@lamoviola
Si algo quedó claro en la reciente edición del Festival Internacional de Cine de Morelia, la cual se llevó a cabo del 28 de octubre al 1 de noviembre de forma híbrida, es que la fortaleza de la cinematografía nacional se sostiene en mucho del documental.
La ganadora dentro de este género, Tu ´ un Savi (Uriel López España, 2020) es el testimonio de la pérdida y recuperación de una lengua que se niega a morir. Discreto pero claro relato sobre el idioma, el origen y la resistencia. En el mismo tono, obtuvo mención especial La mami (Laura Herrero Garvín, 2020) y Las flores de la noche (Eduardo Esquivel y Omar Robles, 2020), se llevó el Premio del Público. Ambas se abordaron la semana pasada en este espacio.
En el caso de la Sección de largometraje mexicano en competencia, la gran ganadora fue Sin señas particulares(Fernanda Valadez, 2020), un sobrio pero tenso thriller social sobre una mujer, Magdalena (Mercedes Hernández, quién ganó el Premio a Mejor actriz), que busca a su hijo desaparecido. Filme de denuncia que nunca deja de lado la habilidad en el relato.
Nicolás Pereda ganó el premio a Mejor Director por Fauna. Una joven actriz visita con su novio, también actor, a los padres de ésta en un pequeño pueblo. Las tensiones, sobre todo con el hermano de la chica se notarán de inmediato. Una reflexión sobre la creación artística o la imposibilidad de esta con un giro argumental: la ficción dentro de la ficción. Pereda se inclina en lo que en apariencia inicia como una sobria historia de costumbrismo y monotonía por una línea lúdica. Idea demasiado intelectual y pretenciosa, que no logra llegar con fortuna al ejercicio visual. El caso es que ganó.
Martijin Kuiper, se llevó el premio a Mejor actor por Ricochet (RodrigoFiallega, 2020) sobre la trayectoria interna de un hombre que sufre el asesinato de su hijo en un pequeño pueblo. Un camino de resignación y venganza marcan el tono actoral.
Pero la sorpresa del Festival fue ¡Ánimo juventud! (Carlos Armella, 2020). Una humorística, cáustica, melodramática historia sobre la vida de varios jóvenes y sus problemas en la Ciudad de México. El filme nunca le apuesta a la estridencia ni exacerba el tono de los conflictos. Todo lo contrario, en cada personaje siempre hay una esperanza y un ritmo del absurdo que logra empatía con el espectador.
Armella dirige a sus jóvenes actores: Daniela Arce, Rodrigo Cortés, Iñaki Godoy, Mario Palmerín -quien ganó una mención especial en el Festival-, entre otros, de manera que fluyan ante la cámara y se sientan en algún punto empáticos y naturales con sus personajes.
Un dulce y a veces amargo relato de aprendizaje cargado de humor y esperanza.
