/ sábado 23 de noviembre de 2019

La moviola

El cine y el arte de pintar casas

@lamoviola


Muchas películas actuales son productos perfectos para el consumo inmediato

Martin Scorsese

El Irlandés (Estados Unidos, 2019) es una potente Opus Media que rompe con la oligofrénica narrativa tan habitual en el cine de cómics. Martin Scorsese, se regodea en sus obsesiones y de paso reafirma su pataleta anti Marvel, ante el ataque del público adocenado por el Easter egg.

Porque el filme, es no sólo auto referencia narrativa que en sí misma construye un discurso sobre la misión del cine, también una clara aprehensión de más de siete décadas sobre como contar historias.

De hecho, el filme inicia con un plano secuencia que encuentra su punto culminante en el rostro de Frank Sheeran (Robert De Niro) un anciano que pasa sus días en un asilo y que ante cámara nos cuenta su historia.

En ese punto, un flashback nos traslada a la madurez del personaje cuando conduce un auto en carretera acompañado del hampón Russell Bufalino (Joe Pesci) y las esposas de los personajes: Peggy Sheeran (Anna Paquin) y Carrie (Kathrine Narducci). El escenario servirá para fragmentar de nueva cuenta la historia y ubicarla años atrás y ver los inicios en el mundo del hampa de Frank: ahí entra la aprehensión narrativa antes mencionada: El Ciudadano Kane (Orson Wells, 1941) y sus diferentes universos de tiempo y lugar por poner un ejemplo.

En apariencia, el filme sigue la receta del género dedicado a la mafia tan del interés del director neoyorkino, pero esto es solo una lectura parcial. El tema y los arquetipos son un vehículo para reafirmar lo básico dentro de la manera que el cine en su significado clásico y hollywoodense maneja. El Irlandés es en el fondo, una reafirmación generacional del llamado New Hollywood, de los cuales Scorsese es uno de sus miembros.

Es verdad que De Niro, hace un De Niro y Pacino (Hoffa), hace un …Pacino, pero esos arquetipos subyacen a manera de meta ficción. Porque los personajes, que habitan sólo en el universo narrativo de la mafia, son más cínicos, virtuosos y malvados que los que una primera lectura da.

Pesci, merece lugar aparte. Por primera vez en posesión de su papel: un madurón mafioso de sangre fría pero formas contenidas.

La relación virtuosa de Sheeran y Hoffa y el ascenso del primero en el mundo de la mafia, será el eje rector del filme. Pero también una parte del American way of life.

Curioso por cierto que el universo de la ficción de Hoffa sea tan diferente al que le dedicó Danny DeVito en 1992 en senda biografía. En todo caso El Irlandés es una obra personalísima de auto referencia que nos da una clase de cómo pintar una casa -frase que se utiliza a lo largo del filme- , aspecto que claro, elude una pantalla verde.

El cine y el arte de pintar casas

@lamoviola


Muchas películas actuales son productos perfectos para el consumo inmediato

Martin Scorsese

El Irlandés (Estados Unidos, 2019) es una potente Opus Media que rompe con la oligofrénica narrativa tan habitual en el cine de cómics. Martin Scorsese, se regodea en sus obsesiones y de paso reafirma su pataleta anti Marvel, ante el ataque del público adocenado por el Easter egg.

Porque el filme, es no sólo auto referencia narrativa que en sí misma construye un discurso sobre la misión del cine, también una clara aprehensión de más de siete décadas sobre como contar historias.

De hecho, el filme inicia con un plano secuencia que encuentra su punto culminante en el rostro de Frank Sheeran (Robert De Niro) un anciano que pasa sus días en un asilo y que ante cámara nos cuenta su historia.

En ese punto, un flashback nos traslada a la madurez del personaje cuando conduce un auto en carretera acompañado del hampón Russell Bufalino (Joe Pesci) y las esposas de los personajes: Peggy Sheeran (Anna Paquin) y Carrie (Kathrine Narducci). El escenario servirá para fragmentar de nueva cuenta la historia y ubicarla años atrás y ver los inicios en el mundo del hampa de Frank: ahí entra la aprehensión narrativa antes mencionada: El Ciudadano Kane (Orson Wells, 1941) y sus diferentes universos de tiempo y lugar por poner un ejemplo.

En apariencia, el filme sigue la receta del género dedicado a la mafia tan del interés del director neoyorkino, pero esto es solo una lectura parcial. El tema y los arquetipos son un vehículo para reafirmar lo básico dentro de la manera que el cine en su significado clásico y hollywoodense maneja. El Irlandés es en el fondo, una reafirmación generacional del llamado New Hollywood, de los cuales Scorsese es uno de sus miembros.

Es verdad que De Niro, hace un De Niro y Pacino (Hoffa), hace un …Pacino, pero esos arquetipos subyacen a manera de meta ficción. Porque los personajes, que habitan sólo en el universo narrativo de la mafia, son más cínicos, virtuosos y malvados que los que una primera lectura da.

Pesci, merece lugar aparte. Por primera vez en posesión de su papel: un madurón mafioso de sangre fría pero formas contenidas.

La relación virtuosa de Sheeran y Hoffa y el ascenso del primero en el mundo de la mafia, será el eje rector del filme. Pero también una parte del American way of life.

Curioso por cierto que el universo de la ficción de Hoffa sea tan diferente al que le dedicó Danny DeVito en 1992 en senda biografía. En todo caso El Irlandés es una obra personalísima de auto referencia que nos da una clase de cómo pintar una casa -frase que se utiliza a lo largo del filme- , aspecto que claro, elude una pantalla verde.