/ martes 18 de septiembre de 2018

La Moviola | Conciencia colectiva en almíbar

Por: Gerardo Gil Ballesteros

El día de la unión (Kuno Becker, 2018), la nueva película sobre el sismo del 19 de septiembre de 1985, más allá de la expectativa publicitaria, la desmienten de plano los resultados. Segundo largometraje como directordel nieto de María Félix (su abuela materna era hermana de la Doña), el camino que sigue es una cómoda complacencia de melodrama televisivo, que exacerba los estereotipos de la conciencia colectiva y huye de cualquier compromiso moral, ético, social y político,

Becker, quien también es autor del guion, establece un microcosmosen medio de la tragedia,para manipular y banalizar un hecho histórico. Lo cosmético es el camino a seguir en medio de dos historias que no terminan por dar solidez al filme.

Max (Kuno Becker), es un reportero que está separado de su mujer, la editora Paula (Aurora Papile), con quien tiene un hijo Tico (Ramiro Cid), de nueve años. La vida de los tres personajes cambiará luego de que Max decide llevar a Tico de visita al trabajo. El edificio, debido al terremoto, se derrumba y el periodista quien sobrevive, no descansará hasta encontrar al niño.

A la par de esta historia, vemos al dueño de la construcción, el torvo y casi caricaturesco Félix (Álvaro Guerrero), quien pierde ¿documentos? comprometedores en los escombros. Encarga a Román (Mario Zaragoza), que a como dé lugar desaparezca las pruebas que lo incriminan en un delito. Sobre la pista de este caso está Paula, pero la verdad es que esta última línea del guion no tiene nada que ver con el avance de la trama.

El filme se puede dividir en dos mitades: la primera mejor lograda y hasta digna, que es lo que sucede antes del terremoto, con momentos de discreta tensión. La segunda, en donde vemos desfilar a una serie de personajes que pretenden cumplir con el imaginario colectivo, pero lo único que hace es frivolizarlo.

El cuadro lo componen el rescatista Benjamín(Gustavo Sánchez Parra), una reportera Ximena (Sandra Echeverría), quien se esfuerza por no llorar al dar cuenta de la tragedia, el taxista Javier (Armando Hernández), quien perdió, claro, a su mujer e hijo años antes y por circunstancias acaba salvando vidas en el edificio donde está Tico, una chava Vázquez (Ximena Ayala), que recogeescombros y confronta a Félix y Pulga (Harold Torres), personaje que toma el nombre del heroico personaje real, pero que el guion de manera mezquina le niega todo fulgor.

Subestimar los sentimientos colectivos del respetable es la meta de este filme al que no se le puede negar una buena dirección de arte.

En medio de alguna expectativa antes de su estreno, recuerda más a la oportunista Trágico terremoto en México (Francisco Guerrero,1987) que a un verdadero homenaje colectivo.

Gerardo Gil Ballesteros

@lamoviola


Por: Gerardo Gil Ballesteros

El día de la unión (Kuno Becker, 2018), la nueva película sobre el sismo del 19 de septiembre de 1985, más allá de la expectativa publicitaria, la desmienten de plano los resultados. Segundo largometraje como directordel nieto de María Félix (su abuela materna era hermana de la Doña), el camino que sigue es una cómoda complacencia de melodrama televisivo, que exacerba los estereotipos de la conciencia colectiva y huye de cualquier compromiso moral, ético, social y político,

Becker, quien también es autor del guion, establece un microcosmosen medio de la tragedia,para manipular y banalizar un hecho histórico. Lo cosmético es el camino a seguir en medio de dos historias que no terminan por dar solidez al filme.

Max (Kuno Becker), es un reportero que está separado de su mujer, la editora Paula (Aurora Papile), con quien tiene un hijo Tico (Ramiro Cid), de nueve años. La vida de los tres personajes cambiará luego de que Max decide llevar a Tico de visita al trabajo. El edificio, debido al terremoto, se derrumba y el periodista quien sobrevive, no descansará hasta encontrar al niño.

A la par de esta historia, vemos al dueño de la construcción, el torvo y casi caricaturesco Félix (Álvaro Guerrero), quien pierde ¿documentos? comprometedores en los escombros. Encarga a Román (Mario Zaragoza), que a como dé lugar desaparezca las pruebas que lo incriminan en un delito. Sobre la pista de este caso está Paula, pero la verdad es que esta última línea del guion no tiene nada que ver con el avance de la trama.

El filme se puede dividir en dos mitades: la primera mejor lograda y hasta digna, que es lo que sucede antes del terremoto, con momentos de discreta tensión. La segunda, en donde vemos desfilar a una serie de personajes que pretenden cumplir con el imaginario colectivo, pero lo único que hace es frivolizarlo.

El cuadro lo componen el rescatista Benjamín(Gustavo Sánchez Parra), una reportera Ximena (Sandra Echeverría), quien se esfuerza por no llorar al dar cuenta de la tragedia, el taxista Javier (Armando Hernández), quien perdió, claro, a su mujer e hijo años antes y por circunstancias acaba salvando vidas en el edificio donde está Tico, una chava Vázquez (Ximena Ayala), que recogeescombros y confronta a Félix y Pulga (Harold Torres), personaje que toma el nombre del heroico personaje real, pero que el guion de manera mezquina le niega todo fulgor.

Subestimar los sentimientos colectivos del respetable es la meta de este filme al que no se le puede negar una buena dirección de arte.

En medio de alguna expectativa antes de su estreno, recuerda más a la oportunista Trágico terremoto en México (Francisco Guerrero,1987) que a un verdadero homenaje colectivo.

Gerardo Gil Ballesteros

@lamoviola