/ sábado 15 de diciembre de 2018

La moviola

Aquaman: En el mar el cine es más sabroso

En serio que los gringos son listos para revitalizar y darle respiración boca a boca a sus productos fílmicos del ala más comercial.

Sobre todo cuando las tormentas ensombrecen la travesía. Cuando el universo cinematográfico de DC Comics –Warner está por hacer agua, se van a puerto seguro. Aquaman (James Wan, 2018) se salva del naufragio en la ha caído la serie, con un par de excepciones, gracias a que navega en mares seguros.

Los mares seguros del cliché cinematográfico.

Porque Aquaman, protagonizada por Jason Momoa, no arriesga pero si gana en su narrativa. Si Batman v Superman (Zack Snyder, 2016) ensombrece a sus personajes, algo que hereda de algunos de los comics, pero que resultó una sorpresa para el público cinematográfico, Suicide Squad (David Ayer, 2016) presenta un gangsta film, innecesario y la esperada Liga de la Justicia (Zack Snider, Josh Whedon, 2017) decanta por un excesivo melodrama, las aventuras del Príncipe de los Mares, es un armado de muchas películas. Una receta probada, pero segura. El bacalao cocinado, según el secreto de la abuela.

Arthur Curry (el Aquaman de marras) vive muy quitado de la pena y cuida a su padre, Thomas (Temuera Morrison), guardián de un faro, y que fue abandonado por la madre de Arthur, quien es en realidad reina de los mares. Sobra decir que esa primera parte del filme se parece más a la canción El Sirenito, del buen Rigo Tovar.

Una guerra por el poder de Atlantis, hará que Arthur- Aquaman, luche por ocupar el lugar noble que le corresponde, aunque la primera hora se hace medio del rogar. Muy parecida en su planteamiento a Thor, el filme transita por varias películas en una sola: un clásico épico de aventuras, la trayectoria del héroe del cine clásico hollywoodense a la India Jones, con escena de pleito en el desierto entre nuestro héroe y Mera (Amber Heard), con su debido empoderamiento femenino, y hasta abigarradas escenas a la Furia de Titanes, conforman la hechura, tal cual, de este largometraje.

Se le puede criticar esa propuesta, pero la verdad es su mayor mérito.

Vistos los resultados de la mayoría de los anteriores filmes de la franquicia, con la excepción de Wonder Woman, la idea de no arriesgar en narrativa, parece acertada. Vagas también los lazos con la serie de la que parte el universo, parece que la brújula indica hacer películas hasta cierto punto independientes de la línea argumental original.

La propuesta de varios filmes en uno la hizo Richard Donner con Superman en 1978, pero en Aquaman, la exquisitez se deja de lado, para hacer un armado cinematográfico convencional. Tal vez el personaje rescate el barco que casi se hunde de la franquicia.

Twitter: @lamoviola

Aquaman: En el mar el cine es más sabroso

En serio que los gringos son listos para revitalizar y darle respiración boca a boca a sus productos fílmicos del ala más comercial.

Sobre todo cuando las tormentas ensombrecen la travesía. Cuando el universo cinematográfico de DC Comics –Warner está por hacer agua, se van a puerto seguro. Aquaman (James Wan, 2018) se salva del naufragio en la ha caído la serie, con un par de excepciones, gracias a que navega en mares seguros.

Los mares seguros del cliché cinematográfico.

Porque Aquaman, protagonizada por Jason Momoa, no arriesga pero si gana en su narrativa. Si Batman v Superman (Zack Snyder, 2016) ensombrece a sus personajes, algo que hereda de algunos de los comics, pero que resultó una sorpresa para el público cinematográfico, Suicide Squad (David Ayer, 2016) presenta un gangsta film, innecesario y la esperada Liga de la Justicia (Zack Snider, Josh Whedon, 2017) decanta por un excesivo melodrama, las aventuras del Príncipe de los Mares, es un armado de muchas películas. Una receta probada, pero segura. El bacalao cocinado, según el secreto de la abuela.

Arthur Curry (el Aquaman de marras) vive muy quitado de la pena y cuida a su padre, Thomas (Temuera Morrison), guardián de un faro, y que fue abandonado por la madre de Arthur, quien es en realidad reina de los mares. Sobra decir que esa primera parte del filme se parece más a la canción El Sirenito, del buen Rigo Tovar.

Una guerra por el poder de Atlantis, hará que Arthur- Aquaman, luche por ocupar el lugar noble que le corresponde, aunque la primera hora se hace medio del rogar. Muy parecida en su planteamiento a Thor, el filme transita por varias películas en una sola: un clásico épico de aventuras, la trayectoria del héroe del cine clásico hollywoodense a la India Jones, con escena de pleito en el desierto entre nuestro héroe y Mera (Amber Heard), con su debido empoderamiento femenino, y hasta abigarradas escenas a la Furia de Titanes, conforman la hechura, tal cual, de este largometraje.

Se le puede criticar esa propuesta, pero la verdad es su mayor mérito.

Vistos los resultados de la mayoría de los anteriores filmes de la franquicia, con la excepción de Wonder Woman, la idea de no arriesgar en narrativa, parece acertada. Vagas también los lazos con la serie de la que parte el universo, parece que la brújula indica hacer películas hasta cierto punto independientes de la línea argumental original.

La propuesta de varios filmes en uno la hizo Richard Donner con Superman en 1978, pero en Aquaman, la exquisitez se deja de lado, para hacer un armado cinematográfico convencional. Tal vez el personaje rescate el barco que casi se hunde de la franquicia.

Twitter: @lamoviola

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