/ sábado 20 de octubre de 2018

La moviola | Entrañable virus...

-Gerardo Ballesteros

Resulta una pequeña sorpresa el filme animado Virus tropical (Paola Andrea Gaviria /Power Paola, Colombia-Ecuador, 2018), por varias razones. Lo primero es la aparente sencillez del relato, que contrasta con las cuidadas viñetas que parten de la novela gráfica en la cual se basa la película. En segundo lugar, destaca la microhistoria que es escenario de tres décadas en la vida de una familia.

La película es la autobiografía de Paola Andrea Gaviria, artista plástica que cuenta su infancia y adolescencia en Ecuador, donde nace en 1977 y después en Colombia. Los conflictos militares y políticos la violencia social por la droga, son el marco en el que vive Paola y su familia, pero sobre todo las vivencias domésticas con las pequeñas alegrías y tristezas que se desarrollan en cuatro paredes, mientras la historia convulsa de los dos países se despliega a su alrededor.

Paola es la menor de tres hermanas. Su madre una ama de casa, a la cual le diagnostican una grave enfermedad, un Virus tropical, que resulta ser un embarazo no planeado, vive más bien resignada a una vida mediocre. Todo parece estar ya escrito pero nace la pequeña Paola.

La familia, que vive en Quito, recibe con sorpresa la noticia pero no tienen de otra más que adaptarse. Además de Paola, la integran dos niñas, una de ellas, reservada y celosa del nacimiento de la hermana menor y la mayor, que está a punto de entrar a la adolescencia. El padre es un timorato exsacerdote maduro y apegado a las faldas de su madre.

Paola tendrá que vivir sus primeros años en medio de desengaños y tragedias domésticas que serán parte de su proceso de madurez. La vida marcha así, hasta que por problemas económicos, la familia se desintegra y ella debe ir a vivir a Colombia, ya en la década de los ochenta con sus hermanas.

El filme animado de la artista Power Paola, encuentra su principal valor en la microhistoria de una familia que en medio de los conflictos de dos países, ve su núcleo resquebrajarse. Porque la reflexión que hace la película del entorno histórico está implícito en los acontecimientos que le suceden a los padres y las hijas.

La historia íntima de estos personajes, será consecuencia de la convulsión social pero el espectador es seducido por las alegrías y tristezas de la familia.

En Virus tropical, no hay personajes virtuosos: los padres se sienten agobiados, la niñitas son pragmáticas y rebeldes y la historia fluye con legitimidad directa y hasta cruda, sin dejar de ser entrañable. Esto, a pesar de lo estilizado de los trazos en la animación.

En el filme, hay un costumbrismo doloroso y honesto, pero dotado de una profunda humanidad. Virus tropical, es ligero y complejo a la vez. Y al final del relato, queda siempre la esperanza

-Gerardo Ballesteros

Resulta una pequeña sorpresa el filme animado Virus tropical (Paola Andrea Gaviria /Power Paola, Colombia-Ecuador, 2018), por varias razones. Lo primero es la aparente sencillez del relato, que contrasta con las cuidadas viñetas que parten de la novela gráfica en la cual se basa la película. En segundo lugar, destaca la microhistoria que es escenario de tres décadas en la vida de una familia.

La película es la autobiografía de Paola Andrea Gaviria, artista plástica que cuenta su infancia y adolescencia en Ecuador, donde nace en 1977 y después en Colombia. Los conflictos militares y políticos la violencia social por la droga, son el marco en el que vive Paola y su familia, pero sobre todo las vivencias domésticas con las pequeñas alegrías y tristezas que se desarrollan en cuatro paredes, mientras la historia convulsa de los dos países se despliega a su alrededor.

Paola es la menor de tres hermanas. Su madre una ama de casa, a la cual le diagnostican una grave enfermedad, un Virus tropical, que resulta ser un embarazo no planeado, vive más bien resignada a una vida mediocre. Todo parece estar ya escrito pero nace la pequeña Paola.

La familia, que vive en Quito, recibe con sorpresa la noticia pero no tienen de otra más que adaptarse. Además de Paola, la integran dos niñas, una de ellas, reservada y celosa del nacimiento de la hermana menor y la mayor, que está a punto de entrar a la adolescencia. El padre es un timorato exsacerdote maduro y apegado a las faldas de su madre.

Paola tendrá que vivir sus primeros años en medio de desengaños y tragedias domésticas que serán parte de su proceso de madurez. La vida marcha así, hasta que por problemas económicos, la familia se desintegra y ella debe ir a vivir a Colombia, ya en la década de los ochenta con sus hermanas.

El filme animado de la artista Power Paola, encuentra su principal valor en la microhistoria de una familia que en medio de los conflictos de dos países, ve su núcleo resquebrajarse. Porque la reflexión que hace la película del entorno histórico está implícito en los acontecimientos que le suceden a los padres y las hijas.

La historia íntima de estos personajes, será consecuencia de la convulsión social pero el espectador es seducido por las alegrías y tristezas de la familia.

En Virus tropical, no hay personajes virtuosos: los padres se sienten agobiados, la niñitas son pragmáticas y rebeldes y la historia fluye con legitimidad directa y hasta cruda, sin dejar de ser entrañable. Esto, a pesar de lo estilizado de los trazos en la animación.

En el filme, hay un costumbrismo doloroso y honesto, pero dotado de una profunda humanidad. Virus tropical, es ligero y complejo a la vez. Y al final del relato, queda siempre la esperanza