/ sábado 14 de julio de 2018

La moviola

El muchacho chicho reloaded


Gerardo Gil Ballesteros

En Rascacielos: Rescate en las Alturas (Rawson Marshall Thurber,2018) el héroe clásico norteamericanoregresa, el que sostiene las causas favoritas del espectador más conservador: la familia, la libertad, la justicia. Ese personaje que bajo la apariencia de ciudadano común muta en salvaje soldado, casi cowboy, rabioso portador de armas en defensas de motivos edificantes: protegera los suyos o su comunidad.

El John Doe que exorciza los demoniosde la sociedad norteamericana, y ya desde hace rato, las de parte de Occidente, que utiliza las armas como un postulado de ideología. El más reciente filme de Dwayne –ya no me digan La Roca- Johnsonen su aparente banalidad resume parte de la ideología más conservadora de Hollywood.

Al fin heredero de los hombres fuertescon arma en mano, que explotó el cine en la Era Reagan, Dwayne Johnson no escatima ningún momento para mostrar que honra a sus predecesores : Stallone, Schwarzenegger, Willis y forzudos con tendencia a la oligofrenia que se le parezcan.

Porque Rascacielos: Rescate en las Alturas, se vende más como un filme del género de desastre, del cual Johnson es también un digno (más bienel único exponente actual), pero debe su razón de ser a Duro de matar (John McTiernan,1988).

Para desgracia del espectador, Marshall Thurber, no tiene la solvencia narrativa de McTiernan y de hecho es un director más bien mediocre. Maquilador de cierto oficio, con alguna comedia exitosa como Somos los Millero bien, Central de Inteligencia, esta última protagonizada por Johnson.De hecho, el único mérito en Rascacielos es que el cineasta se asume sin culpa ni melindrescomo un títere a modo para que el protagonista se luzca.

Pero Dwayne Johnson no tiene el cinismo de Willis en Duro de matar, filme que con todo y su aire conservador (la defensa del territorio vía las armas, entre otras cosas), presumía incorrección en la forma. Signo de los tiempos Rascacielos se sube a las buenas causas del cine actual: las esposas en peligro no son gritonas, sino salvan vidas, las niñitasse empoderan y muestran valentía y los niñitos son asmáticos y llorones.

Will (Dwayne Johnson) es un culposo ex agente del FBI, retirado hace una década, luego de que una misión fallida costara varias vidas. Se le encomienda la seguridad del rascacielos más grande del mundo en China, donde lleva a su familia: unos mellizos Henry y Georgia junto con su esposa Sarah (Neve Campbell) y debido a un sabotaje comienza el numerito.

Tal vez, para resumiry disfrutar elfilme, hay que comprar un combo de palomitas y comer sin pensar. Además decitar un clásico musical: Soy el muchacho chichode la película gacha. Me como la lumbre a puños y a ustedes les doy la bacha.







El muchacho chicho reloaded


Gerardo Gil Ballesteros

En Rascacielos: Rescate en las Alturas (Rawson Marshall Thurber,2018) el héroe clásico norteamericanoregresa, el que sostiene las causas favoritas del espectador más conservador: la familia, la libertad, la justicia. Ese personaje que bajo la apariencia de ciudadano común muta en salvaje soldado, casi cowboy, rabioso portador de armas en defensas de motivos edificantes: protegera los suyos o su comunidad.

El John Doe que exorciza los demoniosde la sociedad norteamericana, y ya desde hace rato, las de parte de Occidente, que utiliza las armas como un postulado de ideología. El más reciente filme de Dwayne –ya no me digan La Roca- Johnsonen su aparente banalidad resume parte de la ideología más conservadora de Hollywood.

Al fin heredero de los hombres fuertescon arma en mano, que explotó el cine en la Era Reagan, Dwayne Johnson no escatima ningún momento para mostrar que honra a sus predecesores : Stallone, Schwarzenegger, Willis y forzudos con tendencia a la oligofrenia que se le parezcan.

Porque Rascacielos: Rescate en las Alturas, se vende más como un filme del género de desastre, del cual Johnson es también un digno (más bienel único exponente actual), pero debe su razón de ser a Duro de matar (John McTiernan,1988).

Para desgracia del espectador, Marshall Thurber, no tiene la solvencia narrativa de McTiernan y de hecho es un director más bien mediocre. Maquilador de cierto oficio, con alguna comedia exitosa como Somos los Millero bien, Central de Inteligencia, esta última protagonizada por Johnson.De hecho, el único mérito en Rascacielos es que el cineasta se asume sin culpa ni melindrescomo un títere a modo para que el protagonista se luzca.

Pero Dwayne Johnson no tiene el cinismo de Willis en Duro de matar, filme que con todo y su aire conservador (la defensa del territorio vía las armas, entre otras cosas), presumía incorrección en la forma. Signo de los tiempos Rascacielos se sube a las buenas causas del cine actual: las esposas en peligro no son gritonas, sino salvan vidas, las niñitasse empoderan y muestran valentía y los niñitos son asmáticos y llorones.

Will (Dwayne Johnson) es un culposo ex agente del FBI, retirado hace una década, luego de que una misión fallida costara varias vidas. Se le encomienda la seguridad del rascacielos más grande del mundo en China, donde lleva a su familia: unos mellizos Henry y Georgia junto con su esposa Sarah (Neve Campbell) y debido a un sabotaje comienza el numerito.

Tal vez, para resumiry disfrutar elfilme, hay que comprar un combo de palomitas y comer sin pensar. Además decitar un clásico musical: Soy el muchacho chichode la película gacha. Me como la lumbre a puños y a ustedes les doy la bacha.







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