/ sábado 21 de marzo de 2020

La moviola | De la butaca al sofá

El cine está marcado con un sentimiento de soledad.

Alfonso Cuarón

Cual alfombra mágica que nos traslada a un viaje en el que el entretenimiento y la imaginación son fundamentales en estos días, el mullido espacio que de manera usual se encuentra en la sala de una casa o un estudio: el sofá, sustituye a la butaca de los cines. Así lo marcan las medidas de prevención ante la coyuntura actual – evitar en lo posible espacios públicos-.

Y ese sofá nos puede llevar a ver historias que llenen y consuelen por un momento un posible tedio y una justificada necesidad de evasión. Varias son las opciones. Una puede ser el documental de Netflix, Camino a Roma(Andrés Clariond, Gabriel Nuncio, 2020), sobre las reflexiones y avatares de Alfonso Cuarón y como esto lo llevó al impulso creativo que dio como resultado su multigalardonado filme Roma.

Más que ser un detrás de cámaras, es una suerte de confesión que por instantes recuerda a DirectedbyAndreiTarkovski( Leszcylovsky, 1988), en donde se muestra el proceso creativo del responsable de La infancia de Ivan (Unión Soviética, 1962) para la realización de Sacrificio (Suecia, Francia, Reino Unido, 1986).

Y la comparación no es casual o incluso pretenciosa, ya que en Romase juegan con elementos como Tierra, aire y fuego, pero sobre todo el agua. Uno de los aspectos poéticos que definen el cine de Tarkovski.

De frente a la cámara, el cineasta nacido en la Ciudad de México en 1961, confiesa sus obsesiones en el detalle – algo que se antoja también influencia, sobre todo de un cineasta como Erich von Stroheim – a quien no cita, pero no es necesario. La referencia, al escuchar al director de Romay su manera de trabajar es evidente.

En Detrás de Roma , hay un aparente control de lo que se ve en pantalla: una entrevista en la que el director confiesa sus motivaciones con previo material seleccionado del detrás de cámaras, pero en esa mirada se cuelan momentos íntimos del proceso creativo: el cineasta cuestiona a una chica si va a poder caminar con los zapatos que escogió para filmar en el bosque, uno de los niños actores que le pregunta siempre la razón de ciertas acciones, ante la paciente – aunque hay algún esfuerzo en esto - respuesta del cineasta y sobre todo, instantes emotivos con la debutante Yalitza Aparicio, al realizar las escenas más complicadas.

Una sencilla clase de cine en donde explica las razones del uso del plano secuencia , las ventajas de los llamados actores no profesionales y mucho más, forman la esencia de Camino a Roma. Pero sobre todo la confesión de un artista en su madurez.

No es necesario salir de casa, para ir en nuestro sofá- alfombra a la amada, siempre, Roma.

El cine está marcado con un sentimiento de soledad.

Alfonso Cuarón

Cual alfombra mágica que nos traslada a un viaje en el que el entretenimiento y la imaginación son fundamentales en estos días, el mullido espacio que de manera usual se encuentra en la sala de una casa o un estudio: el sofá, sustituye a la butaca de los cines. Así lo marcan las medidas de prevención ante la coyuntura actual – evitar en lo posible espacios públicos-.

Y ese sofá nos puede llevar a ver historias que llenen y consuelen por un momento un posible tedio y una justificada necesidad de evasión. Varias son las opciones. Una puede ser el documental de Netflix, Camino a Roma(Andrés Clariond, Gabriel Nuncio, 2020), sobre las reflexiones y avatares de Alfonso Cuarón y como esto lo llevó al impulso creativo que dio como resultado su multigalardonado filme Roma.

Más que ser un detrás de cámaras, es una suerte de confesión que por instantes recuerda a DirectedbyAndreiTarkovski( Leszcylovsky, 1988), en donde se muestra el proceso creativo del responsable de La infancia de Ivan (Unión Soviética, 1962) para la realización de Sacrificio (Suecia, Francia, Reino Unido, 1986).

Y la comparación no es casual o incluso pretenciosa, ya que en Romase juegan con elementos como Tierra, aire y fuego, pero sobre todo el agua. Uno de los aspectos poéticos que definen el cine de Tarkovski.

De frente a la cámara, el cineasta nacido en la Ciudad de México en 1961, confiesa sus obsesiones en el detalle – algo que se antoja también influencia, sobre todo de un cineasta como Erich von Stroheim – a quien no cita, pero no es necesario. La referencia, al escuchar al director de Romay su manera de trabajar es evidente.

En Detrás de Roma , hay un aparente control de lo que se ve en pantalla: una entrevista en la que el director confiesa sus motivaciones con previo material seleccionado del detrás de cámaras, pero en esa mirada se cuelan momentos íntimos del proceso creativo: el cineasta cuestiona a una chica si va a poder caminar con los zapatos que escogió para filmar en el bosque, uno de los niños actores que le pregunta siempre la razón de ciertas acciones, ante la paciente – aunque hay algún esfuerzo en esto - respuesta del cineasta y sobre todo, instantes emotivos con la debutante Yalitza Aparicio, al realizar las escenas más complicadas.

Una sencilla clase de cine en donde explica las razones del uso del plano secuencia , las ventajas de los llamados actores no profesionales y mucho más, forman la esencia de Camino a Roma. Pero sobre todo la confesión de un artista en su madurez.

No es necesario salir de casa, para ir en nuestro sofá- alfombra a la amada, siempre, Roma.