/ sábado 30 de mayo de 2020

La moviola

La corrección romántica y la mullida butaca de la burocracia

Cercana a la comedia romántica incidental de los ochenta Dos tórtolos (The lovebirds, Michael Showalter, 2020), reúne varios elementos para ser un discreto éxito en streaming.

Se trata de una producción de Netflix junto con Paramount. La primera se ha convertido en vocera de las causas de corrección política más simplonas. Como ejemplo está El hoyo (Gaztelu-Urrutia, 2019).

En el caso de Dos tórtolos queda en evidencia la propensión a mostrar multiplicidad de razas en los personajes principales (y secundarios), aunque el tema es muy del gusto del público anglosajón ya que los protagonistas son el pakistaní Kumail Nanjiani y la afroamericana Issa Rae. Al servicio ambos, de una comedia romántica nutrida en los referentes del género de los ochenta, pero sin su audacia.

Ahí está algo de When Harry met Sally (Reiner, 1989) protagonizada por Meg Ryan y Billy Crystal, pero sobre todo Tiro al blanco (Badham, 1990) con Goldie Hawn y Mel Gibson. De ahí toma su escuela Showalter, aunque su verdadera experiencia está en el sitcom.

Una pareja joven, el documentalista Jibran (Nanjiani) y la publicista Lelani (Rae), después de pasar cuatro años juntos, deciden separarse luego de un pleito que tienen en su automóvil. Ya no hay marcha atrás pero el cineasta atropella a un ciclista.

A partir de ese momento y la aparición de Moustache (Paul Sparks), un servicial policía que los quiere ayudar, la pareja huye temerosa de que se les culpe de un asesinato. Una comedia con intriga policiaca que se desarrolla con oficio y algunas buenas puntadas, pero jamás virtuosismo. La intención es seguir la receta de los filmes mencionados con escena de cafetería incluida como en Harry y Sally, pero sin audacia sexual,que sí está presente en aquellas.

Comedia romántica, Buddy film interracial, algo de acción, fluye por el armado referencial y uno que otro diálogo que desnuda costumbres de las relaciones de pareja actuales, pero carece de valentía.

Camina porque las piezas del rompecabezas genérico están bien armadas, pero hasta ahí. Para verla y desecharla. Así nada más.

EN CORTO

Aún no se ha dicho todo en torno al peligro que significa la desaparición de fideicomisos en apoyo al cine mexicano. Tres reflexiones: ahora más que nunca se necesitan voces que se levanten para evitar que esto suceda y no que parte de la comunidad fílmica, antes contestaría, callen como momias.

Como nunca antes a nivel de formación educativa, los jóvenes están interesados en el cine, eso crea perspectiva de futuro y cohesión social.

Y por último, ¿Ven cine nacional los legisladores que promueven esta iniciativa o ha sido tomada desde la cómoda butaca de la burocracia? Es pregunta.

twitter: @lamoviola

La corrección romántica y la mullida butaca de la burocracia

Cercana a la comedia romántica incidental de los ochenta Dos tórtolos (The lovebirds, Michael Showalter, 2020), reúne varios elementos para ser un discreto éxito en streaming.

Se trata de una producción de Netflix junto con Paramount. La primera se ha convertido en vocera de las causas de corrección política más simplonas. Como ejemplo está El hoyo (Gaztelu-Urrutia, 2019).

En el caso de Dos tórtolos queda en evidencia la propensión a mostrar multiplicidad de razas en los personajes principales (y secundarios), aunque el tema es muy del gusto del público anglosajón ya que los protagonistas son el pakistaní Kumail Nanjiani y la afroamericana Issa Rae. Al servicio ambos, de una comedia romántica nutrida en los referentes del género de los ochenta, pero sin su audacia.

Ahí está algo de When Harry met Sally (Reiner, 1989) protagonizada por Meg Ryan y Billy Crystal, pero sobre todo Tiro al blanco (Badham, 1990) con Goldie Hawn y Mel Gibson. De ahí toma su escuela Showalter, aunque su verdadera experiencia está en el sitcom.

Una pareja joven, el documentalista Jibran (Nanjiani) y la publicista Lelani (Rae), después de pasar cuatro años juntos, deciden separarse luego de un pleito que tienen en su automóvil. Ya no hay marcha atrás pero el cineasta atropella a un ciclista.

A partir de ese momento y la aparición de Moustache (Paul Sparks), un servicial policía que los quiere ayudar, la pareja huye temerosa de que se les culpe de un asesinato. Una comedia con intriga policiaca que se desarrolla con oficio y algunas buenas puntadas, pero jamás virtuosismo. La intención es seguir la receta de los filmes mencionados con escena de cafetería incluida como en Harry y Sally, pero sin audacia sexual,que sí está presente en aquellas.

Comedia romántica, Buddy film interracial, algo de acción, fluye por el armado referencial y uno que otro diálogo que desnuda costumbres de las relaciones de pareja actuales, pero carece de valentía.

Camina porque las piezas del rompecabezas genérico están bien armadas, pero hasta ahí. Para verla y desecharla. Así nada más.

EN CORTO

Aún no se ha dicho todo en torno al peligro que significa la desaparición de fideicomisos en apoyo al cine mexicano. Tres reflexiones: ahora más que nunca se necesitan voces que se levanten para evitar que esto suceda y no que parte de la comunidad fílmica, antes contestaría, callen como momias.

Como nunca antes a nivel de formación educativa, los jóvenes están interesados en el cine, eso crea perspectiva de futuro y cohesión social.

Y por último, ¿Ven cine nacional los legisladores que promueven esta iniciativa o ha sido tomada desde la cómoda butaca de la burocracia? Es pregunta.

twitter: @lamoviola