/ sábado 16 de marzo de 2019

La moviola

El niño que domó la cartelera.


@lamoviola

Spielberg contra el streaming o por lo menos de que las películas que no tengan una exhibición -o corrida- como se dice, en cines sean consideradas en premios cinematográficos. Y sus baterías van enfocadas de manera concreta al Oscar. Lo anterior no es poca cosa si consideramos que el buen Steven es más que un peso pesado en la Industria.

Y el asunto se pone todavía más interesante al recordar las nominaciones que tuvo Roma (Alfonso Cuarón,2018) con sendas diez nominaciones a los Premios de la Academia, de los cuales se llevó tres. Entre estos el de Mejor Película de habla no inglesa. Nuevos tiempos dentro de la Industria del entretenimiento. Adaptarse a los nuevos usos de consumo de las audiencias más jóvenes o perder influencia.

Lo anterior viene a cuento, ya que esta semana en la cartelera cinematográfica hay un aparente respiro. Filmes de poca difusión, donde lo más destacable es Corazón borrado (Joel Edgerron,2018) que aborda los conflictos familiares de un joven por ejercer y asumir de manera libre su sexualidad. Poco que decir, como no sea una correcta dirección de actores y un drama que fluye sin desbordare y hasta eso, sin chantajes. Protagonizan Nicole Kidman, Russell Crowe y Lucas Hedges.

Pero en estos días, hay una película que resulta de interés y que es un ejemplo de como la maquinaria publicitaria ha cambiado su concepción de lo que es un estreno. En este caso de Netflix: El niño que domó el viento (Chiwetel Ejiofor, 2019). Lo anterior incluye estreno en el Festival de Cine de Sundance y visita al programa de Graham Norton en la BBC.

La película –debut como director de Chiwetel Ejiofor-, cuenta la historia de un joven, William (Maxwell Simba), quien en medio de una hambruna en Malaui, debe luchar por estudiar y de paso crear un sistema de molinos que solucione la sequía. Para colmo, batallar con su necio padre,Trywell (Ejiofor).

Basada en el libro The boy who harnessed the wind, memorias de William, el filme se separa de la narrativa convencional de Hollywood al hacer un drama sobrio pero que no evade en su clímax algo de chantaje lacrimógeno con perrito incluido.

Con un montaje televisivo propio de telefilme hay un halo moralizante, que sin embargo exige más atención del espectador que un producto convencional de Hollywood.

Tiene a su favor pocos personajes, un muy buen casting, y sobre todo una historia que crea empatía además de una dirección que fluye de manera correcta.

Y como este vienen varios filmes de peso real, con una distribución diferente a lo habitual.


El niño que domó la cartelera.


@lamoviola

Spielberg contra el streaming o por lo menos de que las películas que no tengan una exhibición -o corrida- como se dice, en cines sean consideradas en premios cinematográficos. Y sus baterías van enfocadas de manera concreta al Oscar. Lo anterior no es poca cosa si consideramos que el buen Steven es más que un peso pesado en la Industria.

Y el asunto se pone todavía más interesante al recordar las nominaciones que tuvo Roma (Alfonso Cuarón,2018) con sendas diez nominaciones a los Premios de la Academia, de los cuales se llevó tres. Entre estos el de Mejor Película de habla no inglesa. Nuevos tiempos dentro de la Industria del entretenimiento. Adaptarse a los nuevos usos de consumo de las audiencias más jóvenes o perder influencia.

Lo anterior viene a cuento, ya que esta semana en la cartelera cinematográfica hay un aparente respiro. Filmes de poca difusión, donde lo más destacable es Corazón borrado (Joel Edgerron,2018) que aborda los conflictos familiares de un joven por ejercer y asumir de manera libre su sexualidad. Poco que decir, como no sea una correcta dirección de actores y un drama que fluye sin desbordare y hasta eso, sin chantajes. Protagonizan Nicole Kidman, Russell Crowe y Lucas Hedges.

Pero en estos días, hay una película que resulta de interés y que es un ejemplo de como la maquinaria publicitaria ha cambiado su concepción de lo que es un estreno. En este caso de Netflix: El niño que domó el viento (Chiwetel Ejiofor, 2019). Lo anterior incluye estreno en el Festival de Cine de Sundance y visita al programa de Graham Norton en la BBC.

La película –debut como director de Chiwetel Ejiofor-, cuenta la historia de un joven, William (Maxwell Simba), quien en medio de una hambruna en Malaui, debe luchar por estudiar y de paso crear un sistema de molinos que solucione la sequía. Para colmo, batallar con su necio padre,Trywell (Ejiofor).

Basada en el libro The boy who harnessed the wind, memorias de William, el filme se separa de la narrativa convencional de Hollywood al hacer un drama sobrio pero que no evade en su clímax algo de chantaje lacrimógeno con perrito incluido.

Con un montaje televisivo propio de telefilme hay un halo moralizante, que sin embargo exige más atención del espectador que un producto convencional de Hollywood.

Tiene a su favor pocos personajes, un muy buen casting, y sobre todo una historia que crea empatía además de una dirección que fluye de manera correcta.

Y como este vienen varios filmes de peso real, con una distribución diferente a lo habitual.