/ sábado 27 de abril de 2019

La moviola

La moviola

Un caballero y su blockbuster

¿Será Avengers: Endgame (Anthony y Joe Russo, 2019) el máximo evento cinematográfico de la década? Es posible que en términos de cine blockbuster lo sea. El tiempo lo dirá. En todo caso sí es la conclusión de una saga, un universo, que calentó motores durante varios años. Para muchos, un recuerdo generacional sin lugar a dudas. Lo anterior de manera prematura ya se percibe. Esto, no es poca cosa.

El filme de los hermanos Russo reúne a varios de los personajes que significan hoy en día -vía esta teoría de la civilización del espectáculo, en la que la cultura pop pasa a ser de algún modo una forma de cultura- en un mismo escenario. Mitologías modernas que son la radiografía de las aspiraciones de nuestros tiempos. El imaginario colectivo que se desboca en expectativa y consumo.

Lo anterior, no deja de lado la posibilidad de un análisis objetivo de la película. En primer lugar, hay que tomar en cuenta, que parte del gozo cinematográfico es la satisfacción de lo que se espera. Y en eso Avengers: Endgame, es muy cuidadosa. Tal vez ese sea su mayor logro. El cliente, pues, siempre tiene la razón.

El filme, fluye con la confianza de haber cimentado de forma sólida un universo cinematográfico. En algún punto, los nudos a resolver son demasiados y esto incide sobre todo hacia la mitad en el ritmo, sin que lo anterior afecte de mayor manera la película.

Poco que decir de la sinopsis sin caer en el satanizado spoiler: Después de los eventos de la anterior entrega Avenger: Infinity war, los héroes restantes del grupo más poderoso de la Tierra, desean cobrar venganza en contra de Thanos (Josh Brolin), quien luego de regodearse en su crapulencia languidece cual reportero de la mañanera en viernes.

A partir de ese momento, la oportunidad de recuperar las mentadas Gemas del infinito, será la última opción de solucionar la desgracia que ha caído a nuestros héroes. Y lo de más me lo reservo.

Una película, con algunas sonrisas, mucha acción y quizá una lágrima. La fórmula de Hollywood en su máximo esplendor. Hoy se puede gozar, mañana será el día en que se ubique en su justa dimensión.

Pero no es lo único, ya que hay otra opción: Un caballero y su revólver (David Lowery, 2018). El filme es protagonizado por Robert Redford, en el papel de un ladrón de la tercera edad, Forrest, quien tiene la particularidad de ser un caballero al momento de sus atracos.

Enamora además a Jewel (Sissy Spacek), quien se hace del rogar. El hombre es perseguido por el deprimido policía Hunt (Cassey Affleck).

El filme se inicia en el exterior dentro del género gangsteril, con persecución del gato y el ratón de por medio, pero en el fondo es un western crepuscular conmovedor y cínico sobre la melancolía de la libertad.






La moviola

Un caballero y su blockbuster

¿Será Avengers: Endgame (Anthony y Joe Russo, 2019) el máximo evento cinematográfico de la década? Es posible que en términos de cine blockbuster lo sea. El tiempo lo dirá. En todo caso sí es la conclusión de una saga, un universo, que calentó motores durante varios años. Para muchos, un recuerdo generacional sin lugar a dudas. Lo anterior de manera prematura ya se percibe. Esto, no es poca cosa.

El filme de los hermanos Russo reúne a varios de los personajes que significan hoy en día -vía esta teoría de la civilización del espectáculo, en la que la cultura pop pasa a ser de algún modo una forma de cultura- en un mismo escenario. Mitologías modernas que son la radiografía de las aspiraciones de nuestros tiempos. El imaginario colectivo que se desboca en expectativa y consumo.

Lo anterior, no deja de lado la posibilidad de un análisis objetivo de la película. En primer lugar, hay que tomar en cuenta, que parte del gozo cinematográfico es la satisfacción de lo que se espera. Y en eso Avengers: Endgame, es muy cuidadosa. Tal vez ese sea su mayor logro. El cliente, pues, siempre tiene la razón.

El filme, fluye con la confianza de haber cimentado de forma sólida un universo cinematográfico. En algún punto, los nudos a resolver son demasiados y esto incide sobre todo hacia la mitad en el ritmo, sin que lo anterior afecte de mayor manera la película.

Poco que decir de la sinopsis sin caer en el satanizado spoiler: Después de los eventos de la anterior entrega Avenger: Infinity war, los héroes restantes del grupo más poderoso de la Tierra, desean cobrar venganza en contra de Thanos (Josh Brolin), quien luego de regodearse en su crapulencia languidece cual reportero de la mañanera en viernes.

A partir de ese momento, la oportunidad de recuperar las mentadas Gemas del infinito, será la última opción de solucionar la desgracia que ha caído a nuestros héroes. Y lo de más me lo reservo.

Una película, con algunas sonrisas, mucha acción y quizá una lágrima. La fórmula de Hollywood en su máximo esplendor. Hoy se puede gozar, mañana será el día en que se ubique en su justa dimensión.

Pero no es lo único, ya que hay otra opción: Un caballero y su revólver (David Lowery, 2018). El filme es protagonizado por Robert Redford, en el papel de un ladrón de la tercera edad, Forrest, quien tiene la particularidad de ser un caballero al momento de sus atracos.

Enamora además a Jewel (Sissy Spacek), quien se hace del rogar. El hombre es perseguido por el deprimido policía Hunt (Cassey Affleck).

El filme se inicia en el exterior dentro del género gangsteril, con persecución del gato y el ratón de por medio, pero en el fondo es un western crepuscular conmovedor y cínico sobre la melancolía de la libertad.