/ sábado 15 de enero de 2022

La moviola | No mires arriba:. Como anillo al dedo

@lamoviola

La tentación de tropicalizar ( y en este caso literal ), la nueva sensación mediática de Netflix No miren arriba ( Don’t look up, Adam McKay, 2021), es irresistible pero en el fondo bastante simplona. Ya la semana pasada en este espacio , adelantaba que una parte del llamado círculo rojo estaba en las delicias con el filme. Vaya que hay cosas que se pueden destacar en ese sentido, pero la verdad y en el fondo, el asunto resulta más trascendente que una mera agenda coyuntural.

Por principio de cuentas, el tío Netflix confirma una propensión liberal desde las entrañas del establishment. Y para muestra, la protagoniza uno de los representantes de cuánta buena causa se presente : Leonardo DiCaprio , que destaca en su papel de profe despistado con esposa ama de casa June ( Melanie Lynskey) y dos hijitos tarados.

El filme es una fábula post moderna de cuño demócrata incluso, con un sub género que le sale muy bien a los estadounidenses: la parodia política.

Pero más allá de esto, el largometraje decante por una critica social a la generación del consumo y del espectáculo. Es ahí donde encuentra su mayor fortaleza. El asunto político, aunque ingenioso, queda en muchos momentos en el tono de gag ( no por eso malo), tan audaz como una buena pieza de Saturday Night Live, con todo y Meryl Steep, en el papel de la presidenta Orlean , cínica adicta al poder, usando gorritas de beisbolista en mítines con sus fanáticos. Cualquier parecido con la realidad, no es mera coincidencia, pero tampoco resulta lo central.

Discreta farsa , fábula post moderna bastante cínica y de tufillo moralista, la película recuerda por momentos a trabajos como Wag the dog (Barry Levinson, 1997), sobre una guerra ficticia para ocultar un escándalo presidencial. Hoffman y DeNiro por supuesto hacen lo suyo en este filme que en su momento ocupó también algunas planas de analistas políticos y luego la olvidaron. Pero es el tema, de la sociedad histérica enajenada por el consumo y lo banal donde Dont’ look up, encuentra su mayor acidez. Cínica hasta el empalago, el filme puede ser literal pero bastante efectivo.

Por otro lado, es la nueva tradición del héroe post moderno, defectuoso maltrecho y demasiado humano, que demanda la nueva narrativa fílmica. DiCaprio en su papel de científico entre Profesor Chiflado y discreto salvador del mundo, se lleva las palmas, aunque se nota que se ha propuesto tal fin.

La película es un Armageddon (Michael Bay , 1998), con personajes depauperados y lastimosamente tragicómicos que se esmera en ser una fábula post moderna de discreto humor efectivo.

El Doctor Randall Mindy ( DiCaprio), descubre con su estudiante , la millenniall Kate Diviasky ( Jennifer Lawrence ), que un cometa que se aproxima a la tierra acabará con todo vestigio de vida. Acuden a la presidenta Orlean ( la Steep, que para colmo y como siempre está genial), quien los trata con sorna y el hecho lo usa con fines políticos.

La premisa , da pie a un desfile de personajes de personajes sin desperdicio : Peter Isherweell ( Mark Rylance) un esperpéntico industrial aliado de la presidenta, al hijito inútil de la mandataria Jason ( un genial Jonah Hill), y hasta Timothee Chalamet, que la verdad en esta ocasión sale muy bien adelante.

Dont’ look up, puede ser vista con las estrechas miras de la coyuntural, pero es hacerle poco favor a una comedia , trágica pero comedia, que pone su mirada en quien la ve: el público insatisfecho de diversión y vacío . Su cinismo recuerda por ejemplo a Mars Attacks, Burton 1996) y no Al privilegio de mandar.


@lamoviola

La tentación de tropicalizar ( y en este caso literal ), la nueva sensación mediática de Netflix No miren arriba ( Don’t look up, Adam McKay, 2021), es irresistible pero en el fondo bastante simplona. Ya la semana pasada en este espacio , adelantaba que una parte del llamado círculo rojo estaba en las delicias con el filme. Vaya que hay cosas que se pueden destacar en ese sentido, pero la verdad y en el fondo, el asunto resulta más trascendente que una mera agenda coyuntural.

Por principio de cuentas, el tío Netflix confirma una propensión liberal desde las entrañas del establishment. Y para muestra, la protagoniza uno de los representantes de cuánta buena causa se presente : Leonardo DiCaprio , que destaca en su papel de profe despistado con esposa ama de casa June ( Melanie Lynskey) y dos hijitos tarados.

El filme es una fábula post moderna de cuño demócrata incluso, con un sub género que le sale muy bien a los estadounidenses: la parodia política.

Pero más allá de esto, el largometraje decante por una critica social a la generación del consumo y del espectáculo. Es ahí donde encuentra su mayor fortaleza. El asunto político, aunque ingenioso, queda en muchos momentos en el tono de gag ( no por eso malo), tan audaz como una buena pieza de Saturday Night Live, con todo y Meryl Steep, en el papel de la presidenta Orlean , cínica adicta al poder, usando gorritas de beisbolista en mítines con sus fanáticos. Cualquier parecido con la realidad, no es mera coincidencia, pero tampoco resulta lo central.

Discreta farsa , fábula post moderna bastante cínica y de tufillo moralista, la película recuerda por momentos a trabajos como Wag the dog (Barry Levinson, 1997), sobre una guerra ficticia para ocultar un escándalo presidencial. Hoffman y DeNiro por supuesto hacen lo suyo en este filme que en su momento ocupó también algunas planas de analistas políticos y luego la olvidaron. Pero es el tema, de la sociedad histérica enajenada por el consumo y lo banal donde Dont’ look up, encuentra su mayor acidez. Cínica hasta el empalago, el filme puede ser literal pero bastante efectivo.

Por otro lado, es la nueva tradición del héroe post moderno, defectuoso maltrecho y demasiado humano, que demanda la nueva narrativa fílmica. DiCaprio en su papel de científico entre Profesor Chiflado y discreto salvador del mundo, se lleva las palmas, aunque se nota que se ha propuesto tal fin.

La película es un Armageddon (Michael Bay , 1998), con personajes depauperados y lastimosamente tragicómicos que se esmera en ser una fábula post moderna de discreto humor efectivo.

El Doctor Randall Mindy ( DiCaprio), descubre con su estudiante , la millenniall Kate Diviasky ( Jennifer Lawrence ), que un cometa que se aproxima a la tierra acabará con todo vestigio de vida. Acuden a la presidenta Orlean ( la Steep, que para colmo y como siempre está genial), quien los trata con sorna y el hecho lo usa con fines políticos.

La premisa , da pie a un desfile de personajes de personajes sin desperdicio : Peter Isherweell ( Mark Rylance) un esperpéntico industrial aliado de la presidenta, al hijito inútil de la mandataria Jason ( un genial Jonah Hill), y hasta Timothee Chalamet, que la verdad en esta ocasión sale muy bien adelante.

Dont’ look up, puede ser vista con las estrechas miras de la coyuntural, pero es hacerle poco favor a una comedia , trágica pero comedia, que pone su mirada en quien la ve: el público insatisfecho de diversión y vacío . Su cinismo recuerda por ejemplo a Mars Attacks, Burton 1996) y no Al privilegio de mandar.