/ sábado 16 de abril de 2022

La moviola | El hombre del Norte: ¿Ser o no ser un Blockbuster?

@lamoviola

Con The northmand (El hombre del norte, Robert Eggers, 2022), nos enfrentamos a una obra madura ya que el director no se regodea en su estilo, aunque lo deja claro y tiene mínimas concesiones con el público, su público, que en algún punto les da lo que esperan, sin traicionar la integridad del filme.

Si, de algún modo es una revisión cinematográfica al clásico universal Hamlet aunque para no entrar en sermones ni clases de literatura que no vienen al caso, en realidad es un retorno al origen, ya que el largometraje de 136 minutos, dicen los que saben o los que por lo menos abrieron Wikipedia para no afirmar eso de que estamos ante una nueva versión, que el filme se basa sobre todo en Amleth, leyenda del Siglo X, en la cual Shakespeare se inspiró para su obra. Es decir, estamos ante un trabajo valiente y petulante, algo titánico también, que mantiene en todo momento rigor y frescura.

Por un lado, tenemos en la forma una proeza comiquera de género épico y por el otro, un cuidado poético visual y verbal, que en todo momento maneja una tensión dramática, con una buena carga sanguinolenta, no la suficiente se siente por momentos, para no espantar a las audiencias millennials.

Digamos que el asunto, dividido por actos, va en tres vías: lo visual y por lo tanto fílmico, la mirada personal de Eggers, donde entra su estilo ya maduro pero no solemne y un ritmo y tono que por fortuna, no rechaza lo hollywoodense.

Tiene el plus además de saber dirigir a sus actores de forma precisa, quienes están concentrados, precisos y creíbles en diálogos difíciles de transmitir, que logran la belleza del lenguaje gracias al trabajo argumental del poeta y novelista sajón.

Los referentes de Eggers, La bruja en 2015 y El Faro en 2019, se notan en todo momento, pero también, un rigor no academicista que por increíble que parezca convierten a El hombre del norte, en una obra accesible pero no popular y que en todo momento le apuesta a la integridad del espectador.

Amleth (Alexander Skargárd), ha decido tomar venganza en contra de su tío, el rey Horvendill (Ethan Hawke), ya que mató a su padre para robarle el trono y de paso a su mujer, la reina Gudrun (Nicole Kidman). Por el camino a nuestro más clásico héroe trágico, se le aparece la Bruja Eslava (Björk), y un infierno de dudas y puesta en escena que tocan en lo visual el género del horror. Por ahí anda también William Defoe, de lo mejor que ha hecho en los últimos años y elementos ya más técnicos que usa Eggers en una obra mucho más ambiciosa en términos de industria. Todo en el siglo X y antes claro, de que se vengan con todo los Blockbusters, que aunque ya empezaron, por lo menos en estas fechas, dejan ciertas pantallas a la inteligencia.

Es verdad, que tan sólo el hecho de proponerse hacer esta épica que toca un clásico, da una muestra de que le crece el ego al director, pero la proeza pasa más que la prueba y ya veremos qué pasa con Nosferatu y si logra romper con Murnau y Herzog.

@lamoviola

Con The northmand (El hombre del norte, Robert Eggers, 2022), nos enfrentamos a una obra madura ya que el director no se regodea en su estilo, aunque lo deja claro y tiene mínimas concesiones con el público, su público, que en algún punto les da lo que esperan, sin traicionar la integridad del filme.

Si, de algún modo es una revisión cinematográfica al clásico universal Hamlet aunque para no entrar en sermones ni clases de literatura que no vienen al caso, en realidad es un retorno al origen, ya que el largometraje de 136 minutos, dicen los que saben o los que por lo menos abrieron Wikipedia para no afirmar eso de que estamos ante una nueva versión, que el filme se basa sobre todo en Amleth, leyenda del Siglo X, en la cual Shakespeare se inspiró para su obra. Es decir, estamos ante un trabajo valiente y petulante, algo titánico también, que mantiene en todo momento rigor y frescura.

Por un lado, tenemos en la forma una proeza comiquera de género épico y por el otro, un cuidado poético visual y verbal, que en todo momento maneja una tensión dramática, con una buena carga sanguinolenta, no la suficiente se siente por momentos, para no espantar a las audiencias millennials.

Digamos que el asunto, dividido por actos, va en tres vías: lo visual y por lo tanto fílmico, la mirada personal de Eggers, donde entra su estilo ya maduro pero no solemne y un ritmo y tono que por fortuna, no rechaza lo hollywoodense.

Tiene el plus además de saber dirigir a sus actores de forma precisa, quienes están concentrados, precisos y creíbles en diálogos difíciles de transmitir, que logran la belleza del lenguaje gracias al trabajo argumental del poeta y novelista sajón.

Los referentes de Eggers, La bruja en 2015 y El Faro en 2019, se notan en todo momento, pero también, un rigor no academicista que por increíble que parezca convierten a El hombre del norte, en una obra accesible pero no popular y que en todo momento le apuesta a la integridad del espectador.

Amleth (Alexander Skargárd), ha decido tomar venganza en contra de su tío, el rey Horvendill (Ethan Hawke), ya que mató a su padre para robarle el trono y de paso a su mujer, la reina Gudrun (Nicole Kidman). Por el camino a nuestro más clásico héroe trágico, se le aparece la Bruja Eslava (Björk), y un infierno de dudas y puesta en escena que tocan en lo visual el género del horror. Por ahí anda también William Defoe, de lo mejor que ha hecho en los últimos años y elementos ya más técnicos que usa Eggers en una obra mucho más ambiciosa en términos de industria. Todo en el siglo X y antes claro, de que se vengan con todo los Blockbusters, que aunque ya empezaron, por lo menos en estas fechas, dejan ciertas pantallas a la inteligencia.

Es verdad, que tan sólo el hecho de proponerse hacer esta épica que toca un clásico, da una muestra de que le crece el ego al director, pero la proeza pasa más que la prueba y ya veremos qué pasa con Nosferatu y si logra romper con Murnau y Herzog.