos con suerte (Joel Núñez,2017).

En el primer caso, Sueño en otro idioma, cuarto largometraje de Contreras, -si contamos el documental Seguir siendo-, la historia pequeña, la de los hombres y mujeres de a pie, sirve como pretexto para hacer unaradiografía social sobrela pérdida de nuestras raíces y las consecuencias de la falta de comunicación.

Martín (Fernando Álvarez Rebeil), es un joven que se propone rescatar una lengua indígena a punto de desaparecer. El problema radica en que sólo la conocen, un par de ancianos Isauro (José Manuel Poncelis) y Evaristo (Eligio Meléndez), peleados ya hace varias décadas. De la reconciliación de estos hombres, dependerá el éxito o fracaso de Martín.

Este en apariencia sencillo y contenido relato, sirve como pretexto para tocar temas como la diversidad, la pérdida de la identidad y de paso, meter al espectador en un mundo de realismo mágico.

Contreras desarrolla sin la pretensión antropológica de muchos realizadores que hablan del mundo indígena, un universo que no por distante deja de conmover al espectador. Los actores, algunos de ellos de los llamados Non-Actors, transmiten con sobriedad el drama que sirve como leitmotiv para hacer una seria reflexión sobre algunos peligros de nuestra sociedad: la incomunicación y la pérdida de identidad.

La otra cara de la moneda es el filme Tramposos con suerte, producto cinematográfico de alcances –en el mejor de los casos- televisivo, que lo delata una edición atropellada y actuaciones (es un decir), que harían palidecer al histrión más moldeado por La Rosa de Guadalupe.

Un grupo de actores sin suerte (me voy a evitar el chascarrillo), deciden formar una agencia que interviene en la vida de personas con problemas. Todo va bien, hasta que un caso los involucra de manera directa.

Ana Layevska, Osvaldo de León y Guillermo Iván, nos prodigan sin gracia pero en abundancia, su numerito.

EN CORTO

En la recomendación de DVD, la falta de solemnidad para abordar un episodio sobre la reina Victoria, es el mérito que sostiene a Victoria y Abdul, del hábil Stephen Frears.

Judi Dench como la reina Victoria se luce. El filme se vio en la pasada edición del Festival de Morelia.

ÚLTIMASCOLUMNAS